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Un mosso acusado de agredir y detener ilegalmente a un joven culpa a la víctima: “Se quejaba mucho”

Un mosso d'esquadra acusado de agredir y confeccionar una minuta policial falsa para encubrir la detención ilegal de un joven ha responsabilizado a la víctima de la reducción policial a la que le sometió, si bien ha admitido que nunca llegó a sentirse en peligro. “Se quejaba mucho, continuamente”, ha afirmado ante el tribunal el agente, que rechaza haber cometido delito alguno y reclama su absolución.

Ante la sección 7ª de la Audiencia de Barcelona ha proseguido el juicio, que quedará visto para sentencia este jueves, contra cuatro mossos d'esquadra, a los que la Fiscalía pide hasta ocho años y medio de cárcel por delito contra la integridad moral y lesiones por la violenta reducción de un joven durante el toque de queda de 2020 en el Raval de Barcelona, así como por redactar un atestado policial falso para encubrir su actuación. La acusación popular del centro Irídia eleva la pena solicitada a quince años y medio.

Parte de los hechos fueron grabados por una vecina que testificó la primera jornada del juicio. El vídeo es una de las claves del juicio pero el agente, a preguntas del fiscal, se ha negado a identificarse en la grabación al alegar que está “manipulada”. El agente consignó su parte de indemnización al joven antes del juicio para intentar ver reducida su pena en caso de condena.

Sí ha sido más exhaustivo el agente a la hora de relatar su versión de los hechos, aunque ha dicho que no vio el momento en el que empezó todo (cuando el joven ya estaba en el suelo reducido por su cabo) porque estaba cacheando a otras personas del grupo que acompañaba a la víctima.

Pese a considerar que la situación estaba “controlada” por su cabo, quien en las imágenes se aprecia que se sitúa encima del joven para reducirle, el mosso acusado ha explicado que acudió a “echar una mano” a su jefe ante las “quejas” de la víctima. “Le pongo la rodilla en el pecho para evitar que se levante”, ha relatado. 

El fiscal del caso no ha desaprovechado la ocasión para ahondar en la contradicción en la que ha entrado el mosso: 

Fiscal: ¿Cuándo se empieza a torcer la situación?

Mosso: Cuando hay una persona que empieza a quejarse continuamente.

Fiscal: ¿Pero había peligro?

Mosso: No, pero la persona no paraba de quejarse. 

El agente ha insistido a lo largo de toda su declaración de que el joven “ofreció una resistencia muy activa”, lo que motivó que hasta tres agentes le tuvieran que inmovilizar incluso con las rodillas y la porra policial.

Fiscal: ¿Le puso la rodilla en el cuello?

Mosso: No, en el cuello no, cuando estoy controlando su lado derecho tengo la rodilla izquierda en su zona lumbar y la derecha en su clavícula.

Fiscal: Si no estaba la rodilla en el cuello, estaba muy cerca.

Mosso: Es posible que la rodilla fuera de la clavícula al cuello porque la persona se movía.

Sobre la confección de la minuta que las acusaciones ven falsa, el agente ha afirmado que firmó el documento como el resto de agentes que participaron en la reducción, pero que no lo redactó (lo hizo el cabo, según su versión) porque en ese momento estaba en el hospital por las lesiones que sufrió durante la actuación.

El agente no ha sido apartado cautelarmente del cuerpo por parte de la conselleria de Interior y tan solo ha sido trasladado de unidad, si bien continúa patrullando en la calle al formar parte de las unidades de seguridad ciudadana. En este sentido, el agente ha lamentado que muchas personas saquen el móvil cuando ven aparecer a los agentes del orden. “A la mínima ya te están grabando”, se ha quejado. Sus compañeros declararán este jueves.