Cuando dos días antes del día de Navidad el conjunto de fuerzas políticas y sociales constituyeron el Pacte Nacional pel Referèndum, con el objetivo declarado de buscar un referéndum acordado con el Estado, desde diversos ámbitos, independentistas y no independentistas, se entendió este acuerdo como un paso transitorio en el giro que el Govern estaba llevando a cabo hacia la apuesta por el referéndum unilateral, con el que el Carles Puigdemont se había comprometido formalmente.
Pero, tres meses después de aquella cumbre, aquella suposición no podría parecer más lejos de cumplirse. Al contrario, mientras el Pacte Nacional pel Referèndum comienza a dar sus primeros pasos, el Govern de la Generalitat se ha puesto manos a la obra para hacer un campaña por el referéndum pactado masiva y en todos los ámbitos.
Este martes los exmiembros del Govern condenados por organizar el proceso participativo del 9-N desobedeciendo al Constitucional, Artur Mas, Joana Ortega e Irene Rigau, han estado presentes en la reunión semanal de los consellers. En ella, el Govern ha encargado a los tres ser algunas de las caras visibles de esta campaña, utilizando su testimonio para hacer “pedagogía” a favor del referéndum. Pese a que por el momento no hay ninguna tarea concreta encargada, el Ejecutivo cree que pueden ser el ejemplo de la intransigencia del Estado con el derecho a decidir.
Pero los políticos condenados no son la única pieza en esta campaña, ni siquiera la pieza protagonista. Si en enero pasado Puigdemont acudió a Bruselas, junto a su vicepresident Oriol Junqueras y el responsable de Exteriores, Raül Romeva, esta semana el president ha reclamado acudir al Senado para explicar sus planes respecto al referéndum.
Tal y como ha explicado este martes la consellera portavoz, Neus Munté, el Govern considera que la Cámara territorial española es un lugar adecuado para ello. Por su parte, el presidente del Senado, Pío García-Escudero, ha respondido que la institución estudiará la petición la semana que viene, aunque los portavoces de PP y PSOE se han mostrado “extrañados” por la petición, al considerar que hay otros foros de debate en los que no ha participado como la Conferencia de Presidentes Autonómicos.
La solicitud de Puigdemont de utilizar la Cámara Alta para dirigirse a la opinión pública española llega un día después de que, junto al vicepresident Junqueras, publicase un artículo en el diario El País en el que los socios de coalición lanzaban una última propuesta de negociación con el ejemplo de Escocia. “El escenario del referéndum acordado es lo que desearíamos en Catalunya”, aseguraban.
Tal es el compromiso que muestra el Ejecutivo catalán con el acuerdo con el Estado para un referéndum que se hace difícil pensar que, llegado cierto momento, abandone esta vía para abrazar la de la unilateralidad, como se especulaba en diciembre. Los signos más recientes muestran más bien que la trayectoria del Govern sea mantener encendida ambas vías, la del acuerdo y la del no acuerdo, y que Puigdemont haga avanzar la segunda a fuerza de insistir en la primera.
Aunque el español es un ámbito estratégico, como muestran los artículos en prensa y las peticiones de comparecencia en el Senado, no será éste el único en el que Puigdemont defienda su vía de “referéndum o referéndum”. El president comenzará la semana que viene un viaje oficial por EEUU, donde, como ya hiciera Artur Mas, explicará su visión sobre la situación catalana en la Universidad de Harvard. Esto ocurre mientras el departament de Exteriors, dirigido por Raül Romeva, redobla sus esfuerzos en el ámbito internacional a raíz de que el Consejo de Europa cuestionara la neutralidad del Tribunal Constitucional español respecto de Catalunya.