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Las elecciones de este domingo han resultado en un escenario similar al del pasado abril en lo que respecta a los bloques ideológicos. La izquierda, que ha sumado 159 diputados entre PSOE, Unidas Podemos y Más País, y siete más con los del PNV, volverá a necesitar el apoyo del independentismo, o al menos su abstención, si quiere formar un Gobierno. Los secesionistas catalanes han obtenido su mejor resultado en unas generales y el voto afirmativo de ERC será necesario para una investidura contra la derecha.
Los resultados de esta repetición electoral dibujan un Congreso prácticamente igual al que los partidos no han sido capaces de gestionar durante los últimos meses. Tanto el PSOE como Unidas Podemos han perdido escaños, nueve en total, que la entrada de Más País no ha podido amortizar. La suma de izquierdas por lo tanto sigue quedando lejos de los 176 diputados necesarios para tener la mayoría absoluta. Con todo el independentismo en contra, Sánchez solo podría ser investido si pudiera combinar los votos positivos de Ciudadanos y el PNV. Todo las demás sumas necesitarías de participación de algún tipo de fuerzas independentistas.
Por parte del independentismo, las tres formaciones catalanas han sumado 23 escaños en total, uno por debajo de la mitad de los que se reparten en la comunidad. ERC ha revalidado su victoria con 13 asientos en el Congreso, dos menos que en abril. El voto afirmativo de los republicanos serían suficientes para que el bloque de izquierdas consiguiera una mayoría absoluta. “El independentismo catalán ha sentenciado como nunca, de forma inapelable”, ha asegurado el candidato, Gabriel Rufián, que ha evitado lanzar todavía mensajes sobre pactos hacia Madrid. La abstención de ERC podría no ser para que Pedro Sánchez fuera investido.
Aunque el independentismo en global ha mejorado sus resultados, con el aumento de un escaño y de algo más de dos puntos en voto, ERC ha perdido fuerza respecto a abril. El independentismo moderado que representa Gabriel Rufián ha salido desgastado del agitado periodo posterior a la sentencia, que sin embargo ha hecho que JxCat mejore un escaño y que la CUP entre con dos asientos. El aumento de las opciones del independentismo menos pactista supone un ligero cambio en lo que a escaños respecta, pero puede suponer que ERC apuesta por una posición más dura que la mostrada en el debate de investidura de Sánchez de julio pasado.
El PSC ha logrado mantener sus 12 escaños, pese a que ha bajado casi tres puntos en voto desde abril, firmando la mayor caída del voto socialista en una comunidad autónoma. Los de Miquel Iceta se han resentido por la situación de agitación independentista tras la sentencia del procés y por un duro discurso de Sánchez contra el independentismo. Con todo, el líder socialista ha reivindicado su resultado en un “contexto particularmente difícil”.
“El PSC demuestra que es un partido imprescindible para encontrar una solución acordada”, ha asegurado Iceta desde la sede de los socialistas, tras remarcar que han quedado a un paso de alcanzar a ERC en escaños. Los republicanos, sin embargo, han ensanchado la brecha respecto a los socialistas en el conjunto de Catalunya y también en la ciudad de Barcelona.
Como en el conjunto de España, en Catalunya los grandes perdedores de la noche son Ciudadanos, que han sido la opción con representación menos votada, por debajo del PP, CUP y Vox. La comunidad que les vio nacer y la única en la que han ganado unas elecciones, en diciembre de 2017, también ha visto cómo el partido de Albert Rivera caía por debajo del 6% del voto. Ciudadanos ha perdido más de la mitad de sus votos en Tarragona, lo que les ha dejado sin representación fuera de Barcelona, donde solo han aguantado por encima del 7% en algunas de las ciudades del cinturón metropolitana como L'Hospitalet o Cornellà.
La repetición electoral de 2019 se recordará como una buena noche para las opciones independentistas catalanas, pero también para la vasca y la gallega. Además de los 23 asientos del independentismo catalán, EH Bildu ha obtenido un escaño más, por Navarra, y el BNG ha entrado con un asiento por A Coruña. 28 asientos en total que, de sumar al PNV, formaría un bloque tan grande como el de Podemos y sus confluencias.
A falta de que acabe de contarse el voto exterior, los bloques resultantes de este 10N vuelven a ser endiablados. Si se deja a ERC en la abstención, la suma favorable a Pedro Sánchez podría sumar hasta 169 votos, si convence a partidos pequeños como el Partido Cántabro, Teruel Existe o el BNG. Pero también hay 169 que eventualmente podrían ponerse en contra de una investidura de este tipo, si además del bloque de derechas, JxCat, la CUP o Bildu votaran en contra.
Si incluso con ERC en la abstención el bloque de izquierdas sigue quedando por debajo de los 169, necesitaría convencer a otro partido independentista para que se abstengan o bien buscar el voto afirmativo de ERC. De no optar por esta opción, Sánchez solo podría buscar apoyos en la derecha para mantenerse en la Moncloa.
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