El expresidente del Gobierno Mariano Rajoy ha declarado este miércoles en el Tribunal Supremo que los “actos de acoso” que se dieron en Catalunya fueron uno de los motivos para activar el artículo 155 de la Constitución e intervenir la Generalitat. Ha dicho también que hubo “enfrentamientos” durante el 1-O que eran previsibles: “La situación se venia venir y eso lo sabían todos”. Eso sí, no ha empleado en ningún momento la palabra “violencia”.
Rajoy ha comparecido como testigo en el juicio del procés y ha contestado en primer lugar a las preguntas del abogado de Vox, Javier Ortega Smith. Este le ha preguntado si su Gobierno tuvo conocimiento de los actos de violencia que se produjeron en Catalunya, entre los que ha citado el “acoso” a los agentes de Guardia Civil y Policía. “Sí, tuvimos conocimiento de esos actos que recogían los medios de comunicación y sin duda fue una de las razones que daban lugar a la situación de excepcionalidad que junto a otros factores nos llevaron al 155”, ha respondido Rajoy.
Ya a preguntas del fiscal Fidel Cadena, Rajoy ha ahondado en este punto: “Me preocupaban lo actos de acoso, he hecho todo cuanto estaba en mis manos, al final pusimos en marcha por primera vez en la historia el artículo 155 que solo se prevé en situaciones límites”. Ha añadido que su Gobierno esperaba que se produjeran esas situaciones de enfrentamientos entre la ciudadanía y los agentes: “La situación se venia venir, y eso lo sabían todos, no había que ser muy avispado para darse cuenta de eso”.
Además, ha dicho que era de prever que se produjeran enfrentamientos entre quienes acudían a votar y los agentes de Policía y Guardia Civil. “Es normal que se puedan producir enfrentamientos, sobre todo cuando hay voluntad de que se produzcan”, ha respondido Rajoy al fiscal.
Jordi Pina, abogado de Jordi Sànchez, Josep Rull y Jordi Turull, ha pedido a Rajoy que detallase los actos de acoso a alcaldes de los que hubiese tenido conocimiento. Ha contestado que ese acoso se produjo contra “muchos alcaldes del PSOE”. “Decir que no hubo acoso, crítica o manifestación contra ningún alcalde, con perdón, es estar ciego”, ha añadido.
Rajoy también se ha referido a los hechos del 20 de septiembre frente a la Conselleria de Economía, cuando se desarrollaba una operación policial contra los preparativos del 1-O. “Creo que es excepcional que se concentren no sé cuántas personas, miles de personas, ante la Conselleria de Economía donde unos funcionarios estaban cumpliendo decisiones ordenadas por los jueces”, ha afirmado.
A preguntas de Andreu Van den Eynde, abogado de Oriol Junqueras y Raül Romeva, Rajoy ha seguido contestando sobre los actos de violencia que percibió durante el otoño de 2017. “No estábamos en una situación de normalidad en mi opinión, cualquier persona que se aproxime con un mínimo de rigor ve que esta era una situación de anormalidad impropia de una democracia avanzada”, ha asegurado.
En un momento de su interrogatorio, Van den Eynde ha preguntado a Rajoy si vio las lesiones que se produjeron a los votantes que acudieron a algunos colegios el 1-O. “Realmente si no se hubiera llamado a la gente a un referéndum ilegal ni usted ni yo, ni nadie de los aquí presentes hubiéramos tenido que ver las lesiones de algunas personas y de algunos miembros de los Cuerpos y Fuerzas de la Seguridad del Estado”, ha contestado el expresidente del Gobierno. Ha añadido que “la Policía y la Guardia Civil prestaron una actuación muy importante en defensa de los intereses generales de todos”.
A pesar de esa situación de excepcionalidad y los actos se acoso a alcaldes y agentes a los que se ha referido, Rajoy ha aclarado que no se planteó activar el estado de excepción. Al igual que ha hecho ante Soraya Sáenz de Santamaría, Rajoy ha dicho que “el 155 era mucho más operativo” y no ponía en riesgo “los derechos individuales de las personas”, como sí hace el estado de sitio. “Se trataba de respetar derechos individuales y entre los derechos y cambiar un gobierno preferí tomar la decisión que tomé”, ha afirmado.
Rajoy también se ha referido al posible delito de malversación que se investiga en este proceso. El expresidente del Gobierno ha apuntado a la posibilidad de que la Generalitat pudiera “engañar” a Hacienda y “ocultar partidas” para financiar el referéndum. “Es algo que no se puede descartar pero que está fuera de mis responsabilidades. Y habrá que probarlo”, ha añadido.
Ha insistido en el control que tenía Hacienda sobre las cuentas catalanas, pero introduce “dos matizaciones”. La primera, el posible engaño de la Generalitat, y la segunda, las nueve alertas que Hacienda mandó a la Fiscalía del Tribunal Supremo y del Tribunal de Cuentas cuando detectaba que algunas partidas podían ser destinadas al 1-O.
Conversaciones con Mas y Puigdemont sin mediador
El expresidente ha defendido en varias ocasiones que mantuvo diferentes reuniones con Artur Mas y con Carles Puigdemont -seis encuentros con el primero, dos con el segundo-, y que en todas dejó claro que no se iba a negociar sobre el derecho de autodeterminación: “Es sorprendente que alguien pueda pretender hablar con el presidente del Gobierno de cómo se liquida la Constitución del país del que esa persona es presidente del gobierno”.
“En ningún caso admití ninguna conversación sobre la soberanía nacional y nuestro texto Constitucional. Invité a Puigdemont a que fuera a las Cortes a defender sus posiciones”, ha añadido. “La propuesta más importante que hice es que dejara de vulnerarse la Constitución”, ha contestado al abogado Francesc Homs cuando este le ha preguntado qué ofreció en las conversaciones para solucionar el conflicto en Catalunya.
En este sentido, Jordi Pina le ha preguntado si Iñigo Urkulu fue uno de los personajes políticos que “quisieron intermediar” entre la Generalitat y Gobierno en la crisis provocada por el 1-O. Según el expresidente, tanto a Urkullu como al presidente del PNV, Andoni Ortúzar, les trasladó sus “posiciones claras” en contra de negociar un referéndum con la Generalitat. De ahí que el expresidente concluya: “Ahí no ha habido un mediador de nada porque mis posiciones estaban claras y las de los otros estaban claras”.
Durante su declaración, Rajoy ha enfatizado el “sinfín” de diferencias entre las dos consultas soberanistas a las que tuvo que hacer frente desde el Gobierno, el 1-O de 2017 y el 9-N de 2014. La primera, según Rajoy, “era vinculante” para la Generalitat y provocó una Declaración Unilateral de Independencia, algo que no ocurrió con el 9-N.