Vuelven las “tácticas violentas de minorías radicales”. Es la alerta que ha mandado este miércoles el conseller de Interior, Miquel Buch, en su comparecencia parlamentaria para rendir cuentas, quince días después, sobre el dispositivo policial del primer aniversario del 1 de octubre, que terminó disolviendo a un centenar de jóvenes que intentaron asaltar la Cámara. Pese a tratarse de una manifestación de marcado carácter soberanista, Buch ha evitado vincular al independentismo con los disturbios de ese día.
El conseller ha arrancado su comparecencia recalcando que no rehuiría responsabilidades para a continuación hacer una mínima autocrítica a cuenta del dispositivo policial del pasado 1 de octubre, que ha sido tildado de insuficiente por toda la oposición y los representantes sindicales de los Mossos d'Esquadra, presentes en la comisión parlamentaria en un momento de malestar creciente del cuerpo con la dirección política de la conselleria.
El titular de Interior ha reconocido que el dispositivo policial del 29-S y del 1-O no fue “totalmente perfecto” y ha dicho tener “dudas individuales” sobre el uso de la fuerza que realizó algún agente, si bien ha dicho que, en general, la actuación de los antidisturbios fue “proporcional” y “gradual”.
En línea con lo que había explicado el director general de la policía el pasado 2 de octubre, Buch ha achacado las “actuaciones violentas” en el aniversario del 1-O a una “minoría radical”. Pero ha ido más allá al alertar de que los incidentes de hace quince días pueden llegar a suponer un “retorno a épocas pasadas”, en referencia a los disturbios callejeros que se sucedieron en Catalunya durante los años más duros de la crisis y las huelgas generales.
Con todo, el conseller ha evitado integrar directamente esa “minoría violenta” dentro del independentismo, pese a que la CUP le ha preguntado de forma insistente al respecto. No en vano, el relato de la violencia es precisamente lo que el independentismo intenta combatir en el próximo juicio por rebelión que se celebrará en el Tribunal Supremo. En este sentido, Buch ha alabado la “inmensa mayoría de manifestantes de todos los signos que se comportaron con pacifismo y civismo” tanto en la manifestación del primero de octubre como la del colectivo de policías y guardias civiles Jusapol del sábado anterior.
Sobre la falta de medios y el despliegue de agentes de seguridad ciudadana (los que patrullan las calles) para ayudar a los antidisturbios a contener a los manifestantes que intentaron irrumpir en el Parlament, Buch ha subrayado que los Mossos contaron con los “medios adecuados” y no se vieron “superados nunca”, en respuesta a las críticas de la oposición por falta de medios policiales para contener a los manifestantes.
Y ha dado una explicación que ha dejado sorprendidos a los grupos sobre el intento de algunos jóvenes de irrumpir en el Parlament. Buch ha detallado que los Mossos hicieron en primera instancia un “repliegue estratégico” en el interior del Parlament para comprobar si la falta de presencia policial “aminoraba” la actitud de los manifestantes y se marchaban. No obstante, cuando constataron que se sobrepasaban las “líneas rojas del civismo pacífico” e intentaban acceder a la Cámara, Buch ha explicado que los antidisturbios hicieron un uso “gradual y proporcional” de la fuerza para dispersarles.
Encontronazos con la CUP y Cs
El conseller ha buscado el cuerpo a cuerpo con la CUP y Ciudadanos. “Si fuera por la CUP ya sabríamos que no habría policía”, ha replicado Buch a las preguntas de la diputada cupaire Maria Sirvent sobre el dispositivo y a las cuestiones, que el conseller no ha respondido, sobre si los violentos están dentro de la izquierda independentista. Sirvent ha afeado a Buch el “paternalismo” y la “condescendencia” y le ha exigido que no “infantilice” a su grupo.
El conseller también ha afeado a Matías Alonso (Ciudadanos) que cuestione “el derecho a manifestación” de los independentistas después de que el diputado asegurara que los CDR son un “Sancta Santorum” al que el Govern permite “un oasis de impunidad”. Por su lado, el diputado del PSC Carlos Castillo ha lamentado la falta de autocrítica de Buch, al que ha advertido de la “desmotivación” en la plantilla del cuerpo.
Asimismo, Castillo ha lamentado el “uso político” de los Mossos d'Esquadra, una crítica a la que se han sumado el resto de grupos de la oposición. El diputado popular Alejandro Fernández ha sido el que ha ido más lejos al acusar a Buch de ser un “tifosi de los CDR”. Y el diputado de Catalunya en Comú, Joan Josep Nuet, ha instado a Buch a mejorar la previsión de los operativos para que la “mala gestión no desprestigie” al conjunto del cuerpo.