Guillermo Martínez-Vela, Joan Ferrús y Eduard Biosca son humoristas y están imputados. El motivo: un artículo en la revista satírica El Jueves y un chiste pronunciado por el personaje de ficción que interpreta Biosca en RAC-1.
Dos jueces de Barcelona, a raíz de las denuncias de sindicatos y de la unidad de investigación tecnológica de la Policía Nacional, investigan si un artículo satírico publicado en la web de El Jueves sobre el fin de las existencias de cocaína en Catalunya por la presencia de antidisturbios y la definición de los agentes como “ratas” suponen un delito de injurias.
Charlamos con estos tres humoristas sobre sus casos, tras los que aseguran se sienten más respaldados por la sociedad. “El humor en general no tiene mucho prestigio pero tiene mucha cariño: la gente no sabe que lo valora tanto hasta que pasan cosas como esta”, afirman.
¿Pensaban que podrían terminar imputados?
Joan Ferrús (J.F.): Cuando escribí la noticia falsa del fin de existencias de cocaína vi que era una noticia de tono directo. Pero tampoco me pareció que nos estuviéramos pasando y menos cuando había comentarios en las redes, y también lo dijo el teniente de alcaldía de Barcelona Jaume Asens, que había testigos que explicaban que policías tenían pinta de haber consumido. En ningún momento pensé que acabaría imputado, sabíamos que era una noticia falsa.
Eduard Biosca (E.B.): Mi caso es un poco diferente porque yo tengo menos tiempo para pensarlo. Mi personaje improvisa en la radio y me tengo que poner en el cerebro del personaje, que no es el mío, y decir lo que él diría.
Para quien no lo sepa, el personaje es el 'senyor Bohigues', un hombre de bar.
E.B.: Es un bocazas de barra de bar, yo lo defino como la persona que tiene el conocimiento erróneo más extenso del mundo. Tomarse en serio una frase de este personaje es un error. En el programa comentaban la noticia de que en el 'barco del Piolín' había ratas, y lo que se busca es algo que haga reír a la gente. Son palabras con las que puedas jugar. Al decir la palabra 'rata' sí pensé que igual podía pasar algo, pero cuando otras veces he improvisado en contra de los independentistas no tienes este miedo, no te da la sensación de que te hayas pasado.
Guillermo Martínez–Vela (G.M.): El mismo día que nosotros publicamos la pieza en Twitter, la propia cuenta de la Policía respondió citando nuestro tuit y con un chiste. Venía a decir algo así como “¿no creéis que os habéis pasado de la raya?”.
J.F.: Lo acompañaron del hashtag #respeto.
G.M.: Es responder a un chiste con un chiste, cosa que me parece muy bien, mejor que responder a un chiste con una querella. Semanas después sí recibimos la citación por parte de los tribunales. Seguramente tiene más cintura comunicativa la persona que lleva la cuenta de la Policía que sus representantes sindicales.
J.F.: La última noticia que tenemos además es que la Abogacía del Estado se ha personado en nuestra causa.
Y a cada paso que hace la causa en los juzgados, más gente conoce el artículo y el chiste por el que les imputaron.
E.B: Todo parte de un gran error de base. Si tuviéramos un barómetro que calculara la imagen de la Policía entre la gente, antes y después del chiste no habría bajado ni subido. Lo que sí es seguro es que su imagen ha bajado después de saber que la Policía ha denunciado a un humorista por un chiste. Lo hemos visto: más gente sigue a Versió RAC-1 en Twitter y viene a verme al teatro. La denuncia es lo que perjudica más la imagen de la Policía, no el chiste.
G.M.: Conseguir una reprobación judicial o institucional no asegura una reprobación por parte del conjunto de la sociedad. En el caso de 'El Jueves' y el senyor Bohigues está consiguiendo todo lo contrario: la gente lo ve tan improcedente y tan absurdo que nos apoya.
E.B: Las cosas buenas no hacen tanta gracia como las malas, y el humor muchas veces es ir a buscar lo malo del ser humano y reírse de sus defectos. También de los de la Policía.
G.M.: Nuestro artículo de hecho era una historieta en que, por un lado, había los antidisturbios y por el otro un 'escamot farlopaire' de independentistas que hacían un sacrificio por la patria y se sumaban a acabar con las reservas de cocaína. Es un cuento de ficción.
Y hasta los independentista no se han tomado tan mal esta broma.
E.B: Cuando te burlas de los independentistas no sientes miedo, en cambio cuando te burlas del Estado o de la unidad de la patria sí te da miedo. Algo pasa aquí.
