Un trabajo sin descanso para dar con el agresor y, al mismo tiempo, acompañar a la víctima. Así han sido los cinco meses de investigación de la Unidad Central de Agresiones Sexuales (UCAS), de la División de Investigación Criminal de los Mossos d'Esquadra, hasta la detención e ingreso en prisión del joven sobre el que pesan todos los indicios como autor de la violación a una menor el pasado 1 de noviembre en Igualada (Barcelona).
En un extenso comunicado, la policía catalana ha querido dar varios detalles de una investigación que culminó con éxito y que no se ha abandonado en ningún momento. Ante una víctima que no podía recordar nada de la agresión debido a las lesiones que sufrió, los agentes recopilaron imágenes de 155 cámaras del polígono del municipio donde tuvo lugar la violación para realizar un seguimiento de las personas y vehículos e identificar a los posibles sospechosos.
Así se pudo identificar a un sospechoso registrado por diferentes cámaras de seguridad y se pudo definir el recorrido que el joven hizo esa noche, que coincidía con el de la víctima. Las cámaras registraron cómo el presunto autor de la agresión la seguía y se iba acercando a ella, aunque el momento del asalto no quedó grabado por ningún sistema de videovigilancia.
Pasados veinte minutos, el detenido volvió a aparecer captado por las cámaras llevando una prenda colgada en el brazo que, según los Mossos, podría ser de la chica. Mismo planteamiento realiza el juez instructor del caso en el auto de prisión contra el joven, de quien dice que en torno a las 06:40h. abandonó la calle donde perpetró la agresión y dejó a la menor tirada en el suelo, sustrayéndole el abrigo y otras prendas de vestir.
Gracias a las imágenes de las cámaras de seguridad y a la triangulación de los móviles de la víctima y el sospechoso, los Mossos lograron reconstruir el recorrido que hicieron antes de la agresión así como determinar la ropa que llevaba puesta el acusado, que posteriormente se encontró en su casa.
Además de las cámaras, para dar con el agresor ha resultado clave el altercado provocado por un grupo de once jóvenes la misma noche en Igualada: los chicos causaron daños a un coche cerca del polígono donde tuvo lugar la agresión. Los agentes indagaron y localizaron unas imágenes de los hechos. Uno de los jóvenes llevaba la misma ropa que llevaba el principal investigado, pero se tapaba con su capucha, por lo que no podía ser reconocido. Lo que sí pudo confirmarse fue que era el mismo hombre que las cámaras de seguridad habían registrado en el recorrido que hizo la víctima.
A partir de ese momento, la investigación centró en este individuo. Los agentes realizaron un estudio del grupo de jóvenes para poder identificar a la persona que aparecía en las imágenes tapada con una capucha. Gracias un trabajo minucioso y complejo, los investigadores consiguieron identificarlo y averiguar su domicilio.
Con todos los indicios recogidos y ante las evidencias sobre el presunto autor de los hechos, los investigadores solicitaron a la autoridad judicial una entrada y registro en su domicilio para proceder a su detención y buscar todos los indicios. Así lo acordó el juez, y los registros dieron sus frutos, hallándose ADN de la víctima en el domicilio del joven, que permanece en prisión provisional desde el pasado sábado.
En su auto, el juez concluye que existen indicios “sólidos”, “suficientes” y “fundados” de que el sospechoso fue el autor de un delito de agresión sexual y otro de tentativa de asesinato y excluye la participación de otras personas en los hechos. La “cadena de indicios” arranca, según el juez, con la localización del investigado, a través de las cámaras de seguridad de los alrededores de la discoteca Epic, de donde salió la chica para ir a coger el tren para dirigirse a su casa, en Vilanova i la Geltrú (Barcelona), tras estar de fiesta con unas amigas.
El juez resalta que, debido a las lesiones graves causadas a la víctima, a quien el agresor abandonó inconsciente en la calle en un polígono de Igualada, donde la encontró un camionero, si no hubiese sido asistida “con celeridad y prontitud, el resultado no hubiera sido otro que su muerte”.
Dos agentes al lado de la víctima
Desde el primer momento en que asumió esta investigación, dos 'mossas' d'esquadra de la UCAS se encargaron de acompañar a la chica, asesorarla, y activar los recursos necesarios para su recuperación. A lo largo de estos meses el Grupo de Atención a la Víctima ha estado en constante contacto con ella y su familia para hacer de enlace con los diferentes actores que se han realizado apoyo psicológico, así como para tranquilizarlos y escucharlos sin poder aportar en ningún momento ningún dato sobre la investigación.
En la planificación y organización del dispositivo de detención del presunto autor de los hechos, las dos agentes que durante todo este tiempo acompañaron a la joven estuvieron con ella desde primera hora de la mañana informándola sobre lo que estaba sucediendo y acompañándola. Este seguimiento se mantendrá hasta que se celebre el juicio.