Los condenados por el caso Palau han reaccionado a la sentencia publicada este lunes a medida que iban saliendo del Palacio de Justicia de Barcelona. Francesc Sànchez, el representante legal de Convergència y uno de los hombres de confianza de Artur Mas, ha declarado que su partido recurrirá ante el Tribunal Supremo la sentencia que ordena el decomiso de 6,6 millones al partido.
Estos 6,6 millones, según la sentencia, son el montante de las comisiones que Ferrovial pagó al partido a través del Palau de la Música a cambio de obra pública. El extesorero de CDC, Daniel Osàcar, ha resultado condenado por tráfico de influencias y blanqueo a cuatro años y cinco meses de cárcel.
“La jueza ha comprado la idea de la Fiscalía y no estamos de acuerdo”, ha lamentado Sànchez, poniendo el foco en el tribunal que ha condenado a su partido y en el fiscal anticorrupción Emilio Sánchez Ulled, la bestia negra de CDC en los juzgados.
También ha hecho declaraciones la hija de Jordi Montull y exresponsable financiera del Palau, Gemma Montull, a quien de nada le ha servido su pacto con la Fiscalía alcanzado durante el juicio: pese a que el ministerio público pedía dos años de cárcel para ella, que suponían en la práctica que no entraba en prisión, ha terminado condenada a cuatro años y seis meses de cárcel.
Salvar de la cárcel a Gemma Montull fue la principal razón para que su padre y Fèlix Millet confesaran durante la vista oral las comisiones de Ferrovial a Convergència. El objetivo no se ha cumplido, ya que el tribunal ha situado en un lugar destacado a Gemma Montull como responsable del expolio y la trama de comisiones, a un nivel, eso sí, inferior al de los dos mandamases del Palau.
“La sentencia es muy injusta”, ha afirmado Gemma Montull, que se ha declarado “bastante triste” por el fallo. De hecho, la hija de Jordi Montull es la acusada que más números tiene de entrar en prisión, por la edad avanzada del resto de condenados a penas altas de prisión (Millet, Montull padre y Osàcar).