Llegir versió en català
Pretender conocer y calibrar el resultado electoral a través de los informativos especiales que ofrecen diarios digitales, radios y cadenas de televisión desde antes del cierre de las urnas se convierte en una cena de infinito pica-pica con demasiados tenedores. Lo único que cuenta llega solamente a la hora del resopón, cuando todo el mundo está ya empachado. La fórmula informativa destinada a dar una imagen de dinamismo e inmediatez acaba resultando una cena precipitada e indigesta, sin forma humana de encontrarle un sabor dominante indiscutible. La exuberancia del pica-pica ahoga el paladar sobre lo realmente importante. El sufrido comensal tiende a quedarse con la primera originalidad que le llame la atención, con el virtuosismo del plato más malabar o más escandaloso, como por ejemplo el titular de la edición digital La Vanguardia que desde las ocho de la tarde era capaz de afirmar “CiU ganaría con entre 54 y 57 diputados” y dos horas más tarde sostenía “CiU gana con menos apoyo pero los soberanistas suman mayoría”. ¡Ostras, tú! La cocina creativa de las cenas electorales tiende excesivamente a la incontinencia. La digestión de la cena, en cambio, es más lenta y más decisiva.
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Pretender conocer y calibrar el resultado electoral a través de los informativos especiales que ofrecen diarios digitales, radios y cadenas de televisión desde antes del cierre de las urnas se convierte en una cena de infinito pica-pica con demasiados tenedores. Lo único que cuenta llega solamente a la hora del resopón, cuando todo el mundo está ya empachado. La fórmula informativa destinada a dar una imagen de dinamismo e inmediatez acaba resultando una cena precipitada e indigesta, sin forma humana de encontrarle un sabor dominante indiscutible. La exuberancia del pica-pica ahoga el paladar sobre lo realmente importante. El sufrido comensal tiende a quedarse con la primera originalidad que le llame la atención, con el virtuosismo del plato más malabar o más escandaloso, como por ejemplo el titular de la edición digital La Vanguardia que desde las ocho de la tarde era capaz de afirmar “CiU ganaría con entre 54 y 57 diputados” y dos horas más tarde sostenía “CiU gana con menos apoyo pero los soberanistas suman mayoría”. ¡Ostras, tú! La cocina creativa de las cenas electorales tiende excesivamente a la incontinencia. La digestión de la cena, en cambio, es más lenta y más decisiva.