Pérez de los Cobos acusa a los Mossos de “estafa” y “pasividad absoluta” para facilitar el 1-O

“Pasividad absoluta”, “insuficiente”, “inadecuado”, “ineficaz”. Dureza inédita en el juicio del procés contra el dispositivo policial de los Mossos d'Esquadra el 1-O. El encargado de desmontar pieza a pieza el operativo de los Mossos ha sido el coordinador policial para impedir el referéndum, el coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos, que ha tildado de “estafa” el dispositivo de la policía catalana porque, a su juicio, “estuvo más encaminado a facilitar la celebración del referéndum ilegal que a impedirlo”.

Pérez de los Cobos ha cumplido con precisión su cometido de testigo clave de la Fiscalía para sustentar la supuesta rebelión por la que se piden decenas de años de cárcel a los dirigentes catalanes. En el juicio del procés, los Mossos no son la fuerza de un alzamiento violento. Su papel en el plan rebelde, según la Fiscalía, pasó por someterse al interés al político del Govern y no cumplir la orden para impedir el 1-O mediante una inacción predeterminada y a sabiendas de que suponía desoír al TSJC.

El coordinador policial del 1-O ha confirmado las tesis de la Fiscalía en su totalidad. Ha descrito con contundencia el “alineamiento” entre Mossos y Govern para facilitar la votación en vez de impedirla, con mención especial al major Josep Lluís Trapero, al que ha acusado de “poner palos en las ruedas en todo”. Ni Xavier Melero, el único abogado de las defensas que logró borrar la sonrisa a Soraya Sáenz de Santamaría, ha podido abrir siquiera una rendija en el muro en el que se ha convertido la declaración del coronel.

Además, Pérez de los Cobos ha abundado en la segunda pata de la rebelión, la violencia y el “alto grado de agresividad y hostilidad” y los “casos de violencia muy graves” en algunos centros de votación contra los agentes de Policía Nacional y Guardia Civil, de los que Pérez de los Cobos ha alabado el “uso exquisito de la proporcionalidad” que hicieron, que a su juicio provocó el 1-O no hubiera cargas policiales.

Los Mossos, con la votación antes y después del 1-O

La colaboración de los Mossos con la votación, según Pérez de los Cobos, fue antes, durante y después del 1-O. De hecho, en contra de lo sostenido por los Mossos, ha negado que el número dos de Trapero, Ferran López, le entregara el 29 de septiembre las pautas de actuación de la policía catalana para impedir el 1-O. “No es cierto”, ha zanjado Pérez de los Cobos a preguntas de Melero. Es el principal argumento defensivo de la cúpula policial catalana, que alega que Pérez de los Cobos critica ahora un dispositivo al que dio el visto bueno antes del 1-O.

Desde el viernes 29 de septiembre, ha continuado el coronel, las patrullas de Mossos que visitaron más de 2.000 colegios avisaron a los allí concentrados de que si el 1-O había “masas de ciudadanos” en los centros, la policía no usaría la fuerza. Esto permitió, ha añadido el coronel, que se sucedieran las llamadas de los políticos y entidades independentistas a acudir a los colegios e “imposibilitar” así la actuación policial.

Ha añadido que los propios Mossos concretaron que si había en los colegios gente mayor, niños o personas vulnerables, la actuación todavía sería más difícil. Y el 1-O fueron precisamente “abuelos y niños como vanguardia de los parapetos que se colocaron” en algunos colegios el 1-O, según el coronel.

También estuvo dirigido a “facilitar, en vez de impedir” el 1-O el despliegue de los Mossos el día de la votación. La patrulla de dos mossos que se personó en los colegios “no sirvió para nada” y era “absolutamente insuficiente” para cumplir con la orden judicial que exhortaba a incautar urnas y papeletas y cerrar colegios. Se permitieron libranzas de agentes y se articularon “extraños mecanismos” en los que antes de intervenir, los casi 6.000 mossos de cada colegio debían pedir permiso hasta a tres centros de control. La petición de los Mossos a las 9:00h. del 1-O para que la Policía interviniera en 233 centros, ha abundado, fue “sospechosa”, ya que incluyó de un plumazo a más de 200 centros y no se hizo colegio por colegio.

Además de reiterar en varias ocasiones la “pasividad absoluta” de los Mossos d'Esquadra para facilitar el 1-O en vez de impedirlo, Pérez de los Cobos ha recordado que en diez u once colegios agentes de la policía catalana “intentaron obstruir físicamente” a la Policía Nacional. Incluso ha afirmado que “en algunos casos” eran los propios mossos los que no solo retiraban el material, sino que “sujetaban” las urnas para que los ciudadanos votaran.

Fue el mismo 1-O por la mañana, ha concretado a preguntas de Melero, cuando, ante la pasividad de la policía catalana con el inicio de la votación, el coronel perdió su confianza con los Mossos. “El factor detonante fue la actuación nula de Mossos d'Esquadra, que hay una pareja de mossos en cada colegio sin ningún tipo de actividad, y que la actividad ilegal [en referencia a la votación] se está desarrollando con normalidad”, ha aseverado.

No obstante, Pérez de los Cobos ha dicho que ya sospechaba y tenía dudas desde hacía tiempo. Y es que el coronel ha explicado que antes de dimitir en verano de 2017, el exdirector de los Mossos Albert Batlle le dijo que con Forn al frente de la conselleria de Interior “los Mossos se dedicarían a garantizar el voto de los ciudadanos con libertad y seguridad”. Fue el detonante de la dimisión de Batlle, ha agregado.

Trapero, señalado

Y una vez tocó dar cuenta a la magistrada del TSJC de su labor para frenar la votación, Pérez de los Cobos ha acusado a la policía catalana de no decir toda la verdad con la cifra de 99 centros cerrados que reportó el 1-O. Y es que según Pérez de los Cobos, esos centros se cerraron al final del día, no al inicio, e incluso votantes y policías llegaron a “acordar”, según su versión, la entrega de las urnas y papeletas.

El autor de ese informe fue Trapero, al que Pérez de los Cobos ha acusado en varias ocasiones de su declaración de usar como “excusa” la frase de la magistrada que ordenaba a los cuerpos policiales impedir el 1-O garantizando “la convivencia ciudadana” para no cumplir con la orden para incautar urnas y papeletas.

“La suma de todo esto convierte el dispositivo [de los Mossos] en una estafa”, ha remachado Pérez de los Cobos, que no ha dudado en señalar el objetivo de la supuesta estafa: “Dar normalidad institucional a una actividad ilegal. No hay más apariencia de normalidad que un local con gente haciendo colas y una pareja de policías durante toda la jornada”.

Es más, el operativo de los Mossos solo sirvió para “diseminar la fuerza” de los tres cuerpos policiales, a criterio del coronel. Y es que según Pérez de los Cobos, si hubieran actuado juntos, Policía, Guardia Civil y Mossos podrían haber cumplido con la orden judicial para impedir el 1-O. Pero la policía catalana quebró los planes.

Trapero, principal señalado por Pérez de los Cobos, no se podrá defender de todas estas acusaciones hasta que sea juzgado en la Audiencia Nacional también por rebelión, que será una vez el Supremo dicte sentencia. Sí comparecerá en el juicio del Alto Tribunal como testigo, aunque con la posibilidad de no contestar a aquello que le pueda perjudicar en el juicio que tiene pendiente. Es decir, a casi todo.