Que la división en Junts pel Sí la pasada legislatura estaba a la orden del día se demostró en temas como BCN World o el IRPF. Pero en esa coalición había algo más que pugnas puntuales entre un partido de centro derecha y otro de centro izquierda. En los dos años que compartieron gobierno, Convergència –reconvertida en el PDeCAT– y ERC libraron una intensa batalla para lograr la hegemonía independentista, tal y como constató el secretario general de la Vicepresidencia y número dos de Oriol Junqueras, Josep Maria Jové, en su agenda personal.
“Que CDC no controle áreas clave vinculadas al procés”, anotó Jové el 1 de octubre de 2015, cuatro días después de las elecciones del 27 de septiembre, según recoge la Guardia Civil en el informe de la libreta 'Moleskine' incautada en el registro del domicilio particular del alto cargo el pasado 20 de septiembre ordenado por el juzgado de instrucción 13 de Barcelona.
La estrategia de los republicanos al principio de la legislatura, según se desprende de las anotaciones de Jové, pasó por “convencer” a Convergència de que ERC se quedara las “áreas clave” del Govern, por ejemplo las relacionadas con el proceso soberanista, el dinero público –“los recortes”– y la “transparencia” para “girar a la izquierda”. Todo ello a cambio de que la presidencia fuera para Artur Mas. En este rompecabezas los republicanos esperaban lograr que la CUP invistiera a Mas, algo que finalmente los anticapitalistas rechazaron.
Precisamente durante los tres meses de negociaciones entre JxSí y la CUP antes del 'paso a un lado' de Artur Mas, Jové consideró “un riesgo” crear tres vicepresidencias en el Govern, ya que esto daría la imagen que “ERC pierde”, además de ser necesario un cambio en la ley: “Abrir la ley ad hoc para la CUP es un riesgo grande, es un riesgo que para contentar a la CUP perdamos nosotros”.
“No haremos de palmeros”
El 23 de diciembre de 2015, al descartarse estas tres vicepresidencias, Jové destaca que la vicepresidencia que podría ocupar Junqueras estaría “muy reforzada”. Pero las tensiones entre CDC y ERC seguían a la hora de decidir los altos cargos. “CDC propone quedarse todas las direcciones y nos ofrecen todas las subdirecciones. No lo aceptamos porque nos comeremos toda la 'mierda'. Hemos de tener poder real, no haremos de palmeros”, escribe Jové, que remarca la necesidad de tener el “control” de Economía.
Jové también da cuenta de las negociaciones 'in extremis' con la CUP a principios de enero de 2016. En esos encuentros previos a la presidencia de Puigdemont convergentes y anticapitalistas ya muestran conceptos distintos de lo que supone dar “estabilidad” al Govern. Mientras la cupaire Gabriela Serra la circunscribe a “todo lo que hace referencia al procés”, Lluís Corominas explicita que el Govern debe quedar en minoría sólo en casos “excepcionales”.
La excepción se convirtió casi en norma y la CUP tumbó los presupuestos de 2016. La negociación presupuestaria agrietó las costuras entre ERC y CDC. “La presión, las declaraciones de CDC, Munté, en forma de relacionar estabilidad y presupuestos no ayudará”, pronostica Jové, que intuye el peligro para ERC de que la CUP rechace las cuentas, tal y como terminaría ocurriendo por primera vez desde la restauración de la democracia: “Será como culpa de la CUP pero también por incapacidad de ERC”.
La indecisión de ERC en la negociación presupuestaria –cuando los republicanos no cerraron filas con CDC pero tampoco apoyaron las reclamaciones de la CUP– hace que Jové constate que los anticapitalistas “confían más en MHP [Molt Honorable President, Puigdemont] que en VP [Vicepresident, Junqueras] porque nosotros no somos claros”.
Giros en la hoja de ruta
El dietario de Jové también muestra el giro en la hoja de ruta independentista. De prometer la independencia sin consulta en 18 meses, JxSí pasó al referéndum a cambio de que la CUP apoyara la cuestión de confianza de Puigdemont en septiembre de 2016. A finales de junio de ese año Jové veía el referéndum unilateral “difícil de organizar” y potencialmente “ridículo” porque hubiera menos votantes que el 9-N. No obstante, termina por abrazar la unilateralidad ya que “no hay ninguna propuesta española”, aunque la ve “contradictoria”.
Según se desprende de las notas de Jové, fue en una reunión en el Palau de la Generalitat el 31 de agosto de 2016 cuando el Govern terminó por aceptar la exigencia de la CUP del referéndum. “Las elecciones constituyentes [el último paso en la hoja de ruta inicial de JxSí] están muy cuestionadas, el referéndum es lo que habría que defender”, anota Jové que dijo Raül Romeva.
“No podemos generar inseguridad y los letrados [del Parlament] si cesan la generan y están por hacerlo”, advierte Jordi Turull (PDeCAT) sobre los peligros de la vía unilateral. “Lo que genera dudas a los letrados es que no tenemos claro adónde vamos. Hay que pactarlo todo muy claro con la CUP”, responde la republicana Marta Rovira.
Quien se muestra más reticente de aceptar el referéndum propuesto por la CUP, según se desprende del dietario de Jové, es Artur Mas, que critica que los anticapitalistas “no han cumplido nada de lo que pactamos” al inicio de legislatura. “El referéndum no lo controlamos y ya saben cómo cargárselo porque hicimos el 9-N”, abunda el expresident.
El PDeCAT, dolido con Puigdemont
Finalmente Puigdemont apostó por el “referéndum o referéndum”, superó la cuestión de confianza y la CUP terminaría apoyando los presupuestos de 2017. En agosto de 2016 Jové habría empezado a pensar cómo llevar a cabo la votación, pero en noviembre del mismo año se da cuenta que lo tendrá que hacer ERC en solitario, ya que sus socios de Govern del PDeCAT no están por la labor.
Lo constata tras una reunión el 11 de octubre de 2016 con el entonces secretario del Govern, Joan Vidal de Ciurana. Jové concluye que los neoconvergentes “no quieren hacer nada e incluso plantean ceder liderazgo de competencias”, algo que terminaría ocurriendo ocho meses después, cuando Junqueras asumió las competencias de procesos electorales para comprar urnas que tenía la consellera de Gobernación, Meritxell Borràs (PDeCAT).
“Nosotros hicimos el 9-N y ahora os toca a vosotros. ¿No lo sabéis hacer todo? ¡Hacedlo!”, anota Jové que le dijo Vidal de Ciurana, del que Jové dice que parece “muy dolido” y “displicente” con Puigdemont. También sospecha que Vidal quiere “hacer caer” del Govern a “VP, Romeva y al ”MHP (!)“. A diferencia de los dos primeros, Puigdemont es del mismo partido que Vidal de Ciurana, el PDeCAT.
“Seguimos buscando alternativas a los obstáculos, ahora lo haremos de verdad. Nos hemos de repartir medallas y marrones”, reflexiona la mano derecha de Junqueras. Vidal de Ciurana abandonó el Ejecutivo catalán en julio de este año, cuando cesaron del Govern los miembros del PDeCAT que no estaban dispuestos a ir hasta el final con el 1-O.