El exjefe político de los Mossos se desmarca del operativo del 1-O y resalta que Trapero estaba en contra del referéndum

La primera semana del juicio al major de los Mossos d'Esquadra, Josep Lluís Trapero; la intendente Teresa Laplana y la antigua cúpula de la conselleria de Interior ha terminado con la declaración del exsecretario general del departamento Cèsar Puig y el exdirector general de la policía Pere Soler. Si algo ha quedado claro es que la Fiscalía se ha esmerado mucho más en un acusado: frente a las nueve horas de preguntas al major, los fiscales Miguel Ángel Carballo y Pedro Rubira han estado algo menos de dos horas preguntando a Soler y 45 minutos a Puig. Para los tres pide once años de cárcel por rebelión.

Del contenido de las declaraciones de los dos exaltos cargos hay similitudes y diferencias. Ambos se han desmarcado con claridad de cualquier participación en el operativo policial para impedir el 1-O. Pero mientras con Puig el fiscal Rubira ha desistido de inmediato de situarle en la cadena de mando, Carballo ha insistido con Soler en este sentido, lo que ha obligado al exdirector general a reiterar varios alegatos.

Soler, militante del PDeCAT e independentista sin pudor en las redes, ha negado uno y otra vez haber dado “ninguna instrucción” a los comisarios del cuerpo para “defender el referéndum”. Y ha rechazado también haberla recibida de sus superiores, Puig y el conseller de Interior. De haberla recibido, ha dicho, hubiera dimitido. Incluso ha desvelado que el día 1 de octubre no votó en el referéndum para “no perjudicar” al cuerpo policial catalán, al que la jueza había ordenado impedir la consulta.

La relación entre Soler y Trapero ha ocupado buena parte de la declaración. El fiscal Carballo ha abordado los numerosos tuits que escribió Soler en favor del procés, tanto antes como después de asumir el cargo en julio de 2017. El acusado ha recordado que Trapero le reprendió por uno de esos mensajes soberanistas, en el que reiteraba que se celebraría el 1-O. “El major me dijo que mejor no hiciera tuits porque no convenían a la solvencia ni a la imagen de profesionalidad del cuerpo”, ha rememorado Soler.

La posición de Trapero contra el 1-O, vox populi

vox populiAl igual que declaró el propio major, Soler ha negado que Trapero facilitara la votación. “Claro que Trapero estaba en contra de la celebración del referédum, no era un secreto”, ha zanjado Soler, que ha dicho desconocer la respuesta de Puigdemont a Trapero después de que la cúpula de los Mossos advirtiera de riesgos de incidentes el 1-O como el plan del major para detener al president y al Govern.

El exdirector general también ha dado una respuesta un tanto peligrosa para los intereses de las defensas a cuenta de la relación de los Mossos con el procés. “Los Mossos no estaban por el proyecto secesionista por sus declaraciones. Una cosa son las declaraciones y otra son los hechos”, ha afirmado, a lo que fiscal Carballo ha insistido: “¿Qué quiere decir con eso?”. Finalmente Soler ha reiterado que los Mossos no estaban alineados con el procés.

Como ya hicieran algunos exconsellers en el juicio del Supremo, Soler ha enmarcado el referéndum unilateral del 1-O en una estrategia del Govern para “presionar al Gobierno del Estado para que aceptara un referéndum acordado”. A Puig ni siquiera le ha hecho el fiscal ninguna pregunta en este sentido, si bien ha aprovechado su declaración para deslizar que la intención de la Generalitat era hacer un referéndum “pactado”.

En lo que ha insistido Soler es en que no intervino en criterios operativos, sino tan solo para asegurar que había todos los agentes disponibles. Ha remarcado que se pusieron a disposición primero del fiscal y luego de la magistrada del TSJ catalán “todos los efectivos” de los Mossos para impedir el 1-O. “Pasamos de jornadas de ocho a doce horas, se quitaron los fines de semana, vacaciones y días libres”, ha detallado. Su papel, ha insistido, era el de asegurar las dotaciones presupuestarias, materiales y humanas del cuerpo, no los planes operativos.

Por el mismo motivo, Soler ha negado que abordara con el coordinador del dispositivo y exalto cargo del Ministerio del Interior, Diego Pérez de los Cobos, aspecto alguno del operativo. “Yo no discutía nada con el señor Pérez de los Cobos, desde el departamento creíamos que era mejor que la coordinación la hicieran los operativos, pero todo se acataba”, ha aseverado.

Puig, sin relación con la cadena de mando

Por su lado, Puig también se ha desvinculado por completo y ha negado cualquier relación con el operativo para impedir el referéndum. “De mí dependían el presupuesto y el personal, no la dirección de los operativos”, ha recalcado Puig, para a renglón seguido remachar: “No tuve ninguna relación con las órdenes de jueces y fiscales a Mossos, coordinar a los Mossos no era mi función”.

Es más, Puig ha explicado que no contestó a ninguno de los correos electrónicos que le envió Trapero en septiembre de 2017 “porque nada tenía que aportar en cuestiones operativas o estratégicas”. Puig ha vinculado el envío de los correos con el hecho de que, tras el dispositivo por los atentados terroristas de agosto, el cuerpo estaba “exhausto” en cuanto a presupuesto y, según su versión, el major estaba preocupado por si no se podrían pagar las horas extra del operativo del 1-O. Y de esta forma ha terminado la primera semana de juicio, que dará paso el lunes a la declaración de Pérez de los Cobos en su duelo definitivo con Trapero.