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OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González

Rajoy y Mas, presidentes clandestinos

Los partidos de la oposición crean gobiernos en la sombra para controlar a los que están en ejercicio. En Cataluña y España tenemos, en cambio, gobiernos en ejercicio que actúan como si estuviesen en la sombra. La reunión secreta -como mínimo una, aunque puede que haya habido más- entre el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, y el de la Generalitat de Catalunya, Artur Mas, demuestra una falta de respeto absoluto hacia la ciudadanía.

Una falta de respeto que entra en el terreno de la tomadura de pelo cuando se mezcla con un intercambio de cartas entre los dos mandatarios que se supone que tenía que ser el canal para compartir propuestas o ideas entre ambos para encarrilar el embrollo del referéndum sobre la relación futura entre Cataluña y España. Estaba la sociedad catalana esperando a que Rajoy le contestase a Mas la carta que le había enviado semanas atrás, especulando sobre el día y el contenido de la respuesta, y resulta que ambos se habían reunido ya clandestinamente para analizar el asunto.

Para hacerlo más absurdo e increíble, el presidente de la Generalitat se había desplazado a Madrid en coche para que nadie lo detectase en el puente aéreo o en la estación del tren de alta velocidad.

Ambos dirigentes se llenan la boca con la necesidad de transparencia en la acción política y se reúnen a escondidas. Sería risible si no fuese que Cataluña está enzarzada en una aventura que la ha dividido entre partidarios y contrarios a su independencia. Tan preocupante es esta ocultación como la incomprensión que demuestran sobre la necesidad de pedir excusas por comportarse de ese modo.

Rajoy y Mas consideran normal negociar sin dar explicaciones a la ciudadanía de qué es lo que negocian y a qué acuerdos o desacuerdos llegan. En una pareja, esa actitud se califica de infidelidad.

En política, esta actitud merece la reprobación más absoluta. Hay que exigir que nunca, nunca más, volvamos a enterarnos de que nuestros máximos dirigentes se reúnen a espaldas de los ciudadanos. Vivimos en democracia. Los tiempos de las pelucas y los bigotes postizos para moverse por el país quedaron felizmente atrás.

¿O es que habrá que encargar a Método 3 que siga al presidente de la Generalitat para descubrir las reuniones y pactos que quiere ocultar a Cataluña?

Los partidos de la oposición crean gobiernos en la sombra para controlar a los que están en ejercicio. En Cataluña y España tenemos, en cambio, gobiernos en ejercicio que actúan como si estuviesen en la sombra. La reunión secreta -como mínimo una, aunque puede que haya habido más- entre el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, y el de la Generalitat de Catalunya, Artur Mas, demuestra una falta de respeto absoluto hacia la ciudadanía.

Una falta de respeto que entra en el terreno de la tomadura de pelo cuando se mezcla con un intercambio de cartas entre los dos mandatarios que se supone que tenía que ser el canal para compartir propuestas o ideas entre ambos para encarrilar el embrollo del referéndum sobre la relación futura entre Cataluña y España. Estaba la sociedad catalana esperando a que Rajoy le contestase a Mas la carta que le había enviado semanas atrás, especulando sobre el día y el contenido de la respuesta, y resulta que ambos se habían reunido ya clandestinamente para analizar el asunto.