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Cuando ETA asesinó a Ernest Lluch, su hija Eulàlia tenía 33 años. Esa noche del 21 de noviembre del año 2000 y los días posteriores los recuerda como una pesadilla. Se enteró de que el comando Barcelona había disparado dos balas a su padre porque un amigo del que era entonces su pareja les llamó por teléfono. Ella estaba en Vilassar de Mar. Cogió el teléfono, marcó el número de la comisaría de Mataró y pidió que alguien la acompañase a Barcelona porque unos terroristas acababan de matar a su padre.
Eulàlia Lluch vive ahora con su hija, Anna, en la casa que su padre compró en Maià de Montcal, un tranquilo pueblo de poco más de 400 habitantes y en cuyo cementerio está enterrado el que fuera ministro de Felipe González y artífice de la universalización de la atención sanitaria en España. Se declara federalista y reivindica el espíritu dialogante de su padre como fórmula para intentar curar heridas en el País Vasco y explorar soluciones para el conflicto catalán.
Usted dice que su padre lo tenía clarísimo y que le explicó que cuando ETA promete, cumple. ¿Cree que esta vez también será así y ETA pasará a ser historia?
Yo creo que sí. Desgraciadamente esta frase me la dijo mi padre cuando se produjo el secuestro de Miguel Ángel Blanco. Me dijo 'este chico esta muerto. ETA ha prometido que lo mataría y lo va a cumplir. Por mucho que el Papa pida que lo dejen y por más movilización que haya. Cuando ETA promete, cumple'. Ahora seguirá en la misma línea. También es verdad que han quedado muy tocados por todos los golpes judiciales, la colaboración de Francia y el muy buen trabajo que han hecho los mediadores internacionales.
Lo que les queda es que acaben un poco dignamente, entre comillas. Creo que lo harán, que lo dejarán y pasarán a formar parte de los libros de historia y se olvidará un tema feo, muy triste, desagradable y doloroso.
¿Considera que el perdón que la banda ha ofrecido es sincero?
Me cuesta creerlo y más cuando han pedido perdón sólo a una parte de las víctimas. Lo encuentro muy desagradable. ¿Unas víctimas merecían ser asesinadas y otras pasaban por ahí y sólo les pido perdón a estas? Las víctimas eran todas personas y en una democracia se puede luchar con las palabras pero nunca con las armas. Que solo pidan perdón a una parte de la sociedad me parece poco o nada sincero.
Es un perdón selectivo.
Exacto. El perdón se pide a todo el mundo o no se pide. ¿Qué es esto? O todos o nadie.
¿Consuela?
Me alegró verlo. La primera impresión antes de leerte el texto es pensar 'qué bien, han pedido perdón'. Luego vas leyendo la letra pequeña y ves que siguen con un tono arrogante. Ves que piden perdón, pero no de una manera clara y siguen defendiendo aquello que hicieron. Reconocen que pudieron causar dolor. Pues, claro, evidentemente, lo causaron. Muchísimo dolor. Puede haber generaciones en las que siga ese sufrimiento. Mi hija no conoció a su abuelo pero tiene un déficit de abuelo. A veces le incomoda y pregunta: '¿Mamá, por qué yo no tengo derecho a tener abuelo? ' Mi hija sufre el asesinato de mi padre sin haberlo ni siquiera conocido. Pero es lo que hay.
¿Se aprende a vivir con ese dolor?
Tienes que aprender a la fuerza porque si no, no avanzas. Los años van pasando, se va calmando la rabia, sigue existiendo la incomprensión. Te preguntas el porqué y buscas algunos motivos que te ayuden a justificarlo. No te consuela pero o sigues para adelante y piensas en el futuro o si te quedas anclado en el pasado lo pasas muy mal. Cuesta muchísimo pero hay que seguir con la vida. Yo pienso qué querría mi padre y él diría 'tienes una hija, mira hacia el futuro'. Y es lo que intento hacer.
