La cultura contra el silencio: “La ultraderecha de todo el mundo quiere reconstruir la historia”
LEER ESTE TEXTO EN CATALÁN
“Cuando Gabriel Le Senne [presidente del Parlament balear de Vox] rompió el retrato, las visitas al documental se multiplicaron y mucha gente, en todo el país, conoció la figura de Aurora Picornell”, relata Pedro de Echave, un cineasta mallorquín que lleva más de quince años de trabajo dedicados a la memoria histórica de las Illes Balears. Sus películas, muy vinculadas a su activismo, forman parte de un cuerpo de obras de diferentes creadores que, recogiendo el testigo de generaciones anteriores, apuesta firmemente por una cultura comprometida con los grandes problemas de la memoria de las islas.
Del mismo modo que en El Mar de Blai Bonet, una de las primeras novelas en hablar de la represión en Mallorca, sus trabajos están atravesados por un dolor que ahora viaja hasta la contemporaneidad para dar voz a quienes no la tuvieron. En plena entrada al año de la conmemoración del 50ª aniversario de la muerte de Franco, autores de diferentes disciplinas continúan en la búsqueda de la reparación de las víctimas de la dictadura franquista, en algunos casos introduciéndose, literalmente, en lo más oscuro de ella.
“Aurora vuelve a casa”, anunciaron, hace poco más de dos años, al identificar los restos de Aurora Picornell, la líder sindicalista y comunista mallorquina, tras las excavaciones en el cementerio de Son Coletes en Manacor. “Habíamos encontrado uno de los mitos del antifranquismo cuando se pensaba que ya no sería posible”, explica de Echave, que poco después lanzó el documental Totes les Aurores, un homenaje basado en sus escritos, historiadores y testimonios de personas que la conocieron.
Sus obras parten de la necesidad personal de documentar el pasado antes de que éste desaparezca para generar un archivo de utilidad social. “Cuando empezaba me di cuenta de que existía bastante historia escrita sobre la Guerra Civil y la represión franquista, pero apenas nada desde lo audiovisual”, cuenta el cineasta, que se inspiró en los textos de la colección La Guerra Civil a Mallorca, Poble a Poble, dirigida por el historiador Arnau Company i Mates, para poner en marcha el programa televisivo Memòria i oblit d'una guerra en 2008. A este proyecto le siguieron otros documentales como El hombre más peligroso de Europa. Otto Skorzeny en España, premiado por el festival The Romford Film de Londres.
Actualmente, Pedro de Echave está pensando en empezar una nueva película que trata, a partir de una “documentación más que suficiente y fiable”, sobre cómo “el golpe de estado en España se inició en cuanto se instauró la II República, en el año 1931”, en palabras del cineasta, que también tiene en mente otro proyecto sobre los republicanos españoles que combatieron con las tropas inglesas contra los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
Desde el lado de las artes plásticas, el artista Lluís Vecina Rufiandis muestra, hasta el 19 de enero en Es Baluard Museu, su proyecto Felices los hijos de los tiempos intrascendentes. La exposición parte de las coincidencias biográficas del fotógrafo Joan Andreu Puig Farran y el hotelero Jaume Moll, que convergen en la playa mallorquina de Sa Coma, contexto y escenario del desembarco de las tropas republicanas en 1936 y, por otro lado, un complejo hotelero situado en el lugar donde se ha localizado la fosa común más grande de la isla. En su caso, su práctica artística se encuentra ligada a su pertenencia al Col·lectiu Recerca, un grupo centrado en la investigación, el debate y la difusión en torno a la historia de la Segunda República, la Guerra Civil, la represión y el franquismo.
En este sentido también destaca el proyecto Flowers for Franco, del fotógrafo Toni Amengual, que entre los años 2011 y 2014 visitó en numerosas ocasiones el Valle de los Caídos inspirado por la película Balada triste de trompeta de Álex de la Iglesia. A lo largo de sus estancias recopiló un archivo de imágenes del lugar y sus visitantes que acabó convirtiéndose en un fotolibro cuya publicación tuvo lugar en 2019, el mismo año de la exhumación del cuerpo del dictador. Su interés es el de un joven que quería “conocer, ver y entender lo que ha permanecido oculto para los que hemos crecido en democracia”, según explica el artista, que matiza: “Una democracia a la que hoy le vuelven a resurgir espectros y apariciones que creíamos superadas”.
