Permiso a los abogados para entrar en la cárcel con ordenador: “La digitalización debe incluir a los presos”
La Justicia sigue a veces anclada en el siglo XX, pero hay pasos que la acercan al XXI. Catalunya ha decidido permitir que los abogados puedan entrar con ordenadores portátiles en sus visitas a los presos en los centros penitenciarios. Una medida que hasta ahora ni Instituciones Penitenciarias ni la Generalitat, competente en prisiones en la comunidad, habían autorizado.
La falta de un permiso general para introducir ordenadores en prisión –hasta ahora dependían del aval del juez que llevara cada caso– traía escenas dantescas. El letrado Carles Martínez recuerda una de ellas: ante la imposibilidad de cargar con todo un sumario a cuestas, el abogado tuvo que ir tres días consecutivos a ver a su cliente: el primero para repasar los primeros 1.500 folios; el segundo los otros 1.500; y el tercero para las dudas que quedaran por resolver.
“El hecho de estar en prisión no significa que los presos tengan que perderse la evolución digital de la sociedad. La digitalización debe incluir a los presos”, reflexiona Martínez, que celebra que por fin la Generalitat haya acogido una vieja reivindicación de la abogacía catalana.
La entrada de ordenadores de los abogados en la cárcel es de las pocas brechas que encontrarán los internos para tener una vida digital que queda fuera de los muros de la cárcel, si bien las videollamadas a abogados instauradas de emergencia durante el confinamiento se han generalizado, llegando a 3.511 el año pasado.
“Estar cuatro o cinco años en la cárcel significa que los internos se pierden muchas cosas de su vida, y entre ellas los cambios digitales, las compras por Internet, las redes sociales. Al salir se han tenido que poner las pilas”, asevera Martínez.
Con todo, permitir meter ordenadores en la cárcel no es una medida pensada para la comodidad de los letrados, sino que supone un cambio notable y a mejor en el derecho de defensa de los internos y, a la postre, en su derecho a un proceso con todas las garantías.
Con causas penales donde cada vez más abundan grabaciones (de cámaras de seguridad o captadas con los teléfonos), las defensas se encontraban con tener que describir con palabras a los internos los vídeos o imprimir en papel capturas de pantalla de los mismos y colocarlos ante el cristal del locutorio de la cárcel para que su cliente se reconociera o no.
“El ordenador es importante porque el interno tiene que tener el mayor conocimiento de toda la prueba que hay contra él, y con las pruebas digitales ahora simplemente nos enterábamos de que el cliente no puede tener pleno conocimiento de la misma”, resume Martínez. Más información para el interno supone, a su vez, un retorno para mejorar y poder hilar nuevas líneas de defensa, explica el abogado.
Los letrados ya pueden introducir desde esta semana ordenadores en la cárcel de Brians 1, el centro donde están internados la mayoría de presos preventivos catalanes que esperan su juicio. A lo largo del mes de octubre la medida se extenderá a la cárcel de mujeres de Wad-Rad y a los centros de Brians 2, Joves, Lledoners, Puig de les Basses y Mas d’Enric, mientras que en noviembre llegará a Quatre Camins y Ponent.
A juicio de la consellera de Justicia, Gemma Ubasart, la medida “refuerza los derechos de los internos a comunicarse con el exterior” y se llevará a cabo “con los matices necesarios que aseguren la intimidad, la seguridad y el tratamiento de las personas internas”. El uso de los portátiles tendrá limitaciones: los letrados tendrán que entrar con la cámara del ordenador tapada y no podrán conectarse a Internet ni traer memorias externas durante las visitas.
“Es un nuevo paso adelante, que no es solo una facilidad para los profesionales, sino que significa, sobre todo, el refuerzo del derecho a la defensa, que es la prioridad de la abogacía”, celebra la presidenta del Consell de l’Advocacia Catalana, Encana Orduna.
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