Algunas víctimas han participado en encuentros con los asesinos de sus familiares. ¿Usted lo ha hecho?
No, no lo he hecho. No se me ha ofrecido participar ni yo me he ofrecido voluntaria para hacerlo. No se me ha dicho nada por parte de nadie.
Si se lo hubiesen ofrecido, ¿se lo hubiese pensado?
No lo sé. Tengo muchas dudas. Sería un encuentro dolorosísimo que no me conviene para nada. A esa persona, Gurruchaga, que fue el que el que disparó a mi padre, le podría preguntar por qué él. Y seguramente la respuesta que me daría no sería satisfactoria. Si me pidiera perdón tampoco estoy segura de que fuese un perdón sincero. Tampoco me hace falta perdonarlos. Es tan duro que más que perdonarlos hay que ignorarlos. Decirles que no van a hacerme más daño, que mi vida no estará condicionada por lo que han hecho. Es aquello de que la ignorancia es el mayor de los desprecios. Pues los ignoro.
A los asesinos de su padre aún les queda por cumplir más de una década de condena. Si algún día se aplica una amnistía y saliesen antes, ¿cómo lo viviría? ¿Lo ha pensado alguna vez?
Sí, lo he pensado. Si hay una amnistía y esta gente legalmente sale de la cárcel será lo que se ha acordado legalmente. Afortunadamente yo no resido en el País Vasco, que es el lugar al que supongo que regresarían estas personas, con lo cual las posibilidades de encontrármelas serían ínfimas. Eso a mi me tranquilizaría. Y como tampoco pretendo recordar la cara que tienen, pues si un día voy de turismo al País Vasco, igual me lo cruzaría, pero lo ignoraría. Para los vascos sería mucho más difícil convivir con aquellos asesinos. Hay pueblos en los que se conocen todos y saben perfectamente qué familia provocó que se asesinase en otra familia. Ahí sería mucho más duro, pero si hay una amnistía, tendré que aceptarlo.
Su padre tenía mucha relación con la ciudad de San Sebastián. ¿Usted ha mantenido ese vínculo?
No. Fui para algún homenaje que se le hizo al poco de haber sido asesinado. Tuve un episodio desagradable. Estábamos paseando por la Concha, alguien nos reconoció y nos escupió. El verano pasado regresé con mi hija. Nos lo pasamos genial, disfrutamos, fue precioso. Este pasado verano fui capaz de volver a San Sebastián pero no había vuelto al País Vasco desde el año 2001.
¿Estaría de acuerdo con un acercamiento de los presos a cárceles vascas?
Sí. Mi padre ya lo defendía. Me acuerdo que me explicó que en el Congreso se aprobó por mayoría el acercamiento de presos a las cárceles más próximas a sus domicilios. Con lo cual esto es una ley que se aprobó por mayoría. Hay que acercar a esos presos. ¿A quién estás haciendo daño? A las familias. Igual no todas las familias compartían la decisión del miembro de ETA. Yo soy partidaria de que las cosas que se aprueban por ley y por democracia hay que cumplirlas. Si se aprobó, hay que acercar a los presos.
En más de una ocasión se ha denunciado el intento del PP de instrumentalizar a las víctimas.
Yo no me he sentido instrumentalizada porque tampoco he pertenecido a ninguna asociación de víctimas. Pero recuerdo que cuando Zapatero fue presidente en alguna de las manifestaciones que se montaron tras el atentado de la T4 de Barajas se gritaba 'Zapatero, asesino'. Y eran víctimas instrumentalizadas. Zapatero no era un asesino. ETA era ls asesino. Zapatero, supongo que como todos los presidentes del Gobierno, ha intentado arreglar las cosas. Algunos presidentes con más ganas y otros con menos. Pero ahí hubo instrumentalización y creo que sigue habiéndola.
