'No' definitivo de la CUP a tramitar los presupuestos. La reunión extraordinaria del Consejo Político y el Grupo de Acción Parlamentaria (GAP), el órgano que ejerce de enlace entre las asambleas territoriales y el Secretariado Nacional de la CUP, ha decidido que la última oferta del Govern para revocar el rechazo a las cuentas no es suficiente. El Govern se queda así sin su socio parlamentario para los presupuestos y en una situación delicada. “Hoy la CUP en ningún caso veta nada”, ha dicho la diputada cupaire Eulàlia Reguant, la encargada de comunicar la decisión.
Tras tres horas de deliberación, 29 representantes cupaires han votado a favor de mantener la enmienda a la totalidad y 26 se han mostrado partidarios de retirarla y dejar discutir las cuentas en el Parlament, tal y como pedía el Govern. Tres personas se han abstenido. Según la decisión anunciada este martes pasadas las once de la noche, los 10 diputados cupaires se unirán este miércoles al resto de la oposición para devolver los presupuestos al Govern.
Tanto Reguant como el también diputado de la CUP, Albert Botran, han afeado al Govern que haya buscado negociar las cuentas después de presentarlas en el Parlament. “Se podrían haber solucionado las diferencias antes”, ha afirmado Botran, que también ha lamentado que la campaña electoral para las generales haya influido en la negociación. “Es un desacuerdo pero no es el primero ni el último”, ha añadido Botran.
Reguant también ha reiterado la voluntad de “trabajar conjuntamente” con el ejecutivo para acordar unos presupuestos para 2016 (pese a que su ejecución quedaría limitada al último trimestre del año) y, en especial, para las cuentas de 2017. Asimismo, Reguant ha explicado que el Govern tendrá toda la estabilidad si despliega la declaración independentista que se aprobó el pasado 9 de noviembre.
La decisión de la CUP llega a menos de 24 horas de que la Cámara vote las enmiendas a la totalidad a las cuentas. La CUP, igual que el resto de la oposición, presentó la suya al valorar que los presupuestos que presentó el el Govern eran insuficientes para sus demandas. Las diferencias entre socios independentistas versaban sobre la política tributaria, el gasto social o los criterios de austeridad.
La propuesta del Govern del pasado jueves y la última de este mismo martes, que incluía entre otras medidas un compromiso para devolver ATLL a manos públicas y algunos avances para abandonar los criterios de austeridad presupuestaria. Tres asambleas territoriales cupaires más partidarias del acuerdo con Junts pel Sí forzaran la reunión extraordinaria de este martes. Se abría así la puerta a revocar el 'no' a las cuentas que dio el pasado 28 de mayo el mismo Consejo Político y Grupo de Acción Parlamentaria, pero las desavenencias, en especial entre Convergència y la CUP, han podido a la voluntad de acuerdo.
Ni la última oferta del ejecutivo a la CUP ha podido convencer lo suficiente a las bases de la formación para revocar el rechazo inicial a las cuentas. No obstante, los anticapitalistas, sin llegar a los niveles de división de la investidura, vuelven a mostrar sus discrepancias internas sobre los ritmos y las alianzas del proceso soberanista.
Con el 'no' definitivo de la CUP a las cuentas, el pleno de este miércoles será la primera ocasión para comprobar hasta qué punto la “confianza política” entre los socios independentistas, en palabras del vicepresident Oriol Junqueras, ha quedado tocada. De resquebrajarse por completo, Catalunya iría a sus terceras elecciones anticipadas en cinco años, que según el Estatut no podrían celebrarse hasta que pase un año de las anteriores, es decir, a partir del 27 de septiembre de 2016.
Desde la CUP y ERC, los últimos días han mantenido que un 'no' anticapitalista a los presupuestos no rompe el pacto de legislatura. Por contra, el partido para el que peor pintan las encuestas, Convergència, ha sido el que se ha mostrado más beligerante con la CUP. Antes de que la reunión cupaire, la portavoz del Govern y consellera de Presidencia, Neus Munté, ha dicho que si los anticapitalistas mantenían el veto a las cuentas el ejecutivo tendría que “replantear cuestiones de primer orden”, tanto de su día a día como a nivel de legislatura. “Sería una prueba de que el acuerdo de gobernabilidad se ha incumplido”, ha añadido.