Tras la investidura de Quim Torra llega la hora de formar el Govern. El pacto inicial al que JxCat y ERC llegaron tras las elecciones delo 21 de diciembre era repartirse las áreas del Ejecutivo al 50%. Un acuerdo que, en la negociación posterior, se ha reflejado numéricamente en un reparto de las carteras a medias entre ambas formaciones. Pero si se analiza por el peso de cada departamento en el presupuesto de 2017, ERC ha logrado una distribución por la que controlará hasta el 76,5% del presupuesto de la Generalitat.
Los republicanos dirigirán las dos áreas que representan más del 60% del gasto público catalán en manos de los departamentos: Sanidad y Educación. Tendrán, también, el departamento de Trabajo y Asuntos Sociales, que ya en el último ejercicio se consolidó como la tercera cartera por volumen de presupuestos con un 10% del total. Todo ello comandado desde la vicepresidencia económica, al frente de la cual Pere Aragonès relevará a Oriol Junqueras.
Este no era el plan inicial de JxCat, según explican fuentes de la negociación. La primera oferta del equipo de Puigdemont era que ERC asumiese la consejería de Cultura, como forma de compensar el peso entre ambas. Sin embargo, en el último momento, JxCat prefirió quedarse Cultura y soltar para sus socios Enseñanza, un área que durante la legislatura pasada había sido territorio convergente.
ERC se quedará, por tanto, con todas las áreas que controlaba gracias al pacto de JxSí, sumando ahora la cartera de la Enseñanza. Mientras, JxCat ha priorizado los departamentos políticos, desde los que se genera discurso, antes que las carteras de gestión. La formación de Puigdemont tendrá, además de la presidencia de la Generalitat, la consejería de la Presidencia con la portavocía, el área de Gobernación y los Mossos. El departamento de más presupuesto será el de Territorio, encargado de proyectar toda la obra pública de la comunidad, y que representa un 7,3% del gasto de las consejerías en 2017.
El reparto del Govern está cerrado desde la primera quincena de marzo, incluyendo los medios públicos o las cotizadas áreas de la consejería de la Presidencia que se dedican a la difusión de publicidad institucional, como es la dirección de medios y la de difusión. Pero, pese a lo detallado que está el esquema de la estructura del Ejecutivo negociado entre JxCat y ERC, los partidos de la coalición aún no han dado a conocer los nombres de los 13 consellers. La previsión es que sea el jueves cuando se hagan públicas las nuevas caras del Govern, a la vez que el president tome posesión.
Con todo, muchos de los miembros del Consejo Ejecutivo ya han trascendido. Es seguro que en el nuevo Govern estén, por el lado de JxCat, Elsa Artadi o Miquel Buch, mientras que entre los seguros de ERC se cuentan Pere Aragonès, Ester Capella y Teresa Jordà. Además se espera que algunos de los consellers cesados del anterior Govern sean recuperados, al menos nominalmente y en los primeros momentos, como son Jordi Turull, Josep Rull o Lluís Puig.
En el apartado de las restituciones, Torra ha apostado, en su discurso, por “revertir del daño del 155” y “devolver a la normalidad” los Mossos d’Esquadra, algo que en algunos círculos se ha interpretado como el nombramiento de Josep Lluís Trapero como major de los Mossos, cargo que ocupaba antes del 155. Sin embargo, no ha habido ningún pronunciamiento explícito de JxCat en este sentido y cabe recordar que el exmajor se encuentra procesado por sedición en la Audiencia Nacional.
El importante aumento de peso de ERC en el Govern, sobre todo si se analiza desde el control económico no es algo que preocupe, a corto plazo a JxCat. De entrada, los postconvergentes dispondrán de un president investido, Torra, además el papel simbólico de Puigdemont en el exterior. El expresident no ha renunciado a impulsar su Consejo de la República desde Bélgica o Alemania, como una estructura de gobierno paralela. El ascendente de Puigdemont en el Govern catalán quedará patente desde este mismo martes, cuando Torra se reúna con él en Berlín en su primera acción pública tras la investidura.
Pero, además, JxCat prevé una legislatura corta. El pasado sábado Puigdemont ya avanzó que Torra podría convocar elecciones para el próximo diciembre, fecha más cerca en la que sería legal hacerlo. Con JxCat controlando el relato político del Govern y el “botón nuclear” de convocar elecciones, la formación de Puigdemont se ve poderosa ante Esquerra. Con todo, es remarcable que el poder de convocar elecciones lo ostenta, de forma personal, el president de la Generalitat, es decir, Torra.