Pobreza Cero, Catalunya Plural y Solidaridad y Comunicación - SICOM colaboran en la difusión de esta iniciativa y cada mes explicarán las reivindicaciones en uno de los 12 frentes en la lucha contra las desigualdades mediante entrevistas con representantes de entidades adheridas a la campaña, que también serán emitidas en el programa “La Plaça dels Futurs”, de Radio Municipal de Terrassa.
“En los barrios desfavorecidos cuanto más tiempo estén los niños y niñas en la escuela, mejor”
Hay que educar sin dejar a nadie atrás, según Pobreza Cero. ¿Cómo hacerlo?
Esto es muy difícil. Lo primero es tener claro que la igualdad es que todos somos desiguales. Si partimos de la base que todos somos desiguales tenemos que encontrar los mecanismos adaptados a cada persona para facilitar la igualdad. La igualdad de oportunidades, que es una expresión que utilizamos mucho, no es un hecho que adquieres y tienes para siempre sino que las personas a las que les cuesta conseguirla se vuelven a encontrar constantemente obstáculos que les dificulta mantenerla.
¿Cómo debería ser la escuela que mejor sirva para combatir la pobreza?
Hace falta una escuela muy implicada con el territorio y permeable con él. Esto les cuesta mucho a las escuelas. Viendo como es el territorio se facilita que la escuela absorba, se deje penetrar por la realidad y transformarla. Y esto se puede hacer en cada barrio de una forma diferente.
Pertenecer a una familia humilde ¿sigue siendo un obstáculo para recibir una educación adecuada? ¿Les es más complicado a los hijos de familias pobres sacar provecho del sistema educativo actual? ¿Tienen más dificultades que los hijos de familias ricas o de nivel medio?
Las estadísticas nos indican eso. La desigualdad entre los barrios marca mucho el éxito escolar de los niños y niñas. Seguramente no es culpa del sistema escolar, que funciona bastante bien en nuestro país. Lo que pasa es que le cuesta mucho adaptarse a la realidad de cada territorio y el entorno que tiene este niño o niña les hace muy difícil salir adelante. Hay barrios con grandes dificultades, sin apoyos y ayudas positivas para salir adelante en la escuela. Y muchos padres y madres no tienen la formación suficiente para ayudarles. Marca muchísimo que la familia considere que la escuela no es un ascensor social y no la ven tan necesaria para progresar.
¿Los recortes en el sector educativo han influido en el empobrecimiento social?
Sí. Una de las cosas graves fue el tema de la sexta hora. Un chico de una zona, de una familia normalizada, de clase media, si no va a la escuela ya se cuidarán los padres de darle muchos elementos para que se socialice y pueda crecer y educarse. Pero en un barrio desfavorecido, la escuela es la única herramienta de socialización, de aprendizaje y, por tanto, cuantas más horas esté en la escuela, mucho mejor. Recortar los tiempos de escuela es recortar los tiempos de socialización, de normalización de estos niños y niñas.
Pobreza Cero reclama que se apueste más por la educación entre los 0 y los 3 años. ¿No se hace lo suficiente, ahora?
No se hace lo suficiente. Las guarderías están pensadas para las familias que trabajan, pero hay muchas familias que no lo hacen. Considerad una madre de origen paquistaní que tiene un niño de 0 a 3 años, que está solo con ella y solo ve al padre por la noche. Cuando vaya a la escuela a los tres años no sabrá la lengua, no sabrá hacer filas, pedir para hacer pipí o caca, compartir juegos, desayunar lo que le pongan en el plato. Tendrá que romper el hilo umbilical con la madre y será un drama para él. Esto hará que entre en una situación de inferioridad hacia los demás.
Pedimos que los barrios en situación de desventaja social sean declarados zonas de actuación preferente y que al menos la escuela a los dos años sea casi obligatoria para los niños y niñas que viven en ellos.
La educación no termina en la escuela. El frente de lucha educativo de Pobreza Cero termina diciendo que “hay que garantizar a los más vulnerables el derecho a la educación más allá de la escuela”.
Todos cuando hemos sido pequeños, jóvenes, hemos visto que normalmente no aprendemos tanto en la escuela como en la post-escuela. Después de la escuela, cuando hacemos actividades voluntarias, que nos gustan, donde no encontramos la jerarquía y la rigidez escolares, todo el aprendizaje se hace de forma diferente. Cuando formábamos parte de centros de grupos escoltes, esplais, la relación fuera de la escuela marcaba, impregnaba realmente nuestras vidas. El tema del fuera-escuela es muy importante.
La diferencia entre un niño de una clase normalizada y el de una clase con problemas de desventaja social, aparte del entorno familiar, es éste fundamentalmente. La diferencia en el mundo escolar no es tan elevada pero sí todo lo que los niños y niñas aprenden fuera de la escuela.
¿Haría falta una mayor dedicación presupuestaria a la educación o habría que cambiar el tipo de educación que se da hoy en nuestro país?
De entrada, hay que dedicar más parte de los presupuestos de la Generalitat a educación. Esto es fundamental. En otros países el porcentaje de dedicación de dinero a educación es normalmente mucho más elevado que el de la Generalitat. Cataluña es de los países de Europa que dedica menos dinero a educación
Además, deberíamos ser un poco más creativos y hacer modelos escolares, educativos, mucho más adaptados a la realidad del entorno. Que el entorno penetre más fácilmente en la escuela y que varíe la enseñanza de un lugar a otro. Sería ideal que, por ejemplo, los niños pudieran hacer el aprendizaje en la calle, que los comercios enseñen matemáticas, como se ve en un anuncio reciente de Ikea. Esto se podría hacer en la calle, con los vecinos, con los comerciantes.
Desde el Casal dels Infants os hincháis a luchar contra la pobreza desde el ámbito educativo y formativo
Lo intentamos. Tenemos una suerte muy grande, que es el apoyo de mucha gente. Desde el voluntariado que viene todos los días hasta mucha gente que nos ayuda. No estamos solos. Todos estamos dispuestos a luchar en los barrios donde trabajamos contra esta desigualdad económica. En Pobreza Cero luchamos fundamentalmente contra la desigualdad entre ricos y pobres. Y en el Casal creemos que tenemos una obligación social, ciudadana, de trabajar por la mejora de la situación del país.
Hay que educar sin dejar a nadie atrás, según Pobreza Cero. ¿Cómo hacerlo?
Esto es muy difícil. Lo primero es tener claro que la igualdad es que todos somos desiguales. Si partimos de la base que todos somos desiguales tenemos que encontrar los mecanismos adaptados a cada persona para facilitar la igualdad. La igualdad de oportunidades, que es una expresión que utilizamos mucho, no es un hecho que adquieres y tienes para siempre sino que las personas a las que les cuesta conseguirla se vuelven a encontrar constantemente obstáculos que les dificulta mantenerla.