“Nos lo conocemos todo el uno del otro”. Jordi Turull y Josep Rull, exconsellers de Presidencia y Territorio, han compartido durante 33 días celda en la cárcel de Estremera. Este martes han explicado su encierro en prisión: cómo pasaban las horas, la relación con los demás internos y qué han sentido en sus primeras horas en libertad. Todo ello acompañado de anécdotas, como que 'La que se avecina' y 'Rex, el perro policía' han sido sus series de referencia en la cárcel, y que Rull, en palabras de Turull, es el “rey del ping–pong” de Estremera.
Su relato, pronunciado en su primer acto de campaña de Junts per Catalunya, da cuenta de la dureza de la vida carcelaria. Lo más difícil para los exconsellers ha sido no poder estar con sus familias. Rull, por ejemplo, sólo ha podido ver una vez a sus hijos de tres y ocho años durante su estancia en prisión.
“Lo primero que he hecho al salir ha sido comerme a besos a mis hijos, que es algo que recomiendo a todo el mundo”, ha explicado el extitular de Territorio, que también ha aprovechado su primer día en libertad provisional para ir a ver su madre, que es mayor y no puede salir de casa. Turull, emocionado, ha explicado cómo este martes ha vuelto a acompañar a su hija al colegio.
No siempre bien avenidos dentro de las familias del PDeCAT, Rull y Turull han pasado, contra su voluntad, 16 horas diarias en la misma celda. En su estancia en Estremera, llegaron a trabar buena relación con los funcionarios y un monitor voluntario de la cárcel, que con los días pasó de llamarles “Jorge” y “José” a decir sus nombres en catalán.
Rull y Turull han destacado la “gran humanidad” de los internos del Módulo 4, el llamado módulo de respeto. “Nos preguntaban: '¿Y vosotros qué demonios hacéis aquí? ¿Nosotros sí sabemos por qué estamos aquí, pero y vosotros?”, ha explicado Turull que les decían los demás presos en los primeros días. Tras dar sus explicaciones, los internos replicaban: “Es que sois normales”. “Claro que somos normales”, terciaban los exconsellers. Cuando este lunes abandonaron la cárcel, han añadido, los presos les aplaudieron y abrazaron.
Los exconsellers se hicieron rápidamente con una televisión que les permitió estar entretenidos entre rejas. Se mantuvieron informados, en especial a través de programas como Al Rojo Vivo, de La Sexta, pero han terminado por conocer los horarios de todas las cadenas. “Antena 3 hace los informativos a las tres de la tarde”, ha dicho Turull a preguntas de una periodista de esta cadena.
Entre los aspectos más negativos de la cárcel estaba la comida, sólo aliviada por los bocadillos que preparaba Turull con el jamón comprada en el economato, una palabra del vocabulario carcelero que han descubierto los exconsellers 'compis' de celda.
Los exconsellers también han relatado el cambio de hábitos que supone el encierro en prisión. Comunicaban a su equipo, en el caso de Rull a sus colaboradores en la Generalitat Ferran Falcó y Damià Calvet, los tuits a escribir desde sus perfiles, y una vez fuera de la cárcel, Turull le preguntó a Rull “cómo se enviaba un whatsapp”.
Lo peor, los traslados
Los exconsellers han destacado el buen trato recibido por parte de Guardia Civil y Policía Nacional. Los peores momentos los han vivido en los traslados de los juzgados a la cárcel. Encerrados en una furgoneta sin poder ver el exterior, llegaron mareados a la cárcel o al Tribunal Supremo, donde declararon el pasado viernes. Y el dos de noviembre, tras la orden de prisión incondicional de la Audiencia Nacional, estuvieron horas en los furgones de la Guardia Civil hasta que no llegaron a la cárcel de Estremera.
Rull ha asegurado que antes de llegar a Estremera hizo una parada en la prisión de Navalcarnero, donde vivió una mala experiencia. Ha explicado que un funcionario le hizo quitarse por primera vez en diecisiete años el anillo de casado y le dijo “se os ha acabado la tontería, te vas a pasar tanto tiempo en la cárcel que el auto [de la magistrada Carmen Lamela] te lo vas a acabar aprendiendo de memoria”, así como referencias a que era “un traidor”.
A diferencia de los exconsellers del PDeCAT, los tres exmiembros del Govern de ERC han dado pocos detalles de su estancia en prisión. Sólo el exconseller de Justicia, Carles Mundó, ha relatado el “último abrazo” que le dio a Oriol Junqueras este lunes, y el mensaje que le trasladó el exvicepresident: “No descanséis ni un segundo hasta ganar la libertad y las elecciones”.
Todos los excarcelados comparten objetivo: sacar de prisión a Oriol Junqueras, Joaquim Forn, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart. Turull ha dado un consejo para hacerles más llevadera la cárcel: que la ciudadanía les envíe cartas. “Pero enviadles también sellos, porque te dan 100 euros semanales para gastar y así no tienen que comprar los sellos para responder las cartas”, ha añadido.