El presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha salido al rescate del alcalde de Barcelona y aspirante a la reelección, Xavier Trias. Y lo ha hecho con contundencia, con un discurso marcadamente emotivo, alejado del tono sereno que le acompaña en los plenos parlamentarios. El día en que CIS alerta de una caída de CiU –pasaría de 14 a 8 concejales–, Mas ha disparado con contundencia contra el principal oponente de la federación nacionalista en la capital catalana, Barcelona en Común, que según el sondeo pasaría a ser primera fuerza con 11 concejales. “Hay fuerzas, algunas emergentes, que sólo saben criticar, pero Barcelona necesita gente como Trias, que sabe construir, criticar lo sabe hacer todo el mundo”, ha dicho el líder de CiU.
Mas ha insistido en cargar contra aquellos “que van de progres”; y lo ha contrapuesto al “progreso” que representan los gobiernos de CiU. El presidente ha querido poner en duda la capacidad de gobernar de las formaciones emergentes, aunque en ningún momento ha citado directamente Ada Colau. Si que ha dicho, en cambio, “que son los mismos que nos han llevado al paro”, en alusión a los gobiernos de progreso; y ha puesto en valor la “capacidad de diálogo” de Trias.
La encuesta del CIS aún ha tenido más protagonismo en la intervención de Trias, que se ha referido directamente al sondeo que le deja fuera del ayuntamiento. “No hagáis caso de las encuestas, volveré a ser alcalde”, ha asegurado. El líder del consistorio barcelonés también ha interpelado subliminalmente a Colau, en este caso recriminándole que se refieren a él y su formación como los malos. “Están equivocados, no es verdad que nosotros seamos los malos y ellos los buenos, yo quiero ser el alcalde de todos”, ha subrayado Trias, haciendo referencia a su lema de campaña: “El alcalde de todos”.
En unos parlamentos en los que Mas y Trias han puesto en valor su obra de Gobierno, ambos líderes han presumido de los favores mutuos entre Generalitat y Ayuntamiento. “No soy el banquero de la Generalitat como dicen algunos, son un acreedor”. Ante la imposibilidad de impugnar el pasado de Colau en materia de gestión, el aspirante a la reelección ha escogido “la ruina del gobierno Tripartito” para evidenciar la “incapacidad de gobernar” de los gobiernos socialistas y de ICV, a quien sí se ha referido directamente. “Nosotros nos hemos dedicado a generar confianza y no subvencionarlo todo”.
Sobre Barcelona, Trias ha destacado la intervención en las Glòries: “una autopista construida en un barrio”. Ha apostado, una vez más, por las smart city y ha pedido un aplauso explícito para la Guardia Urbana: “Han recibido críticas injustas”, ha dicho, también sin concretarlo, en alusión a Ciutat Morta. El todavía alcalde negó que sólo le interese el turismo. “La inversión extranjera en nuevas teconologías es un 23%, y en hoteles sólo un 3%”, dijo el alcalde que, evidentemente, no ha hablado en su intervención de ninguna de las movilizaciones, en prácticamente todos los barrios de la ciudad, en contra de la turistificación de Barcelona.
La independencia en un discreto segundo plano
La independencia en un discreto segundo planoMas ha tejido un discurso emotivo, pero sin recurrir en exceso al debate nacionalista. De hecho, ha comenzado su intervención situando el reto, principal y obvio, de su formación: “Ganar con votos, y por segunda vez en la historia, las elecciones municipales en Cataluña”, tal y como hicieron en los comicios de 2011. Después ha ampliado el mensaje con un triple deseo: “Que haya trabajo; que se mejoren los servicios públicos fundamentales -donde ha mencionado sanidad y educación-; y que tengamos un montón de ayuntamientos que, de cara a septiembre, puedan ayudar a que Catalunya diga con libertad qué quiere para su futuro”.
Esta proclama, al igual que la defensa el derecho a decidir, han sido las únicas aproximaciones al terreno nacional, que ha quedado relegado a la galería. Los gritos de “Mas Presidente, Catalunya independiente” o “de independencia” han contrastado con el tono discreto con el que se han referido, primero, Mas y, después, Trias. “Seremos fieles a ser la capital del país, para avanzar en el derecho a decidir”, ha dicho el alcalde. Cabe mencionar, también, la ausencia de banderas esteladas, que hay que leer en clave de campaña, al igual que el hecho de que la palabra independencia no haya aparecido en ninguna de las intervenciones. De hecho, dos pesos pesados de Unió, el secretario general de UDC y de CiU, Ramon Espadaler, y Sònia Recasens, mano derecha de Trias los últimos cuatro años, han tenido un papel destacado como teloneros de Mas y Trias. “Trias es un alcalde nacionalista y de progreso”, ha definido Recasens a su jefe de filas. En cambio, el líder de los democristianos, Josep Antoni Duran Lleida, no hará campaña en Barcelona en la carrera electoral hacia el 24 de mayo.
¿Por qué CiU arranca campaña en el Guinardó?
¿Por qué CiU arranca campaña en el Guinardó?La elección del barrio del Guinardó tampoco es de todo casual. La ecosocialista Elsa Blasco, fue concejala de este distrito por ICV durante los mandatos 2003-2007 y 2007-2011. El PSC, hoy debilitado, se impuso en Horta-Guinardó, el tercer distrito más extenso de la ciudad -después de Sants-Montjuïc y Sarrià-Sant Gervasi-, incluso en 2011, cuando Hereu perdió la alcaldía de la ciudad ante Trias. En aquella ocasión, los socialistas salvaron un 26,8% del voto, frente al 22,4% de Trias, e ICV, ahora integrada en la confluencia de fuerzas de Barcelona en Común, arrancó un meritorio 11,1%.
A CiU tampoco se le escapa la estrategia de su principal oponente, y es que el equipo de Ada Colau quiere disputar la alcaldía, precisamente, en los barrios más abstencionistas, donde está, además de Sant Andreu, Sants-Montjuïc, o Nou Barris; el distrito de Horta-Guinardó. La última vez que Trias visitó esta zona de la ciudad, como comentaban algunos vecinos críticos en la entrada del complejo deportivo de Martinenc -la entidad deportiva más emblemática del barrio- tampoco salió del todo bien parado. Fue el pasado diciembre, a propósito de la inauguración del Mercado del Guinardó, cuando parte del tejido vecinal del barrio aprovechó la visita del alcalde para reprocharle los cuatro años de obras y, sobre todo, la amenaza de derribo de Torre Garcini -la última masía que queda en la zona- por parte de Núñez y Navarro, propietario del inmueble.
Este ha sido el distrito donde la plana mayor de CiU, con el presidente Mas a la cabeza, ha decidido dar el pistoletazo de salida de una campaña con final incierto, en el que la composición social de los barrios será clave para acabar decantando mayorías. CiU, en Horta-Guinardó, no es una fuerza hegemónica, pero tampoco le es excesivamente hostil, a pesar de algunos de los barrios que integra, especialmente combativos, como Can Baró o, sobre todo, el Carmel. En cambio, el Guinardó, com se muestra en la infografia, sí que se impuso el voto convergente. El reto que se marcan ahora los convergentes es detener, cuanto antes, la inercia del último sondeo del CIS, que pone en cuestión la reelección de Trias.