Más de 13.000 millones de euros públicos del contribuyente fueron destinados a partir del 2011 a través del organismo gubernamental del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) a rescatar de la quiebra a Catalunya Banc, nacido de la fusión el año anterior de Caixa de Catalunya, Caixa de Tarragona y Caixa de Manresa. Esta semana Catalunya Banc ha sido vendido al BBVA por 1.187 millones de euros, menos de la décima parte del importe del rescate por parte del contribuyente. En el mismo momento de la adquisición, BBVA anuncia oficialmente que prevé obtener en Catalunya Banc 300 millones de beneficios a partir de 2018, tras recortar más aun la plantilla de empleados. En 2013 Catalunya Banc ya declaró 532,2 millones de euros de beneficios, después de traspasar los activos inmobiliarios “tóxicos” al banco malo de la Sareb y despedir a 2.450 empleados.
Un banco rescatado con dinero público de su mala gestión en la aventura de la burbuja inmobiliaria logra de este modo pasar de la quiebra a nuevos beneficios en menos de tres años. Primera pregunta: ¿pueden decir lo mismo muchas otras empresas del sector productivo o particulares afectados por la crisis financiera desencadenada por los bancos? Segunda pregunta: ¿el saneamiento de los bancos en quiebra con dinero público ha servido para sanear igualmente los mecanismos de obtención de los beneficios? Tercera pregunta: ¿el carácter de banco nacionalizado ha significado alguna diferencia de actuación en comparación con los privados? Cuarta pregunta: la Diputación de Barcelona, propietaria de Caixa de Catalunya y gobernada durante décadas por el PSC-PSOE, ¿ha dado alguna explicación política de su gestión y de la imputación de 53 miembros del su consejo de administración, acusados de administración desleal por la justicia en una causa pendiente de juicio? Quinta pregunta: los 12.000 millones de euros que ha perdido el contribuyente en el rescate de Catalunya Banc, ¿merecen alguna explicación solvente por parte del gobierno que lo ha decidido?
Respuesta: el astronómico rescate con dinero público de Catalunya Banc solo habrá servido para revenderlo a precio de saldo a otro banco mayor, que cuenta obtener beneficios con rapidez a base de destruir más puestos de trabajo. Los 61.366 millones de euros del contribuyente destinados por el gobierno al conjunto del rescate bancario en España entre 2009 y 2013 lo han sido a fondo perdido, con el único objetivo de consolidar el negocio de las grandes entidades financieras, mientras el mismo gobierno recorta sin misericordia todos los servicios pde jubilación la sanidad o la educación.
No hay ninguna salida creíble al reparto escandalosamente injusto del peso de la crisis financiera sin una revisión del papel que ha jugado el sistema bancario y del favoritismo de que sigue gozando, en detrimento de todos los demás sectores económicos y, sobre todo, del conjunto de ciudadanos. Lo reconoce incluso el gran diario conservador La Vanguardia, cuando escribe en su comentario editorial del 23 de julio, con el lenguaje episcopal que le es propio: “La dimensión del agujero creado en Catalunya Banc, que ahora vuelve a aflorar en ocasión de su venta al BBVA, es de tal magnitud que alienta a la opinión pública catalana a preguntarse y a exigir nuevas explicaciones de cómo ha sido posible perder tanto dinero. En el mismo sentido es lícito cuestionarse si se ha llegado a fondo en las investigaciones llevadas a cabo y en la consiguiente exigencia de responsabilidades”.
Más de 13.000 millones de euros públicos del contribuyente fueron destinados a partir del 2011 a través del organismo gubernamental del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) a rescatar de la quiebra a Catalunya Banc, nacido de la fusión el año anterior de Caixa de Catalunya, Caixa de Tarragona y Caixa de Manresa. Esta semana Catalunya Banc ha sido vendido al BBVA por 1.187 millones de euros, menos de la décima parte del importe del rescate por parte del contribuyente. En el mismo momento de la adquisición, BBVA anuncia oficialmente que prevé obtener en Catalunya Banc 300 millones de beneficios a partir de 2018, tras recortar más aun la plantilla de empleados. En 2013 Catalunya Banc ya declaró 532,2 millones de euros de beneficios, después de traspasar los activos inmobiliarios “tóxicos” al banco malo de la Sareb y despedir a 2.450 empleados.
Un banco rescatado con dinero público de su mala gestión en la aventura de la burbuja inmobiliaria logra de este modo pasar de la quiebra a nuevos beneficios en menos de tres años. Primera pregunta: ¿pueden decir lo mismo muchas otras empresas del sector productivo o particulares afectados por la crisis financiera desencadenada por los bancos? Segunda pregunta: ¿el saneamiento de los bancos en quiebra con dinero público ha servido para sanear igualmente los mecanismos de obtención de los beneficios? Tercera pregunta: ¿el carácter de banco nacionalizado ha significado alguna diferencia de actuación en comparación con los privados? Cuarta pregunta: la Diputación de Barcelona, propietaria de Caixa de Catalunya y gobernada durante décadas por el PSC-PSOE, ¿ha dado alguna explicación política de su gestión y de la imputación de 53 miembros del su consejo de administración, acusados de administración desleal por la justicia en una causa pendiente de juicio? Quinta pregunta: los 12.000 millones de euros que ha perdido el contribuyente en el rescate de Catalunya Banc, ¿merecen alguna explicación solvente por parte del gobierno que lo ha decidido?