La dirección del PSC y el sector más crítico del partido están cada vez más alejados. El denominado proceso soberanista que está viviendo Cataluña, hacia un posible referéndum de autodeterminación, tensa cada vez más la cuerda dentro del partido de los socialistas, que ven como el debate se sitúa día tras día en un escenario que todavía no tiene resuelto.
En una demostración de fuerza, el secretario de Acción Política del PSC, Antoni Balmón, anunció ayer en un tono muy desafiante que el partido ha convocado un Consejo Nacional Extraordinario para este domingo, donde se discutirán aspectos concretos sobre el derecho a decidir, ya que en las próximas semanas se prevén diferentes votaciones importantes en el Parlament. La dirección quiere que las cosas queden bien claras, para evitar que cada uno vote en un sentido diferente, como ya ocurrió en el mes de enero, en una votación sobre el derecho a decidir en la Cámara catalana.
Los puntos que se lleven al consejo nacional los discutirá primero la ejecutiva -donde hay miembros de los dos sectores- y luego se votarán a mano alzada. En este momento se verá la fuerza que tienen unos y la que tienen los demás. La dirección del partido, que habla por boca de Balmón, confía en que los más soberanistas se echarán atrás y que en la votación quedará claro que la mayoría del partido piensa como ellos.
Todas estas votaciones las podría haber llevado a cabo la propia Ejecutiva Nacional del partido, que tiene el poder decisorio. Pero si es el Consejo Nacional quien lo aprueba, que es el órgano más importante entre congresos, los posicionamientos tienen más peso. La dirección confía, con esta mayor trascendencia, evitar que cuando la misma discusión llegue al Parlament se rompa la unidad de voto.
Pero no hay garantías. Es posible que el Consejo apueste por un posicionamiento más alejado del derecho a decidir y que el día que se discuta en el Parlament vuelva a haber cinco diputados socialistas que se abstengan o que no voten. En este sentido, cabe recordar el PSC defiende, según consta en su último programa electoral, una consulta soberanista dentro del marco legal y pactada con el Estado.
La primera votación delicada
Uno de los puntos que se discutirá en el Consejo, y más tarde en el Parlament, es el de pedir al Congreso que transfiera a la Generalitat la competencia para convocar referéndums. Es evidente que en caso de que la propuesta prospere en el Parlament (CiU, ERC, ICV-EUiA y la CUP están a favor) el Congreso la rechazará, pero el objetivo de estos partidos es agotar todas las vías posibles. Y esta es una más.
El sector soberanista del PSC recuerda que el partido votó a favor del derecho a decidir, por lo que debería estar a favor de reclamar las competencias que permiten organizar un referéndum. “Es la dirección la que ha cambiado de idea sobre el derecho a decidir, nosotros mantenemos una línea coherente”, explica Fabián Mohedano, miembro de la ejecutiva y del sector más soberanista del partido. Desde su punto de vista, el cambio de posición de la dirección se ha producido este fin de semana, después de la Conferencia Política que ha celebrado el PSOE.
Fuentes de la dirección, en cambio, recuerdan que la declaración aprobada decía que el derecho a decidir se debía conseguir de manera pactada con el Estado y la votación que se pretende llevar al Congreso no busca ningún pacto, porque ni siquiera se ha discutido.
Probablemente, ambas visiones sean ciertas. La duda es si son reconciliables. La tensión entre los dos sectores puede poner en peligro la unidad del partido, pero también el proceso.
Si el PSC se suma al eje PP-Ciudadanos en contra del proceso soberanista, el escenario parlamentario cambiaría notablemente. Es cierto que la fuerza de los socialistas es cada vez menor (lo dicen todas las encuestas), pero cuesta creer que su voz pueda quedar al margen en un momento tan trascendental como el que vive Cataluña.