Lluís Prenafeta, la antigua mano derecha del ex president Pujol y quién ha reconocido haber cobrado comisiones ilegales por intermediar en operaciones inmobiliarias, mantenía contacto con Artur Mas para interceder por empresarios que querían reunirse con él para “facilitar cosas”. Así lo ha acreditado este martes la fiscal del caso Pretoria, que estos días se juzga en la Audiencia Nacional, gracias a unas escuchas telefónicas practicadas a quien fuera el hombre fuerte del pujolismo.
Durante la confesión de Prenafeta, la fiscal Ana Cuenca ha reproducido varias grabaciones telefónicas que apuntan al expresident de la Generalitat, Artur Mas, como el facilitador de quien Prenafeta echaba mano ante los problemas que empresarios de su entorno tenían con contratos públicos y licencias.
En la primera llamada, entre Prenafeta y el empresario L.C., el primero se compromete a tratar el asunto con Artur Mas a raíz de un problema con una promoción urbanística en el Ayuntamiento de Cerdanyola. “Si yo hablé con el señor Artur Mas fue exclusivamente para hacerle un favor”, ha asegurado Prenafeta. El empresario fue quien compró los terrenos de Badalona, una operación por la que Prenafeta cobró una comisión que se repartió con el ex conseller de Economía de Pujol, Macià Alavedra y el ex diputado del PSC, Luis Andrés García Luigi.
La segunda conversación grabada es ya directamente la mantenida entre Prenafeta y Artur Mas. En ella, ocurrida en 2009, el colaborador de Pujol traslada al entonces jefe de la oposición que un empresario “controvertido” de Terrassa del cual no quiere decir el nombre por teléfono, quisiera almorzar con él para “facilitar cosas”. Prenafeta pide que a esa reunión asista también Germà Gordó y, por la parte empresarial, asegura que asistirá, además del empresario controvertido, su número dos, Isaac Lahuerta.
En la misma grabación se escucha como Artur Mas accede sin problemas a mantener esa reunión que, según la confesión posterior de Prenafeta, acaba teniendo lugar en el restaurante de un hotel con los participantes señalados. Aunque el nombre del empresario no se ha pronunciado en ningún momento, la descripción encajaría con el presidente de CIRSA, Manuel Lao, quien ya se relacionó con Artur Mas en la investigación del caso de las ITV y que no tiene relación aparente con el caso Pretoria.
Es por esta razón que se interpreta que ambas conversaciones aportadas por la fiscalía podrían no estar directamente vinculadas, al tener participantes diferentes. Sin embargo, sí acredita la estrecha vinculación entre los negocios de Prenafeta y las reuniones con empresarios o intercesiones realizadas por Artur Mas y Germà Gordó.
Este martes ha sido la primera vez que estas conversaciones entre Prenafeta y el actual presidente del PDECat han salido a la luz, y lo han hecho en el momento que el el hombre fuerte de Pujol reconocía haber cobrado comisiones “del 3 y el 4%” en diferentes operaciones urbanísticas. Además, Prenafeta ha reconocido la evasión de 14,9 millones de euros en diferentes cuentas de Suiza o Andorra. Esta confesión, similar a la que ya hiciera su socio en marzo pasado, se enmarca en el pacto con la Fiscalía para rebajar sus penas.
Prenafeta, pese a reconocer las acusaciones de tráfico de influencias, ha dejado fuera de estas la participación de Mas y Gordó, asegurando que en la comida mantenida se habló de diferentes asuntos como el fútbol o la crisis económica, pero en ningún caso de la intervención política sobre negocios privados. Pese a esto, la actuación confesa del ex secretari de Presidència de Pujol salpica de forma colateral la imagen de Artur Mas, al que Prenafeta acude como conseguidor en sus negocios.
Desde la oficina del ex president Mas se recuerda que el presidente del PDECat no está imputado en la causa ni tiene ninguna sombra de sospecha sobre su actuación posterior. Además, se enmarca la reunión referida en la agenda normal de un jefe de la oposición, que tiene encuentros con todo tipo de entidades. Consideran además que la conversación que ha salido a la luz en ningún caso demuestra una relación con Prenafeta, mucho menos de tipo empresarial, y recuerdan que L.C. fue desimputado por este caso en 2012.