G.M.: Pasa que son mucho más poderosos. Mi teoría es que el 1 de octubre el despliegue y la actuación policial fue atroz y abominable. Y sus responsables políticos lo hicieron tan mal que así quedo en la cabeza de la gente. Ahora están intentando resarcirse un poco y mejorar su imagen. Quedaron como los malos de la película y ahora están intentando disparar al pianista. Me parece ridículo y sigue empeorando la situación y la reputación del propio Estado y de la Policía. Y si no se dan cuenta, pues mira....
¿La intención última de las denuncias es llevar a los humoristas a la autocensura?
E.B.: Yo creo que no busca la autocensura, sino la censura pura y dura.
G.M.: Es un toque de atención, de decir 'os creéis que se podía hacer todo y la libertad de expresión era así de ancha, pues saldréis escaldados'. Incluso aunque no haya condena, que lo espero, el hecho de tener que ir a los tribunales es como una collejita. Aunque somos muy conscientes que tenemos que hacer nuestro trabajo sin cortapisas, pues igual la próxima vez que se te ocurra según que chiste dices 'ay'.
E.B.: Tendremos que decirlo todo, decir lo mismo sin decirlo tan directamente, como hacían Perich o Cesc en la época de Franco.
J.F.: Esta estrategia creo que no empieza con Catalunya. Empieza antes, con casos como el de Guillermo Zapata o el de los titiriteros. Son dos casos que quedaron sin condena pero los titiriteros estuvieron en prisión preventiva y Guillermo Zapata tuvo que pasar a segunda fila del ayuntamiento de Madrid. Y en ambos casos se comieron un escarnio público.
Se dice que chistes como los de 'El Jueves' o el senyor Bohigues contribuyen a dañar la imagen de la Policía.
J.F.: En nuestra denuncia ponen la coletilla de posibles delitos de odio. Lo ponen como una coletilla de 'vamos a ver' para meter miedo porque los delitos de odio son prisión. En un artículo de una revista de humor hermana nuestra, 'El Mundo', se decía que en Catalunya se habían registrado 150 delictos de odio sólo contra PP, Ciutadans, jueces y policías, y pintaba un clima de locura. Hay gente de otros partidos a los que están amenazando también. Ada Colau no es independentista y también recibe mensajes de odio
G.M.: Tenemos la suerte de que 'El Jueves' es una revista con una trayectoria de 40 años y la trayectoria de la revista es ampliamente conocida.
¿Cómo casa una declaración judicial, regida por las normas, con la imaginación y la creatividad del humorista?
G.M.: Nuestra declaración consistió en contextualizar el contenido que no aparece en una fría denuncia: hay cuestiones de contexto, de intención que tal vez no pueden intuirse. A mi me parece que hay que hacer mucho esfuerzo para no entender que según que contenido es humorístico y que la función de un humorista es hacer broma.
E.B.: Son dos inteligencias muy distintas y la vez necesarias. La de la ley y el juez, cuadriculada, y la del humorista, que es totalmente distinta porque busca romper esquemas establecidos.
G.M.: Nos intenten colgar el san benito de que estamos injuriando u odiando a la Policía. Una persona que haya leído 'El Jueves' sabe que hacemos todo lo contrario. Parodiamos el discurso del odio.
¿Que 'El Jueves' tenga una trayectora de varios años, con algunas denuncias a sus espaldas, lo hace un objetivo más vulnerable o está más protegido?
G.M.: Si eres un desconocido, un tuitero, te pueden colgar lo que quieran y convertirte en enemigo público numero uno. Si la gente no te conoce habrá un repudio social mayor, que es mas difícil de conseguir en el caso de 'El Jueves'. Si la gente nos repudia es porque a veces podemos hacer un chiste donde la caguemos y no siente bien a la gente en general. No fue el caso por el que nos denunciaron: el mismo día que colgamos la noticia falsa obtuvo 10.000 retuits y fue un chiste muy celebrado.
J.F: Y todavía se multiplicó más cuando nos denunciaron.
E.B: Esto es lo que tendría que preocupar: si un chiste es tan celebrado es porque existe una mala opinión de la Policía.
G.M.: O simplemente a la gente le parece divertido el contenido y piensa 'qué tontería'.
E.B.: En este caso el problema no es del humorista. No se va solucionar la imagen de la Policía aniquilando la imagen del humorista porque el humorista es un reflejo de la sociedad que seguirá existiendo.
