Los presos independentistas llegarán a sus nuevas cárceles en Catalunya entre este miércoles y este jueves. Oriol Junqueras, Raül Romeva, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart serán trasladados a la prisión de Lladoners, situada en Manresa, a 50 km. de Barcelona. Dolos Bassa y Carme Forcadell quedarán recluidas en la prisión de Puig de les Basses de Figueres (Girona) a la espera del juicio del 1-O.
Fuentes penitenciarias catalanas –las competencias en prisiones están transferidas a la conselleria de Justicia de la Generalitat– han recordado que el régimen de visitas con familiares de los presos será el mismo que el que tenían en las cárceles madrileñas de Soto del Real, Estremera y Alcalá–Meco. Las comunicaciones en el locutorio de la cárcel con familiares y amigos seguirán siendo de 40 minutos por semana, distribuibles en dos encuentros de 20 minutos el sábado y el domingo o una sola visita un día del fin de semana.
Ante las críticas que algunos partidos como Ciudadanos han lanzado por los supuestos “privilegios” que gozarán los políticos por estar en cárceles dependientes de la Generalitat, los servicios penitenciarios catalanes han negado la mayor. Fuentes oficiales de estos servicios han informado que las solicitudes de traslado de los exdirigentes independentistas “se han analizado de acuerdo con el principio de igualdad que se aplica a todos los internos”. “Los destinos son los que Servicios Penitenciarios ha considerado más adecuados”, han añadido las mismas fuentes.
La única diferencia que notarán los presos en las prisiones catalanes será en las comunicaciones de convivencia a las que tienen derecho los internos con hijos menores de diez años: Oriol Junqueras, Raül Romeva y Jordi Cuixart podrán estar 90 minutos cada mes con sus hijos y sus parejas, frente a las tres horas trimestrales en las cárceles madrileñas. Es decir, sólo una hora y media más al trimestre.
Al igual que todos los internos, una vez lleguen a sus respectivas prisiones, los exconsellers y la expresidenta del Parlament serán conducidos al módulo de ingresos, donde cumplirán con varios trámites, como la identificación, una visita médica y las entrevistas con el equipo de profesionales del centro. Después serán ubicados donde se determine: siempre a un módulo ordinario adecuado a su perfil, de la misma manera que se procede con cualquier interno.
Bassa y Forcadell quedarán encarceladas en el módulo para mujeres de la prisión de Puig de les Basses de Figueres, inaugurada en 2014. En este centro hay un total de 35 reclusas, 28 presas que ya cumplen condena y siete que, como Bassa y Forcadell, están prisión preventiva, según las últimas estadísticas de la Generalitat.
En el caso de los hombres, su destino será la prisión de Lledoners, inaugurada en 2008. En este centro permanecen privados de libertad 676 internos, 25 de ellos preventivos. Se trata de una de las cárceles catalanas con menos presos preventivos, muy por debajo de los 624 de Brians I (el principal centro para este tipo de reos en Catalunya), pero similar a los 39 de Brians II o los 40 de Quatre Camins.
Los módulos en Lledoners se organizan de acuerdo con un modelo penitenciario llamado 'de participación y convivencia', implantado en 2012 para reducir la conflictividad en los centros. En la cárcel los internos se organizan en comisiones que escogen ellos mismos mediante votación. Estas comisiones hacen propuestas sobre la vida en prisión que, si se aceptan, ejecutan conjuntamente con los profesionales de la cárcel, ya sean funcionarios de vigilancia, psicólogos o educadores. Asimismo, los reos pueden gestionar ellos mismos actividades solidarias, deportivas o de mediación de conflictos.
La rutina de los internos preventivos es la misma que la de los internos que cumplen condena. Lo único que cambia es que no participan en actividades especializadas de intervención en un delito, ya que no están penados. Sí pueden participar en el resto de actividades formativas, deportivas, artísticas o laborales.