Ahora que ha aparecido el documento de ETA se han visto diversas versiones. Somos víctimas de diferente índole, de diversas creencias y se ha visto la disparidad. Quien más ha criticado el documento han sido asociaciones de víctimas y, sobre todo, españolas. Las catalanas lo han criticado menos.
Todos los gobiernos, tanto del PSOE como del PP se han sentado a negociar con ETA. Estamos en Catalunya y mucha gente se pregunta cómo es posible que se sentasen a negociar con terroristas, pero no sea posible sentarse a hablar con los independentistas catalanes.
Eso también me lo pregunto yo. Lo he preguntado en público más de una vez. No lo entiendo. Las cosas se arreglan dialogando, negociando, intentando empatizar con el contrario. Evidentemente en toda negociación los dos bandos pierden algo y ni un lado ni el otro pueden pretender ganar el 100%. Me parece vergonzosa la situación en la que estamos. Se hizo mal por parte del independentismo y se ha hecho peor por parte del Gobierno de España. Enrocarse como se han enrocado es de difícil solución. Pero esto hay que solucionarlo.
No hay violencia por parte del independentismo. Acusar a los CDR de terroristas me parece de sinvergüenzas. Vale que pueden quemar cuatro ruedas de coche, levantar cuatro barreras de autopista y que la persona que se encuentra encajonada en la manifestación tiene todo el derecho a decir 'vaya gracia que me haya tocado a mi estar aquí cinco horas'. Pueden molestar, pero, ¿eso es terrorismo?
Si usted tuviese que describir qué pasa en Catalunya, si hay o no fractura social, si es una sociedad dividida, si hay o no violencia, ¿qué descripción haría?
Intentan vender que hay violencia porque interesa venderlo al resto de España. Es una de las bases para poder acusar de rebelión, sedición, violencia, terrorismo. Esto no es verdad. Sí que creo que está empezando a haber cierta fractura social y familiar en muchos casos. Nos va a costar al menos una generación el poder volver a vivir todos en paz. En grupos de amigos a veces hay incomodidad y ciertos temas ya no los tocas. Eso no creo que sea bueno. Respecto a lo que se dice de los colegios, no es cierto que se esté adoctrinando. Al menos por lo que veo yo con mi hija. No se les adoctrina, se les explica todo como es. Se está utilizando una violencia judicial contra Catalunya.
El independentismo tampoco lo ha hecho bien porque lo del pleno del 6 y 7 de septiembre fue muy incorrecto. Y a partir de ahí se desató la ira por los dos bandos. Ellos, los gobernantes independentistas también son culpables de esta ruptura.
El 29 de octubre de 1991 su padre publicó un artículo en La Vanguardia que ahora resulta profético. Escribió: “No podemos ignorar la existencia en Catalunya de un independentismo que, pase lo que pase, continuará siéndolo. Pero sé también que una parte muy considerable del no mayoritario independentismo catalán lo es por razones sentimentalmente espontáneas pero que se tamizan después con la razón sosegada”. Y alertaba de que la independencia nunca es gratis. ¿En qué momento se perdió la razón sosegada? un artículo en La Vanguardia
Cuando Alfonso Guerra pasó el cepillo al Estatuto de Autonomía. Zapatero prometió que aceptaría el Estatuto que aprobase el Parlamento de Catalunya. Se votó en el Parlamento y lo votaron los catalanes. Y en el Congreso, Guerra se mostró orgulloso de haberle pasado el cepillo. Ahí hubo un punto de inflexión y, desde entonces, ha ido creciendo la bola. Las dos partes se han ido radicalizando y eso nunca es bueno.
¿Cree que estamos camino de que se solucione?
Creo que va para largo y más con el gobierno actual. Y si, como dicen las predicciones, en unas generales podría ganar Albert Rivera, vamos a peor.
¿Cómo definiría a Albert Rivera?
