La manifestación de rechazo al desalojo de este emblemático centro okupado barcelonés ha acabado con duras cargas policiales, ataques de encapuchados a la prensa y una carga de los Mossos d'Esquadra en la redacción del semanario La Directa
Los Mossos d'Esquadra han tapiado este lunes el CSA Can Vies, un centro social okupado emblemático -más de 17 años de vida- del barrio de Sants de Barcelona. Un día después de las elecciones, la policía se ha presentado a media mañana en este edificio propiedad de Transportes Metropolitanes de Barcelona y ha empezado un desalojo que ha durado hasta las 19 h aproximadamente, cuando la policía ya había sacado a las once personas que resistían dentro.
Horas después del operativo policial ha empezado una manifestación de rechazo, que una vez terminada ha ido seguida por duros altercados por las calles del barrio de Sants. Un grupo de encapuchados ha volcado contenedores y ha prendido fuego a una Unidad Móvil de TV3, además de atacar a algunos periodistas que iban identificados como tales. Tras estos incidentes los Mossos d'Esquadra han empezado a cargar contra los manifestantes.
Se ha hecho de noche en este barrio barcelonés el vaivén de las furgonetas de los antidisturbios lanzadas por la carretera de Sants y por algunos de sus callejones. Los agentes han protagonizando en algunas ocasiones duras cargas contra manifestantes que ya se retiraban a sus casas; en otros casos respondían a ataques de grupos de encapuchados, que les lanzaban piedras y otros objetos condundentes.
Cuando los incidentes ya parecían disolverse, una unidad de los Mossos d'Esquadra cargado en las inmediaciones de la librería cooperativa La Ciutat Invisible -sede también del semanario La Directa- y ha destrozado sus cristales. Varios de sus periodistas han relatados los hechos a través de Twitter. La redacción de este semanario se encuentra en el mismo barrio, en la calle Riego.
Las cargas policiales han puesto punto y final a una manifestación que ha congregado a varios centenares de activistas y vecinos del barrio, y que ha recorrido pacíficamente y bajo la lluvia la distancia que separa el centro social de la Estación de Sants. Ya al volver, cuando la protesta se daba por acabada, han empezado los altercados.
Cinco horas de desalojo
Cinco horas de desalojo17 años después de la ocupación los Mossos han entrado este lunes al mediodía a desalojar el centro social autogestionado Can Vies en el barrio de Sants de Barcelona. A la una del mediodía, en el momento de la llegada del despliegue policial –que incluye una grúa y un helicóptero– había once activistas en el interior del edificio dispuestos a resistir el desalojo, para el que había una fecha abierta a lo largo de este mes. Después de varias horas de desalojo, la policía ha sacado la última persona que quedaba poco antes de las 19h y los operarios que los acompañaban han procedido a tapiar las puertas y desguazar la azotea del edificio.
Fuera, en la Plaza de Sants se han reunido más de dos centenares de personas para mostrar su apoyo, vecinos del barrio y activistas de diversas edades, desde algunos de los que ocuparon Can Vies hace 17 años y hasta jóvenes estudiantes, que levantaban una pancarta ante el cordón policial, lo que ha provocado algunos empujones por parte de los Mossos. Después de dos horas ante el cordón, la concetración se ha dividido para cortar todos los accesos a la Plaza de Sants en señal de protesta. Mientras, convocan una manifestación a las 20h frente a la Estación de Sants.
Nueve de los activistas resistentes han ido saliendo progresivamente, sin que hubiera detenciones, y han sido recibidos con aplausos y gritos de solidaridad. Dos de ellas salían aún fuertemente atadas entre ellas por los brazos como parte de la acción de resistencia. Otras dos personas han resistido hasta el final de la tarde atadas dentro de un búnker de hormigón con 15 bombonas de butano en el interior para evitar que la policía usara herramientas perforadoras, según explica en un vídeo el semanario Directa.
Las personas concentradas en el exterior han sido especialmente críticas con el hecho de que el desalojo se haya efectuado al día siguiente de las elecciones europeas. Los concentrados han dirigido gritos contra el PSC y CiU, los dos partidos que han pasado por el consistorio y con los que intentaron negociar la permanencia en el edificio que pertenece a Transportes Metropolitanos de Barcelona.
La plataforma en apoyo de Can Vies, que agrupa dos centenares de colectivos, estaba en negociaciones con el distrito de Sants-Montjuïc para encontrar una solución, pero la única alternativa que ofrecía el ayuntamiento era que abandonaran el edificio para que pudieran rehabilitarlo, y entonces las entidades podrían volver a utilizarlo a través de un acuerdo.
Pau Guerra, de la asamblea de Can Vies, explica que consideraron que esta propuesta era “una maniobra” para echarlos. “El edificio no necesita rehabilitación, llevamos 17 años trabajando, y no nos han concretado qué tipo de acuerdo tenían pensado”, asegura, y añade que el consistorio tampoco hizo mención a ningún cambio en el plan urbanístico del barrio, que prevé el derribo de la finca.