Matices, divergencias o directamente posiciones encontradas. Los socios independentistas del Govern están teniendo dificultades para tener una sola voz en la negociación sobre la investidura de Pedro Sánchez que ERC está a punto de comenzar con el PSOE. Los republicanos piden a cambio de sus 13 abstenciones una mesa entre los gobiernos central y catalán para discutir sobre la crisis constitucional abierta en Catalunya, pero el planteamiento con el que JxCat y ERC pretenden abordar ese proceso de diálogo tiene diferencias de calado.
El último choque ha surgido por la presencia del president de la Generalitat en una eventual mesa de negociación entre gobiernos. Por la mañana el vicepresident Pere Aragonès, muy involucrado en el diálogo con el PSOE, ha considerado que Torra podría participar en la futura mesa de negociación, pero no lo ve un requisito “necesario” si en ella no participa también Pedro Sánchez. Torra, en cambio, ha reivindicado su papel como interlocutor durante la sesión de control de este miércoles, y ha considerado necesaria tanto su participación como la del presidente del Gobierno en cualquier escenario de diálogo.
Según ha indicado Torra a preguntas de un diputado de su grupo, lo debe aceptar el PSOE es “un diálogo de gobierno a gobierno en el que los presidente de los gobiernos se reúnan”. El president aún ha ido más lejos al considerar que, previamente, para llegar a esa situación Sánchez debe llamarle por teléfono. La exigencia del jefe del Govern respecto a que sea el presidente del Gobierno quien de el primer paso viene a colación de la desconfianza que el primero tiene en que la mesa del diálogo. “No queremos más fotos con ponsetias”, ha explicado el president en referencia a la charla que mantuvo con Sánchez en Pedralbes y en la que asesores del Gobierno retiraron unas plantas de color amarillo para que no aparecieran en la foto.
La participación de los presidentes en esa mesa de diálogo es solo una de las fricciones entre JxCat y ERC a la hora de abordar la investidura. Este martes salió a la luz otra, cuando la portavoz del Govern, Meritxell Budó, apostó sin ambages por la figura del “relator”, que Esquerra había sacado de la lista de condiciones pero que JxCat aún reivindica. La consellera añadió también que “no tendría sentido un diálogo entre gobiernos donde no estén sus máximos responsables”, avanzando la postura de Torra en la sesión de control de este miércoles.
La discusión entre los socios del Govern sobre las condiciones para una mesa de diálogo se producen en paralelo a la primera negativa del PSOE a aceptar el esquema propuesto por ERC. Los socialistas consideran que la negociación entre gobiernos debe vehicularse mediante la comisión bilateral Estado-Catalunya contemplada en el Estatut, según ha explicado este miércoles la vicepresidenta en funciones Carmen Calvo. “No es ninguna novedad porque existe en el Estatuto de Catalunya una comisión bilateral que el anterior Gobierno despreció y que este Gobierno activó”, ha explicado Calvo.
El planteamiento del PSOE sobre que las reuniones entre representantes de los gobiernos tengan lugar dentro de la bilateral coincide con el esquema de negociación que se hizo en Pedralbes, en el que el diálogo con más carga política se dejaba para una mesa de partidos en paralelo a la comisión. Sin embargo tanto ERC como JxCat exigen ahora que la mesa donde se traten las soluciones al conflicto político sean entre gobiernos y fuera de la comisión bilateral. Los independentistas quieren llevar allí propuestas como la amnistía o la autodeterminación, algo que el PSOE también rechaza.