Una transición nacional que resulte en una República catalana en 18 meses. Este es el compromiso firmado este lunes por CDC y ERC en caso de que los independentistas obtengan mayoría en el Parlament tras las elecciones del 27 de septiembre. El preacuerdo de hoja de ruta contempla que la Cámara comience un proceso constituyente “abierto a la participación ciudadana” tan pronto se obtenga “un mandato democrático” para ello en las elecciones autonómicas, que consideran que tendrán carácter plebiscitario. El texto habla de “mayoría suficiente” sin llegar a cuantificarla.
El preacuerdo está avalado por las tres entidades independentistas con las que hasta ahora se han consensuado los pasos del proceso soberanista, la Assemblea, Ómnium Cultural y la Federación de Municipios por la Independencia. Según el documento, las candidaturas soberanistas que se comprometan con el pacto “deben dejar claro, como punto primero y destacado, que votarlas supone un pronunciamiento favorable a la independencia de Catalunya”. Una vez pasadas las elecciones, si esas candidaturas obtienen la mayoría parlamentaria, prevén comenzar a redactar una Constitución catalana a través de una “Convención Constitucional”, que debe acabar de elaborar el texto legal en 10 meses.
Contemplan paralelamente que el Govern desarrollar las estructuras de Estado “necesarias del nuevo estado”. Los firmantes se comprometen a desarrollar este proceso, que no puede durar más de 18 meses, pese a los inconvenientes legales de los tribunales. “El proceso de transición democrática no quedará en ningún caso supeditado a la vigencia jurídica o eventuales impugnaciones”, reflejan en el texto presentado. Una vez desarrollados el texto constitucional y las estructuras de Estado, el plan de los dos grandes partidos independentistas desemboca en un referéndum vinculante, a través del cual se recogerá el mandato para proclamar la República catalana.
El texto cristaliza un preacuerdo entre las formaciones y entidades que han formado el núcleo del proceso soberanista, pero queda a la espera de que puedan sumarse a la negociación partidos como MES, Unió, la CUP o EUiA. Además, prevé “mantener una actitud expectante respecto a la alternativa de un referéndum vinculante por parte del Estado español”, es decir, esperar una oferta del Gobierno central antes de dar el último paso hacia la independencia. Entienden además que habría que entrar en una negociación con el Estado en lo que respecta a “activos y pasivos” y “relaciones entre los estados”, además de con instancias internacionales para el reconocimiento del nuevo Estado.
Se trata del primer documento en el que Convergència se compromete con claridad para llevar la declaración de independencia y la elaboración de una nueva Constitución en el programa electoral, tal como reclamaba ERC y las entidades independentistas. El preacuerdo llega en un momento en el que Unió se ha desmarcado del ritmo de sus socios de CDC convocando una consulta entre sus bases una vez pasadas las elecciones municipales para clarificar su posición sobre la independencia.