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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

La Diada mide la respuesta independentista al cerco del Estado al referéndum

Tras una semana en que la Generalitat ha culminado su apuesta para convocar el referéndum y sus responsables han recibido la respuesta del Estado en forma de apercibimientos y querellas, la gente volverá a ser la protagonista de la Diada. Este año, además de otro clamor en la calle reclamando soberanía para Catalunya, la manifestación de la ANC y Òmnium servirá para medir la reacción del independentismo a los intentos del Estado para impedir el referéndum.

El aviso del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, de que el Gobierno hará “todo lo necesario” para “evitar” el referéndum no parece ni mucho menos un farol, como tampoco la apuesta del president de la Generalitat, Carles Puigdemont, y de todo su Govern para celebrar el 1-O.

Puigdemont, en su discurso institucional en víspera a la Diada, ha prometido que el 1-O el Govern pondrá las urnas “para los que quieren una Catalunya independendiente y para los que legítimamente quieren continuar formando parte de España”, y ha llamado a los catalanes a “celebrar la Diada activamente con el civismo y la alegría que nos caracteriza”.

Este domingo, según ha informado la Assemblea Nacional Catalana (ANC), ya se habían inscrito 400.000 personas para participar este lunes en la manifestación de la Diada nacional de Catalunya en el centro de Barcelona, que tendrá como epicentros la plaza de Catalunya y la confluencia entre el Passeig de Gràcia y la calle Aragó.

Uno de los asistentes será el propio Puigdemont, quien, a diferencia de Artur Mas, ha acudido a la manifestación de la ANC y Òmnium las dos Diadas que lleva como president. Por su lado, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, no irá a la marcha, según ha dado por hecho el coordinador de Catalunya en Comú, Xavier Domènech, que sí ha avanzado la participación de otros miembros de los comuns como el teniente de alcaldía de Barcelona, Jaume Asens.

Asistencia multitudinaria

La cifra de asistentes a la manifestación de la tarde en Barcelona será, como todos los años, mayor que la de los 400.000 inscritos, y los convocantes esperan superar las 800.000 personas del año pasado.

Y es que, como dice la CUP, el mambo ha empezado: la solidaridad ciudadana que alentaron ANC y Òmnium este sábado frente a la redacción de el semanario 'El Vallenc' durante el registro de la Guardia Civil puede repetirse en los próximos días en función de las decisiones del Gobierno, según ha apuntado el presidente de la Assemblea, Jordi Sànchez, en una entrevista con este diario.

No en vano, tal y como adelantó eldiario.es, la Fiscalía ha mandado a todos los cuerpos policiales, incluidos los Mossos, requisar urnas, sobres y cualquier material para el 1-O. Además, con toda seguridad en esta semana que empieza con la Diada, la magistrada del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) Mercedes Armas decidirá si cursa las mismas órdenes que la Fiscalía a los cuerpos policiales.

La jueza deberá resolver el resto de medidas cautelares solicitadas por el fiscal en una querella inédita cursada contra todos los miembros de un gobierno autonómico, como son el cierre de las webs del referéndum y los avisos a alcaldes y directores de medios de comunicación para que no colaboren con el 1-O cediendo locales municipales o insertando publicidad, respectivamente.

Armas también tiene sobre su mesa la primera medida que podría afectar al patrimonio personal de Puigdemont y sus consellers por el 1-O: una petición de fianza que la Fiscalía no cuantifica –el coste total del 1-O no se puede calcular hasta que avance la investigación penal–, pero que presenta de forma excepcional en la apertura de la vía penal al 1-O para evitar que el Govern “no alcance la fase de agotamiento delictiva”, esto es, la particular manera de la Fiscalía para definir el hecho de que el 1 de octubre haya urnas en los colegios electorales.

Ante la Diada y las concentraciones de solidaridad que vengan si la magistrada adopta alguna medida cautelar, el presidente de Òmnium, Jordi Cuixart, ha pedido que “se imponga el 'seny' [cordura] y el sentido común” y que no haya incidentes. “Si alguien intenta provocar, no caigamos en la trampa”, ha añadido.

Pablo Iglesias, con los comuns en Santa Coloma

“Queremos que todo el mundo pueda estar en la Diada y se sienta cómodo. Es el 11-S de todos los demócratas, total voluntad aglutinadora”, ha afirmado Cuixart, una invitación dirigida al sector de los comuns y que no ha tenido éxito, por lo menos entre el coordinador de Catalunya en Comú, Xavier Domènech.

El también líder de En Comú Podem en el Congreso ha explicado que no participará en la marcha de la ANC y Òmnium por la Diada “porque está enfocada hacia el 'sí'”. Los comuns, igual que el año pasado, celebrarán un acto propio al mediodía. Será en Santa Coloma de Gramenet y contará con los pesos pesados de la formación –el propio Domènech y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau–, y también con el líder de Podemos, Pablo Iglesias.

En el acto, los comuns reafirmaran su apuesta por un referéndum acordado con el Estado, la fórmula que defienden para que “Catalunya se pueda expresar y construirse con soberanía plena pero también construirse con sobiranías compartidas con el resto del Estado”, ha afirmado Domènech este domingo.

Finalmente, Ciutadans también celebrará este lunes un acto por la Diada, que liderarán Albert Rivera e Inés Arrimadas en el Port de la Marina de Barcelona, donde los naranjas condenarán “los abusos contra la democracia que se produjeron en el Parlament” y reivindicarán que la Diada no sea una fiesta, en palabras del portavoz parlamentario de C's, Carlos Carrizosa, “dividida con contenido reivindicativo secesionista”.