La trascendental declaración de Josep Lluís Trapero dejó relegada a una nota a pie de página la negativa de Josep Maria Jové a testificar este jueves. Jové, mano derecha de Junqueras en la Generalitat desde la secretaría general de Vicepresidencia, se mantuvo en silencio sobre dos documentos que sobrevuelan el juicio del procés desde su inicio y en los que se basan las acusaciones para sostener sus tesis, el power-point Enfocats y la libreta Moleskine.
De Jové, la Fiscalía dice que fue, junto a Junqueras, “coordinador general de toda la actividad de planificación y organización del 1-O”. No obstante, no está como acusado en el Supremo. Permanece imputado en Barcelona, en una muestra de la división de las causas relacionadas con el procés que las defensas creen que aminoran los derechos de los acusados. Si Jové es, para las acusaciones, el cerebro logístico detrás del 1-O, se debe en buena medida a sus anotaciones en una Moleskine, donde dio detallada cuenta de los entresijos de la legislatura que desembocó en la consulta del primero de octubre.
Más que exponer un plan que incluyera recurrir a la violencia, Jové describió con todo lujo de detalle las turbulencias entre JxSí y la CUP, la pugna interna entre ERC y Convergència para controlar el procés y al temporal de dudas que la Generalitat capeó para promover el referéndum, que no estaba en el programa electoral de JxSí sino que fue introducido para que Puigdemont superara su cuestión de confianza en septiembre de 2016.
Así se refleja en el acta levantada en la Moleskine de la reunión del 31 de agosto en el Palau dels Canonges entre Carles Puigdemont, Neus Munté, Jordi Turull, Joan Vidal de Ciurana, Carles Mundó y Marta Rovira. “¿Introducimos referéndum? Instrumento válido pero si lo anunciamos se ha de hacer sí o sí. Cómo lo ligamos con la cuestión de confianza (...) es necesaria una reflexión sincera. Si no es posible necesito descartarlo claramente”, anotó Jové. Acusados y testigos han repuesto con evasivas las preguntas de las acusaciones sobre las reuniones.
El Govern no solo lo descartó sino que convocó el referéndum, aunque no las tenía todas. “(Puigdemont) Seguimos teniendo el mismo problema de qué legalidad se impondrá y la gente seguirá. El referéndum es lo que genera más consenso pero ¿se podrá hacer? (...) El Gobierno español está débil (...) eso facilita hacer el referéndum en septiembre. A partir de entonces abrir negociación y solicitar implicación internacional”. Es un escenario incierto pero no tanto si el Govern y los altos cargos se hacen responsables (los funcionarios se ausentarán)“, describió Jové en septiembre de 2016.
La autoría de la Moleskine a cargo de Jové está clara. No así con un documento que la Guardia Civil se incautó en su domicilio el 20-S, el power-point Enfocats. Su autoría no ha podido ser demostrada en ninguno de los procedimientos judiciales del procés. ¿Lo redactó Jové, un asesor del Govern o del partido? Enfocats no tiene ni sello oficial. Las defensas se agarran a la falta de autoría –todos los acusados han dicho que ni siquiera conocían del documento hasta que lo vieron en la prensa y han negado que formaran parte de los comités ejecutivo y estratégico contemplados en Enfocats– para restarle valor de cara a la sentencia.
Sin embargo, para la Fiscalía el Enfocats contiene la hoja de ruta que los independentistas se encargaron de aplicar para intentar imponer la independencia de forma unilateral. “Practicaremos la unilateralidad una vez agotadas todas las otras vías y en el momento en que haya un amplio consenso ciudadano y complicidad internacional”, se señala en el power-point, que apunta como “último recurso” lo que para la Fiscalía fue la prioridad de los acusados: “Generar un conflicto democrático de amplio apoyo ciudadano”.
Lo que sí permite constatar Enfocats es que se redactó poco después de la cuestión de confianza de Carles Puigdemont de septiembre de 2016, cuando el president apostó por el referéndum para garantizarse el apoyo de la CUP sin saber todavía cómo organizarlo. Como la Moleskine, Enfocats recoge las dudas internas del soberanismo: “Hay desorientación entre los convencidos y escepticismo entre los indecisos”.
“Ningún partido puede hacer solo la independencia; por contra la suma de Puigdemont Junqueras y Colau la hará inevitable”, pronostica el power-point, que también desaconseja “precipitar una DUI sin haber trabajado la complicidad y la actuación internacional”. Ningún país reconoció a Catalunya tras la DUI, que Colau criticó con dureza.
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El cerebro del 1-O, sin declarar
Jové no ha hablado de ambos documentos ni en el Supremo ni en ninguna sede judicial catalana pese a estar imputado desde hace casi dos años por el 1-O. Se negó a declarar cuando compareció ante el juez Ramírez Sunyer el 20-S de 2017 (algo habitual en los arrestados en las causas bajo secreto de sumario, como entonces estaba la de los preparativos del 1-O). El juez no lo volvió a llamar como imputado, pero intentó enviarlo al Supremo.
El juez Llarena rechazó incluir a Jové –y a Trapero– en la causa por rebelión del Supremo en contra del criterio de la Fiscalía, que señala a los dos como piezas clave de la supuesta rebelión. Después Ramírez Sunyer trasladó la causa de Jové, que ya era diputado en el Parlament, al TSJC.
La magistrada Maria Eugènia Alegret lo mantiene imputado por desobediencia, malversación, prevaricación y revelación de secretos y ha suspendido sin nueva fecha su declaración prevista para el 25 de marzo. Con el escaño el 21-D logró el aforamiento ante el TSJC, pero a nivel político ha pasado a ser diputado raso después de estar en la sala de máquinas de la Generalitat la legislatura anterior.
Jové ha cambiado de abogado en las últimas semanas. Ya no es Andreu Van den Eynde, centrado ya en exclusiva en defender a Junqueras y Romeva en el Supremo. Según afirman en su entorno, la mayor preocupación de Jové, además de defenderse, es intentar que los funcionarios y cargos de la conselleria imputados salgan lo mejor parados posibles de la causa judicial.
De ahí que no sea baladí recordar las palabras de Junqueras en el Supremo, cuando miró al tribunal y se mostró dispuesto “a asumir todas las responsabilidades del referéndum para que no lo tenga que hacer nadie más”. Es posible que Jové se exprese en un sentido similar cuando por fin le toque comparecer ante la Justicia.