Puigdemont se hace con el control del PDeCAT y del grupo en el Congreso

Carles Puigdemont se ha salido con la suya. Quería hacerse con el control del PDeCAT para integrarlo en su nuevo movimiento, la Crida Nacional per la República, y lo ha conseguido. A Puigdemont nunca le interesó el partido pero ahora lo necesita para llevar a cabo su proyecto. La coordinadora del PDeCAT, Marta Pascal, se ha resistido hasta el último momento a entregárselo aunque su caída estaba cantada antes de inaugurarse la asamblea que elegirá a la nueva dirección y fijará la estrategia a seguir.

Desde el momento en que los exconsellers Jordi Turull, Josep Rull y Quim Forn, presos en la cárcel de Lledoners, se aliaron con Puigdemont, la derrota de Pascal era cuestión de horas. “No puede ser que la coordinadora general no tenga la confianza del president Carles Puigdemont. Yo no la tengo, como es evidente, como se ha visto y como es obvio”, reconoció la coordinadora del partido en una breve comparecencia ante los periodistas. 

Pascal aspiraba a poder ser la secretaria general, un cargo de nueva creación, en esta nueva etapa. Puigdemont puso como condición para negociar una lista de consenso que ella no fuese la escogida. Y lo ha logrado.

La mala relación entre el expresident y Pascal se arrastra desde hace tiempo. La coordinadora del PDeCAT fue de las que más presionó para que se convocasen elecciones y no se aprobase una declaración unilateral de independencia. En ese momento Pascal contaba con Artur Mas como aliado. Esta vez Mas se ha borrado de la partida y eso aún ha dado más fuerza a los sectores críticos.

Para evitar que se acabasen votando dos candidaturas se ha optado por configurar una lista única en la que el que hasta ahora era mano derecha de Pascal, David Bonvehí,asumirá la presidencia. Él, a diferencia de la coordinadora, mantiene una buena relación con Puigdemont.  

Zozobra en Madrid

La otra figura que asumirá protagonismo es la diputada en el Congreso Miriam Nogueras. Ella se convertirá en la nueva jefa de filas del partido en Madrid y a la práctica eso significa que la estrategia conciliadora que mantenían Carles Campuzano y Jordi Xuclà, afines a Pascal, con el Gobierno del PSOE puede también variar. Y no precisamente a favor de los intereses de Pedro Sánchez. Es probable que el precio de los votos de los diputados del PDeCAT en Madrid se encarezcan todavía más.

Sirva de recordatorio que Puigdemont era partidario de abstenerse en la moción de censura pero Pascal junto a Campuzano defendieron que lo prioritario era echar a Mariano Rajoy. A partir de ahora las decisiones, sean tan trascendentes como esta u otras negociaciones del día a día en la Cámara Baja, deberán contar con el beneplácito del expresidente. Ya se llamaba desde el Palau de la Generalitat a Bruselas. A partir de hoy se llamará a Waterloo también desde Madrid.

Los 2000 delegados que participan en esta asamblea acordarán que el partido se integrará en el movimiento que ha diseñado Puigdemont y que tiene previsto en el mes de noviembre configurarse ya como una marca electoral. Una comisión paralela a la dirección que se escoja este domingo será la encargada de pilotar este proceso de alineamiento con la Crida Nacional per la República.

Además, los asociados deberán votar si dan por buena la enmienda aprobada en una de las ponencias y que señala que el PDeCAT asume que hay que avanzar hacia la república catalana de manera inmediata. La dirección saliente prefiere una redacción más matizada y que se opte por reclamar que la república se haga efectiva “lo más pronto posible”. El resultado será un buen termómetro para medir si de la Convergència moderada de otros tiempos queda poco o nada.