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Puigdemont suspende la declaración de independencia para buscar el diálogo

Declaración de independencia en suspenso. El president de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha declarado el inicio del proceso hacia la República de Catalunya este martes, ante el pleno del Parlament. Lo ha hecho en una comparecencia en la que ha dado por válidos los resultados del referéndum del 1 de octubre, pero en la que a la vez ha abierto un periodo para la mediación internacional y el diálogo con España.

“Asumo presentarles los resultados del referéndum, el mandato del pueblo de que Catalunya se convierta un estado independiente en forma de república”, ha afirmado Puigdemont, una llamada que ha entendido como una declaración de independencia por parte de los diputados de su bancada. “Las urnas, el único lenguaje que entendemos, dicen sí a la independencia y este es el camino que estoy dispuesto a transitar”, ha apostillado.

Este es el momento clave del discurso de Puigdemont donde valida el mandato del referéndum para justo después de los aplausos proceder a la suspensión de la declaración de independencia:

Puigdemont ha reclamado al Parlament que suspenda la declaración de independencia en búsqueda de la mediación internacional, con un periodo indefinido. El president ha hecho además una llamada directa a la Unión Europea y al Estado español para que acepten esta mediación. Según sus propias palabras, el mandatario catalán hacía, con este movimiento, “un gesto de responsabilidad” para “resolver el conflicto de manera serena”.

Finalmente el Govern se ha decidido por una vía intermedia entre la declaración unilateral efectiva y la declaración en diferido, asumiendo la voluntad de llegar a la República catalana, pero dejándola suspendida para buscar la oferta de diálogo. Pese a esa suspensión manifestada por el president desde el atril, los diputados independentistas han firmado una declaración de independencia en papel cuando la sesión parlamentaria ha finalizado.

Fuentes cercanas al Govern aseguran que el mensaje recibido desde instancias internacionales en las últimas horas era que una declaración de independencia a las bravas no sería aceptado por los grandes actores diplomáticos mundiales. Aseguran estas mismas fuentes que tanto en el Govern como en la mayoría parlamentaria eran conscientes de que las palabras de Puigdemont tenían el riesgo de no contentar a nadie, pero era la única forma de mantener erguida la bandera de la mediación.

Por eso, el objetivo de la fórmula usada por Puigdemont es dar el máximo protagonismo a la voluntad pactista y de mediación, pero sin renunciar a poner en vigor la ley de transitoriedad jurídica, aprobada por el Parlament y suspendida por el Constitucional. De acuerdo con la ley del referéndum, también tumbada por el TC, proclamar unos resultados en los que el 'sí' haya obtenido un voto más que el 'no' significa declarar la independencia.

Así son los números surgidos del 1-O y que Puigdemont ha llevado ante el Pleno. Con una participación de 2.286.217 de personas, el a la independencia obtuvo el apoyo del 38,5% sobre el censo y del 90,2% sobre los votos válidos. Una vez oficializados por el president, entraría en vigor la ley de transitoriedad, que estipula en su artículo primero que “Catalunya se constituye en una República de derecho, democrática y social”.

La primera reacción más significativa al discurso de Puigdemont se ha producido en los escaños de la CUP. A diferencia de los diputados de Junt pel Sí, los de la CUP no se han levantado ni han aplaudido. Los anticapitalistas habían estado trabajando en el texto durante la hora que se ha retrasado el pleno, ya que no estaban de acuerdo con algunos de sus aspectos, aunque finalmente han acudido a sus escaños. “Nosotros no podemos suspender los efectos de nada. ¿Negociación y mediación con quién?”, se ha preguntado Anna Gabriel.