La expresidenta del Parlament Carme Forcadell y la exconsellera de Trabajo Dolors Bassa han abandonado por primera vez de prisión este lunes para cuidar de sus respectivas madres en aplicación del artículo 100.2 del reglamento penitenciario, que permite flexibilizar la estancia en la cárcel de los internos mediante salidas puntuales del centro penitenciario para trabajar, realizar labores de voluntariado o cuidar de familiares.
Las Juntas de Tratamiento de las prisiones de Mas d'Enric (Tarragona) y de Puig de les Basses (Girona) autorizaron la semana pasada las salidas de la cárcel a Forcadell y Bassa para cuidar de sus madres, de edad avanzada. La exconsellera también había pedido salir para trabajar, aunque esta petición se abordará en las próximas semanas. Bassa y Forcadell, las dos únicas presas del procés, son las únicas de entre los nueve condenados por sedición que han pedido cuidar de familiares fuera de prisión. Por el momento los siete líderes del procés hombres no lo han solicitado.
En concreto, las salidas de prisión autorizadas para Forcadell, condenada a once años y medio de prisión, son de 9 horas tres días a la semana para realizar voluntariado y cuidar de su madre, mientras que a Bassa, condenada a 12 años, se le permite salir 8 horas al día tres días a la semana. Ambas reingresarán en prisión para dormir y los fines de semana.
Las Juntas de Tratamiento, integradas por el director de la cárcel, juristas, psicólogos y educadores, acordaron aplicar el artículo 100.2 a ambas presas, una decisión de aplicación inmediata pero que puede ser recurrida por la Fiscalía y que en última instancia deben ratificar el juzgado de vigilancia penitenciaria y la Audiencia de Barcelona. En la aplicación del 100.2 no interviene la secretaría de medidas penales de la conselleria de Justicia. El año pasado en Catalunya este artículo se aplicó a 405 internos.
Los presos del procés fueron clasificados en segundo grado el pasado mes de enero, el ordinario que se aplica a la mayoría de reclusos. Con todo, este régimen penitenciario permite, mediante el artículo 100.2, flexibilizar el régimen penitenciario hasta condiciones similares a las de la tercer grado, es decir, salir de la cárcel a diario para trabajar, hacer voluntariado o seguir tratamientos de reinserción fuera de la prisión, y reingresar en el centro penitenciario para dormir y los fines de semana.
La Fiscalía ha dado muestras de que se opondrá a la aplicación del 100.2 si se otorga como un tercer grado “encubierto”. De hecho el pasado viernes el Ministerio Público pidió a la jueza de vigilancia penitenciaria que revocara el 100.2 para Jordi Cuixart, que ya ha acudido a su empresa a trabajar desde el pasado jueves. Cuixart, Bassa, Forcadell, el exconseller Joaquim Forn y el exlíder de la ANC Jordi Sànchez son los cinco presos del procés que a los que se ha aplicado el 100.2, aunque se espera que los otros cuatro -Oriol Junqueras, Raül Romeva, Josep Rull y Jordi Turull- también sigan el mismo camino en las próximas semanas.