“Una vez allí, alguien me dijo que es un lugar donde el silencio hace daño”, cuenta Amengual a elDiario.es, recordando que durante sus viajes al monumento franquista se extrañó porque, estando en medio del bosque, no escuchaba el sonido de ningún pájaro. Hasta que pronto encontró la respuesta por parte de un encargado de mantenimiento que le dijo que fumigaban para “matar los bichos de los árboles” alcanzando “hasta a los pájaros”. “El mismo operario pronunció esa frase que tan poética que me recordaba por qué yo estaba en aquel lugar”, concluye.
Una de las bandas sonoras de la actual lucha cultural por la memoria es la de La Gran Orquesta Republicana. Esta banda isleña de ska, que próximamente se despide de los escenarios tras 27 años de canciones, es reconocida por sus homenajes a la Segunda República y por sus letras donde reivindican la construcción de un mundo más justo. “Las ultraderechas de todo el mundo quieren reconstruir la Historia, pero nosotros siempre hemos querido ser esperanzadores y utópicos aunque ahora parezca que ni siquiera podamos imaginar otros futuros posibles”, asevera Javier Vegas, vocalista del grupo.
Las ultraderechas de todo el mundo quieren reconstruir la Historia, pero nosotros siempre hemos querido ser esperanzadores y utópicos aunque ahora parezca que ni siquiera podamos imaginar otros futuros posibles
Todas estas voces, imágenes y letras se suman a una larga lista de creadores que, desde el mundo de la cultura en sus diferentes disciplinas, expresan el sentir de un territorio donde más de 2.000 personas fueron asesinadas y más de 10.000 encarceladas durante toda la guerra. Pedro de Echave, que además de cineasta es miembro de la asociación Memòria de Mallorca, explica que, durante las dos últimas legislaturas de las Illes Balears, gobernadas por el pacto de izquierdas, “se han conseguido exhumar el 80% de las fosas, situando a la comunidad entre las más punteras de todo el país, donde todavía hay muchas que no tienen ese porcentaje o que ni siquiera han podido empezar”.
La memoria de las calles
Por otro lado, siguen en pie algunos monumentos franquistas como el de Sa Feixina, en homenaje al Crucero Baleares que asesinó entre 3.000 y 5.000 personas en la carretera que va de Málaga a Almería en 1937 en La Desbandá, considerado el mayor genocidio de la Guerra Civil Española. La presidenta de Memòria de Mallorca, Maria Antònia Oliver, recuerda a elDiario.es que “todo estaba en marcha para su demolición” en la anterior legislatura, pero que “surgieron entidades de extrema derecha que denunciaron contra el derribo, el juez lo admitió a trámite y ahora es un monumento protegido”.
En este sentido, explica que “solamente queda la vía de volver a intentarlo a través del gobierno de España”. Memòria de Mallorca denuncia también la “degradación” del Fortí d'Illetes, un símbolo de la represión franquista catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC) que, según la asociación, “debería ser un instituto de la memoria para que lo visiten las escuelas, un homenaje a las víctimas y una herramienta para que no vuelva a repetirse la historia”.
Asimismo, desde la asociación expresan que la ley de memoria democrática, que se ha salvado en el Parlament de las Illes Balears, ha funcionado “muy bien” entre los años 2016 y 2023, dando lugar a la retirada de la simbología franquista en los espacios públicos y otras tantas iniciativas en materia cultural y educativa como cursos de memoria histórica al profesorado de secundaria o la creación de una oficina de atención a víctimas del franquismo. “Con el tiempo se ha dado una transmisión del trauma que, por mucho silencio que se impusiera, se sigue sabiendo y sintiendo. Pero los nietos de las víctimas ya no consentimos ese silencio y nos hemos organizado para superar el franquismo que todavía sigue instalado en nuestra sociedad”, concluye Maria Antònia Oliver.
0