Un personaje con el que no comparto absolutamente nada excepto que hablamos catalán los dos, seguramente yo más que él. Le veo muy ambicioso y alguien que se ha dedicado a crear mal ambiente. No entiendo cómo un chico tan joven tiene esta agresividad política. Dicen que está apadrinado por Aznar y el Ibex 35 para que fuese el contrincante de Podemos en versión 'derecha'. Pero creo que se ha pasado a la derecha de la derecha.
¿La competición entre Ciudadanos y el PP complica ese acercamiento de los presos a Euskadi o una solución dialogada para Catalunya?
Creo que sí. Un gobierno de izquierdas estaría mucho más abierto al diálogo. Mientras haya un gobierno de derechas, con el PP, con Ciudadanos, o con ambos dos, habrá un enroque muy españolista.
Se declara federalista y europeísta. ¿Se siente en minoría?
Sí. He heredado el federalismo y el europeísmo de mi padre. Él siempre decía que pertenecer a Europa era bueno. Catalunya siempre ha sido muy europeísta. Cuando nadie de Europa reconoció a Catalunya empezó a haber un sentimiento antieuropeísta por parte del mundo independentista. Después se detiene a Puigdemont en Alemania y otra vez antieuropeísmo. Cuando le dejan en libertad se vuelve al 'oh Europa'... Seamos serios. Pertenecer a Europa es bueno y lo que sería ideal, aunque no creo que vaya a ser posible, sería un Estado federal. O tener el cupo vasco o un modelo similar, que sea justo. Pero no parece que haya ninguna intención. Es aquello de 'os queremos, queremos que os quedéis en España ', pero nos dan todos los palos del mundo. Hombre, si me quieres dime alguna cosa bonita de vez en cuando.
Usted llegó a estar en un puesto simbólico en la lista del PSC en unas generales. ¿Cuando habla con gente del partido, les traslada estas reflexiones?
No tengo línea directa con la gente que manda en el PSC. Lo comento con amigos y compañeros que no tienen ningún cargo. A mí me sorprende un poco Pedro Sánchez.
¿Para bien o para mal?
Para mal. Me ha decepcionado un poco. El PSC entiende más el problema catalán porque forma parte de Catalunya, pero no tiene la ayuda del PSOE.
¿Qué le parece que haya políticos y activistas independentistas en prisión preventiva?
Me parece un sinsentido. Estas personas no deberían estar en la cárcel. Y en caso de que tuvieran que estar, cosa que niego rotundamente, como mínimo que se les acerque a su casa. No sé cómo piensa el juez Llarena, pero está haciendo algo tan brutalmente fuera de lugar que me parece que a nivel europeo también quedará retratado. Los atacantes de la Blanquerna, que están condenados, están en su casa porque tienen niños pequeños. En cambio, todas las personas que pertenecían o pertenecen al Gobierno catalán y los dos 'jordis' están en la cárcel por supuestas acusaciones. ¿Esto es justicia? No, esto no es justicia.
En el caso de Euskadi, el socialista Jesús Eguiguren se implicó mucho en las negociaciones. Se sentó con Arnaldo Otegi para buscar una salida. ¿Le parece bien?
Sí, me parece bien. Fue el principio del fin. Recibió muchos palos por parte de su partido, pero me parece bien. Hubo una voluntad de arreglar el tema. Yo no admiro a Otegi, pero le agradezco que se sentará a hablar con Eguiguren y empezase a poner la cosa en marcha. Hay que hacer acciones como esta para intentar arreglar las cosas porque si no, no se arreglan nunca.
Citaba a Otegi. ¿Cree que el papel de la izquierda abertzale ha sido fundamental para que ETA dejase las armas?
Sin ser una persona que se dedica a la política y que me informo a través de los medios, creo que sí. La izquierda abertzale ayudó cuando dijo 'así no vamos a ningún sitio'. Además se estaban debilitando. No sé en qué grado ayudó pero creo que fue bueno.