El expresident de la Generalitat, José Montilla, ha defendido este lunes ante el Parlament su decisión de mantener la oficia de expresident mientras trabaja como consejero para Enegás. El socialista ha asegurado que compatibilizar ambas funciones es perfectamente legal según la legislación catalana y española, y que incluso las incompatibilidades dispuestas en las leyes caducan a los dos años desde que se sale del cargo público.
“En una sociedad democrática quien impone qué se puede hacer y qué no son los parlamentos. Nadie puede imponer una pretendida norma moral por encima de lo que dice la ley”, ha apuntado el expresident. Montilla ha asegurado además que el legislador puede cambiar de opinión, cosa que él acataría, pero les ha pedido a los diputados presentes que no lo hagan.
“No sería bueno que se legislase fruto de la coyuntura política o de la dinámica de la confrontación”, ha indicado, en referencia a las propuestas registradas ante la Cámara para modificar el régimen de incompatibilidades de exaltos cargos. En concreto, Catalunya en Comú llevó una reforma legal para prohibir directamente que los presidents pudieran fichar por empresas del Ibex.
Pero, por si finalmente el Paralament acaba vetando el uso de la oficina pública, Montilla ha advertido: “Yo soy expresident de la Generalitat independientemente del reconocimiento y prerrogativas que establezcan las leyes, y de los medios de los que disponga o prerrogativas que tenga. Y pienso seguir ejerciendo como tal. Nadie puede evitar que lo siga haciendo”.
El que fuera jefe del Govern entre 2006 y 2010 ha comparecido este lunes antes la comisión de asuntos institucionales del Parlament de Catalunya después de que varios grupos reclamaran su presencia para dar explicaciones sobre su entrada en la empresa gasística. En junio pasado se conoció el fichaje por parte de Enagás de varios expolíticos, como el exministro Pepe Blanco, Cristobal Gallego, anteriormente vinculado a Podemos, además del propio Montilla.
El exlíder del PSC, que se incorporaba a la empresa cotizada en el Ibex como con un salario de 160.000 euros anuales como consejero independiente, anunció su intención de renunciar a la pensión pública –es legalmente incompatible– pero también de mantener su oficina como expresident, que tiene tres empleados y un coste de unos 400.000 euros anuales.
Según ha explicado Montilla ante la comisión parlamentaria, las razones por las que aceptó la propuesta de fichar por Enagás fueron varias, como que era un cargo de consejero independiente, es decir, “que no responde a los intereses de ningún grupo de accionistas” de Enagás, por lo que entiende que él puede defender ante el consejo de administración el “interés general”.
También ha esgrimido que la ley no lo impide y que consideró que el puesto que se le ofrecía era adecuado a sus conocimientos en el sector.
Sobre su competencia en materia energética o financiera, Montilla ha reconocido que no tiene conocimientos técnicos, pero sí sobre la situación del sector. “Conozco los retos que tiene nuestro país respecto a la energía, como la sostenibilidad o la descarbonización”, ha dicho. “Fui ministro del ramo y después president de la Generalidad, además de mi trayectoria en el mundo local, lo que me da conocimiento del sector y supongo que es por eso que se me ha nombrado”, ha reconocido.
En el turno de réplica, la mayoría de los grupos se han mostrado muy duros con la decisión del expresident. “El PSC se ha incorporado a lo peor de la vieja política”, ha asegurado la portavoz de Ciudadanos, Lorena Roldán. “No entiendo cómo no ha reflexionado y ha rectificado mirando a los ojos de la gente que le votó y a quienes les ha vuelto a fallar”, ha añadido la diputada liberal, que ha defendido “acabar con los privilegios de los expresidents”, una cuestión para la que su grupo ha registrado una propuesta de reforma legal.
Con un tono mucho más beligerante se ha expresado Carles Riera, de la CUP, que ha acusado a Montilla de ser “parte de la mafia del 78” para acabar reclamándole que rectifique y renuncie al cargo de consejero de Enagás, petición a la que se han sumado otros grupos.
De interés ha sido también la breve comparecencia del diputado Ferran Pedret, por ser del mismo partido que el expresident, quien ha tachado de “ajuste cuentas con los fantasmas de cada uno” las intervenciones de la mayoría de los diputados.
Montilla aún ha tenido un turno de réplica más, en el que ha recordado que la comparecencia de este lunes tenía como objeto “informar” y no “rendir cuentas”, además de que ha achacado el duro tono de los grupos al clima preelectoral en el que ha asegurado que está Catalunya. Además ha afeado al diputado de la CUP lo que ha considerado un insulto. “Yo no forma parte de ninguna mafia, señor Riera, eso no”, le ha dicho.