Oriol Junqueras se ha quedado corto. Cataluña ha de parar su actividad un mes. Lleva demasiado tiempo enloquecida y le convienen unos días de descanso y relax. Pero con una semana, como propuso el presidente de ERC en Bruselas, no es suficiente. Al octavo día, volveríamos a las andadas y lo que nos hace falta, ahora, es una buena dosis de reflexión i de serenar los ánimos.
En los últimos tiempos se han dicho demasiadas barbaridades en el debate sobre si Cataluña tiene que ser independiente o no y como se ha de recorrer el camino que nos lleve a la independencia o a otra forma de relacionarse con España. La propuesta de Junqueras de parar Cataluña una semana para hundir económicamente España ha sido la guinda del pastel de las salidas de tono, pero venimos de un largo recorrido de despropósitos.
El debate sobre la pregunta que hay que plantear a la ciudadanía nos transporta hasta los hermanos Groucho y Chico Marx discutiendo aquello de “la parte contratante de la primera parte será considerada la parte contratante de la primera parte”. Muchos catalanes ya no saben si reir o llorar ante el forcejeo dialéctico sobre cuál ha de ser la pregunta de la deseada consulta. Me habría gustado ver la cara que pusieron los dirigentes de CDC que participaron, el sábado, en la reunión en la que Artur Mas les anunció que la pregunta sería “clara” e “inclusiva”. Me juego lo que queráis que más de uno le preguntó a su colega de al lado qué significaba “inclusiva”. Eso sí, a la salida del acto, todos a una, certificarían que CDC jamás propondrá una pregunta “exclusiva”.
Como diría el gran Cuní: ¡Basta!
¡Paremos máquinas! Un mes de pausa. Ya no vendrá de aquí. La gente de las asociaciones sociales que atienden a discapacitados o gente en situación de riesgo ya hace muchos meses que salen adelante como pueden sin que el Gobierno de la Generalitat les dé otra explicación para el recorte de sus ayudas que la relativa al expolio madrileño.
Madrid no nos expoliará más o menos en esas cuatro semanas de descanso mental generalizado.
Y si a la vuelta de este paro terapéutico, Mas, Junqueras y tantos otros continúan contribuyendo al juego de a ver quién la dice más gorda, quizás sí que haya llegado el momento de buscar en el banquillo de los suplentes si hay políticos más capacitados para tirar Cataluña adelante.
¡Hacia la independencia o hacia dónde sea!
Oriol Junqueras se ha quedado corto. Cataluña ha de parar su actividad un mes. Lleva demasiado tiempo enloquecida y le convienen unos días de descanso y relax. Pero con una semana, como propuso el presidente de ERC en Bruselas, no es suficiente. Al octavo día, volveríamos a las andadas y lo que nos hace falta, ahora, es una buena dosis de reflexión i de serenar los ánimos.
En los últimos tiempos se han dicho demasiadas barbaridades en el debate sobre si Cataluña tiene que ser independiente o no y como se ha de recorrer el camino que nos lleve a la independencia o a otra forma de relacionarse con España. La propuesta de Junqueras de parar Cataluña una semana para hundir económicamente España ha sido la guinda del pastel de las salidas de tono, pero venimos de un largo recorrido de despropósitos.