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Hobsbawm y Catalunya

Llegir versió en català

En un buen artículo que repasa algunos rasgos de la obra del historiador Eric Hobsbawm, Jordi Sunyer (http://bit.ly/Sh28SL) incluye una frase del último libro (Guerra y paz en el siglo XXI) del brillante historiador británico:

“Encaramos el tercer milenio como aquel irlandés del cuento a quien, tras preguntársele el modo de llegar a Ballynahinch, se le oyó decir, no sin previa cavilación: Si yo fuera usted, no partiría de aquí. Pero es de aquí de donde hemos de partir”

Me parece una extraordinaria frase para entender dónde estamos en Catalunya. No creo que nadie haya podido imaginar un escenario menos favorable para encarar un proceso de replanteamiento general de las relaciones y vínculos entre España y Catalunya, y, de paso, de cómo insertar todo ello en una Europa en plena crisis de identidad y de proyecto . Y seguramente, lo cierto es que en cualquier otro momento las posibilidades de hacerlo no habrían sido tan altas como ahora.

Estamos en pleno cambio de época, con un paro y unas previsiones económicas que no pueden ser peores, con un déficit privado y público que tiene todo el mundo entrampado, y que al cortar los ingresos hace cada vez más difícil la salida. El Estado español está a las puertas del rescate, y la Generalitat ya ha pedido fondos para resistir mes a mes. La conflictividad social aumenta sin cesar, y ya se preparan convocatorias para mediados de noviembre de huelga general por parte de sindicatos y organizaciones sociales en España, Portugal e incluso Italia y Grecia. Mientras tanto, en Catalunya las cosas empeoran cada día. Escuelas, sanidad, servicios sociales, cada día hacen su función con más dificultades. Cada final de mes hay nueva gente que no cobra. Muchas familias dependen de las pensiones de los abuelos, y otros no pueden asegurar que sus hijos pequeños coman adecuadamente. Y mientras, seguimos apalancando bancos y privilegios.

En medio de todo ello, la sacudida de la Diada todavía late, y nos recuerda que la gente salió a la calle al mismo tiempo cabreados y esperanzados. “Independencia” significaba no sólo la esperanza de un nuevo y mejor Estado en Europa, sino también nuevas posibilidades para salir adelante, para que las cosas cambien y mejoren. Revuelta nacional, revuelta social. No se pueden separar. Si todo ello debe servir para estar donde estamos, mejor no ir al “Ballynahinch” del que nos habla Hobsbwam. Pero seguramente nunca como ahora hay posibilidades para mover un sistema político que muestra sus carencias y limitaciones cada día. Hable el Rey, hablen los jueces, hablen los partidos hegemónicos o hable cualquier otro ilustre representante de una transición democrática que llega a su fin, sin terminar de “transicionar” completamente.

Las elecciones del 25 de noviembre están en el centro de la tormenta. Y pueden hacer tambalear cosas que parecían inmóviles y estáticas. También la forma de gestionar en Catalunya este cambio de época. Las elecciones abrirán la puerta a nuevas oportunidades, y harán avanzar en la consulta para decidir. Para decidir qué Catalunya queremos. En todos los sentidos.

Llegir versió en català

En un buen artículo que repasa algunos rasgos de la obra del historiador Eric Hobsbawm, Jordi Sunyer (http://bit.ly/Sh28SL) incluye una frase del último libro (Guerra y paz en el siglo XXI) del brillante historiador británico: