La noche del 26M pasará al recuerdo de los socialistas catalanes como una de las más dulces de la década. El PSC ha logrado afianzar su dominio en la mayor parte del cinturón metropolitano de Barcelona, con algunas importantes ciudades por encima del 40% de apoyos que recuerdan al poder absoluto del que los socialistas disfrutaron en épocas pasadas. Ahora aspiran a obtener cinco de las 10 alcaldías más importantes, con tres de ellas ya aseguradas.
El partido de Miquel Iceta consiguió llegar a la mayoría absoluta en varios de sus feudos como son L'Hospitalet, Santa Coloma, Cornellà o Sant Boi de Llobregat. Con estas victorias rotundas, el PSC vuelve a reinar en el cinturón metropolitano por encima de cualquier otra formación y entroniza definitivamente a alcaldesas como Núria Marín, de L'Hospitalet, Núria Parlon, de Santa Coloma. Junto a estas, el PSC tiene otras tres alcaldías al alcance de la mano de entre las 10 ciudades más pobladas: la de Mataró, donde David Bote revalida con holgura, Sabadell y Tarragona.
Siguiendo la estela de sus buenos resultados en las elecciones generales, cuando el empuje de Pedro Sánchez colocó al PSC en sus mejores cifras desde 2008, los socialistas han logrado ser el partido más votado en la provincia de Barcelona, donde ganan 200.000 votos. Un crecimiento que se deja notar en la ciudad Barcelona, donde doblan sus resultados de 2015, pero también en lugares como Badalona, Mataró o Sabadell. En esta última ciudad, que los socialistas habían perdido en 2015, el PSC vuelve a estar en condiciones de gobernar ya que la suma de los independentistas no consigue la mayoría absoluta en la ciudad.
Con todo, en Sabadell el escenario no está cerrado. Y aún menos lo está en Badalona, donde la candidatura de Guanyem, que agrupa a ERC y a izquierdas soberanistas, ha obtenido un concejal más que el PSC. Además, el exalcalde Xavier García Albiol ha mejorado sus resultados pero ha quedado lejos de la mayoría absoluta, por lo que el PSC tendrá la llave para que gobierne el PP o los independentistas. Albiol ya ha reclamado la abstención socialista para poder gobernar.
En una noche de alegría generalizada para el PSC, no todo fueron victorias. La sorpresa más destacada ocurrió en Terrassa, histórico bastión socialista en el que el exalcade Jordi Ballart obtuvo una sonada victoria con su nueva plataforma electoral independiente. Ballart, que abandonó el PSC por discrepancias sobre el 155 y otros temas municipales como la gestión del agua, podrá volver a la alcaldía de su ciudad, que arrebatará a su antiguo partido.
Otra de las ciudades que el socialismo pierde es Lleida, después de cuatro décadas de dominio del PSC apenas interrumpido. Por poco más de 80 votos, ERC ha conseguido ser la primera candidatura de la Paeria, el ayuntamiento local, por lo que los independentistas cuentan con Lleida como una de las ciudades que caerían de su lado.
Menos claro queda el escenario en Tarragona, donde el alcalde del PSC Josep Fèlix Ballesteros ha obtenido un importante correctivo que se ha traducido en cinco puntos de voto menos que en 2015. La configuración del pleno que queda en la capital de sur permitirá a Ballesteros revalidar la alcaldía, pero necesitará votos independentistas para llegar a la mayoría absoluta y sacar adelante su labor de gobierno.
Con las cifras de voto obtenidas este 26M, el PSC ha conseguido volver a pintar de rojo el antiguo cinturón industrial barcelonés, después de varias elecciones en las que Podemos y Ciudadanos les habían disputado el botín metropolitano. Con todo, los socialistas también acusan cierto desgaste en zonas del interior, y podrían quedarse fuera del gobierno de las cuatro diputaciones. En las zonas donde obtiene buenos resultados pero que no domina en solitario, el PSC deberá embarcarse en pactos de múltiples colores como ya hizo en la pasada legislatura.