G.M:: Si la imagen de la policía hubiera sido impoluta el chiste no habría hecho gracia. Cuando la Policía hace bien su trabajo el pueblo lo aplaude. Si la imagen hubiera sido gloriosa y haces un chiste muy descarnado la gente no lo hubiera entendido y no hubiese conseguido 10.000 retuits.
E.B.: La gente se lo hubiese tomado como un chiste de mal gusto.
J.F.: Y en cambio ahora la gente nos nos reenvía noticias desde Badalona, Cádiz o Madrid que relacionan a policías con el consumo de drogas.
¿Ven en peligro la libertad de expresión?
E.B.: El humor tiene que reírse sobre todo del poderoso. Reírse del débil y del friki es fácil. Aquí parece que hay mucha libertad de expresión cuando te ríes del friki, pero cuando te ríes del poderoso no es tan fácil y ya no hay tanta.
G.M.: Porque dan miedo las represalias. Pero en una democracia sólida no tendrían que dar miedo este tipo de represalias.
Llegamos a aqello tan tópico de 'los límites del humor'.
G.M.: El humor es un juego. Los límites del humor son las normas y las pone quien esta jugando. Es como los críos en el patio del colegio. Que venga alguien de fuera que no tiene ninguna intención de entender estas normas de humor y te diga que no es un juego o que hay otras normas pues le dices 'déjenos en paz, nosotros nos entendemos y si a usted le parece mal pues mire para otro lado que es inofensivo'.
E.B.: Cuando te ríes de Puigdemont no pasa esto. Hay una nación mas fuerte y poderosa y otra más débil.
G.M.: Y por esto también los símbolos y estamentos más fuertes tienen que tener la piel dura y no tendrían que verse afectados por este tipo de humor. Nosotros estamos en una posición débil ¿A un antidisturbios que va con gorro y casco le ofende un chiste tan chorra?
¿Le recordará al juez cuando declare que el senyor Bohigues es un personaje de ficción?
E.B.: En mi caso además el personaje del senyor Bohigues es un anticultura, siempre dice que odia a los actores, por lo que me tendría que demandar a mi mismo. Es un absurdo total. Habrá que empezar a mirar películas y a denunciar a los malos.
J.F: Podría denunciar a Steven Spielberg por delitos de odio contra los judíos en 'La lista de Schindler'.
E.B.: Es como cuando empezaron los culebrones y al que hacía de malo le insultaban por la calle.
G.M.: Tenemos que presuponer que los jueces estarán por encima de esto y sabrán interpretar mejor las cosas.
E.B.: Pero si saben tu ideologia, si te metes con los independentistas la gente dice 'es humor' o con el unionismo dices aqui hay odio porque es independentista. ¿No puedes hacer humor en los lados?
¿Creen que sus denuncias son casos puntuales o responden a una estrategia más elaborada?
G.M.: Esta ráfaga de denuncias a los humoristas es un pequeño lavado de imagen. Han quedado como los malos, los agresores, los brutos y ahora claro parece que lo que pasa es que les odian.
E.B.: Es más, han ido a coger a los mejores humoristas. ¡Esto es broma eh!
¿Temen que con sus caso se busque un castigo ejemplarizante?
E.B.: Se busca crear un ambiente de miedo ante las elecciones. El miedo paraliza y creen que hay que paralizar a la gente.
J.F.: Sí tengo miedo que sea ejemplarizante, aunque nuestra suerte es que la denuncia nos ha caído en un grupo editorial que nos apoya también a nivel legal. Lo que me preocupa es cuando denuncian a una persona que está tuiteando o rapeando: ellos no tienen un apoyo como el nuestro, y le pueden hundir la vida por el miedo que hacen pasar, se tienen que pagar a un abogado, se pasan meses sin saber qué va a pasar. Un año de miedo no te lo quita nadie.
¿Cómo ha sido la reacción de la gente?
E.B.: Me doy cuenta que nuestra profesión es muy querida. Yo no salgo en la tele, sólo en la radio, y con todo esto me he dado cuenta que el humorista a lo mejor no está tan bien considerado como el actor dramático, no recibe tantos premios, pero recibe mas cariño.
G.M.: La reacción de la gente, de muchas procedencias y opiniones, es apoyarnos. Hay casi unanimidad de que la denuncia es un despropósito. El humor en general no tiene mucho prestigio pero tiene mucha afectación. La gente no sabe que lo valora tanto hasta que pasan cosas como esta. Así que gracias a la gente hay esperanza.