El PSOE está acelerando los contactos con el mundo independentista, aunque de forma separada con Junts y con ERC. Después de una semanas en las que los socialistas han estado centrados en Carles Puigdemont, este viernes ha sido el turno para los republicanos. El ministro de la Presidencia en funciones, Félix Bolaños, ha aprovechado que tenía agenda en Barcelona para verse con Josep Maria Jové, número dos de Oriol Junqueras en el partido y principal negociador de los republicanos.
El encuentro, que ha avanzado El Nacional y ha confirmado este diario ha tenido lugar este viernes por la mañana en un hotel y ha servido para acercar posturas sobre la posible investidura de Pedro Sánchez. Bolaños y Jové son los dos políticos que encabezan los equipos negociadores de sus respectivos partidos y se han visto en otras ocasiones, especialmente en el pasado, cuando PSOE y ERC han cerrado diversos pactos.
El partido de Pere Aragonès se había quedado desplazado del foco de las negociaciones debido a la irrupción de Junts, cuyos votos son necesarios para el PSOE en esta legislatura, a diferencia de lo que ocurría en la anterior. Fuentes republicanas asumían hace un mes que los socialistas estaban centrados en sondear lo que ocurría en Junts, pero a la vez recordaban que sus votos también deberían negociarse, porque son igualmente necesarios para Sánchez.
Las condiciones de ERC para la investidura pasan por la amnistía y también por que la mesa de diálogo entre gobiernos continúe y que en ella Aragonès pueda proponer la autodeterminación como solución al conflicto. Además, Esquerra considera necesario que haya acuerdos en dos temas de “gestión”, como es el mal estado de Rodalies (el servicio de cercanías de Renfe en la comunidad) y la infrafinanciación crónica que sufre la Generalitat.
Con todo, los republicanos son conscientes que el foco político de esta negociación está puesto sobre la amnistía. Precisamente Jové es uno de los políticos cuya causa podría decaer gracias a una amnistía, ya que el hombre de confianza de Junqueras se enfrenta a una petición de pena de la Fiscalía de 7 años de cárcel y 32 de inhabilitación acusado de desobediencia, prevaricación, malversación y revelación de secretos debido a su supuesta organización del referéndum del 1-O. Jové es uno de los ex-altos cargos del Govern que están a la espera de juicio, seis años después de aquellos hechos.