Nadie pulsó un botón rojo para que la Policía y la Guardia Civil intervinieran el 1-O. Así lo sostuvo el exsecretario de Estado de Seguridad José Antonio Nieto en su declaración como testigo el pasado 18 de junio ante el juzgado que investiga la actuación policial del 1-O en Barcelona, a la que ha tenido acceso eldiario.es. “No hubo un momento en el que se dijera 'intervención ya”, afirmó Nieto. El ex alto cargo limitó su participación en el operativo a prever, dos días antes de la votación, el despliegue de Policía y Guardia Civil al margen de los Mossos, pero negó haber decidido las actuaciones concretas en los centros y el fin de la intervención.
El juez instructor, Francisco Miralles, formuló la pregunta del millón al inicio del interrogatorio como testigo de Nieto: “¿Quién da la orden de que los agentes del Cuerpo Nacional de Policía actúen en la ciudad de Barcelona, en qué momento, y por qué?” El número dos del entonces ministro del Interior Juan Ignacio Zoido empezó una aseveración sobre las órdenes de Fiscalía y del TSJC que suspendían la votación pero no ofreció una respuesta clara, por lo que el instructor le preguntó directamente: “¿La orden la da usted?”.
“La orden sale en la instrucción, por tanto la doy yo”, respondió Nieto. Se refiere el exalto cargo de Interior a la instrucción que él mismo redactó en la que se daban a los agentes las pautas de actuación en el 1-O. En el documento se indicaba que Policía y Guardia Civil actuarían “en apoyo” de los Mossos, pero también “en caso necesario en sustitución” de la policía catalana, esto es, de forma autónoma.
Y éste fue el caso a partir de primera hora de mañana del 1-O, cuando según Nieto “se constató” que los Mossos no habían cerrado ningún colegio durante la noche y la Generalitat había desvelado que gracias al censo universal se podía votar en todos los centros. “Pero no hay un momento en el que se plantee... no existe nunca eh, ni en este caso, ni nunca... en el que se diga 'intervención ya', no existe eso”, matizó Nieto, lo que obligó al instructor a preguntar por tercera vez si la orden la había dado él. “Sí, sí. La responsabilidad de toda la coordinación y de la ordenación de todo el operativo del 1 de octubre la asumí yo y la asumo yo”, dijo Nieto por respuesta.
La declaración de Nieto como testigo se enmarca en la línea de investigación abierta por el juez sobre la cadena de mando del operativo. En ningún momento de las casi cuatro horas de declaración el juez advirtió a Nieto de que sus respuestas pudieran hacer varias su condición de testigo a investigado, de forma que el exsecretario de Estado no se ha sumado a los más de 40 agentes imputados por su actuación el 1-O en Barcelona.
Nieto no dudo en enzarzarse en una discusión con el instructor a cuenta del significado de carga policial. Tras defender que las porras “están para usarse y no para enseñarse”, Nieto volvió a negar que hubiera cargas policiales el 1-O. El juez le preguntó por su definición de cargas, y Nieto respondió con una descripción de lo que se observa en algunos de los vídeos de la intervención policial que constan en el sumario del caso. Después de que el juez le hiciera notar la contradicción, preguntó si no había inspeccionado los vídeos del 1-O, a lo que Nieto le espetó: “Lo que usted considere que es una carga policial o no a mí no me parece trascendente ni relevante”.
Según su propio relato, la participación directa de Nieto en el 1-O terminó el 29 de septiembre, cuando rubricó con su firma la instrucción 4/2017. Tanto el juez instructor como el fiscal y las demás acusaciones quisieron que Nieto contara qué hizo el día 1 de octubre. El exsecretario de Estado explicó que estuvo en un despacho de la Delegación del Gobierno en Barcelona y que durante las primeras horas de la mañana estuvo “en reunión permanente” con el coordinador del dispositivo, el coronel Diego Pérez de los Cobos, y otros mandos.
En dichas reuniones, sin embargo, no se decidía en qué centros actuar, ya que la decisión correspondía a los “jefes de unidad de intervención” que estaban repartidos sobre el terreno, contó Nieto. “Yo no he participado en la operativa, confiaba en los criterios profesionales de quienes dirigen las unidades”, recalcó Nieto en varios tramos de su declaración a preguntas de las acusaciones que ejercen el centro Iridia y el Ayuntamiento de Barcelona.
De hecho, Nieto negó conocer el listado de centros en los que tenían previsto actuar las unidades antidisturbios. Para las cuestiones operativas, Nieto instó a las acusaciones a que preguntaran a Pérez de los Cobos, que declara este jueves como testigo. También es a Pérez de los Cobos a quién, según supuso Nieto, le llegaba la información de todo lo que sucedía en Barcelona el 1-O a través de un comisario provincial. “Pero es imaginación, desconozco el dato concreto”, matizó de inmediato.
El juez también preguntó a Nieto por el apartado de la instrucción que instaba a los agentes a garantizar la convivencia ciudadana, tal y como había ordenado la magistrada del TSJC a los cuerpos policiales. “A ningún policía o guardia civil hay que explicarle cómo se garantizan los derechos y libertades recogidos en la Constitución española”, contestó Nieto, visiblemente molesto.
Ante la repregunta del instructor por cómo se plasmó dicha garantía en la instrucción que mandó a ambos cuerpos, Nieto dijo que se priorizó la seguridad de los agentes y los ciudadanos al objetivo de cerrar centros e incautarse de urnas y papeletas. Y añadió, dirigiéndose al juez, una referencia al abatimiento de uno de los terroristas del 17-A por parte de los Mossos: “Usted sabe, lo han podido vivir en primera persona en la ciudad de Barcelona y en Catalunya, que en otros casos no muy lejanos no se ha priorizado y se privó a una persona del bien sagrado que es la vida porque se entendió que la prioridad absoluta era abatir a esa persona”.
Tras rehuir las cuestiones operativas, Nieto reveló un objetivo del dispositivo que hasta ese momento ningún responsable de Interior había descrito con tanta claridad. Según el exsecretario de Seguridad, ante las “limitaciones” de los efectivos policiales, una de las metas fue que la actuación policial sirviese para que las personas “engañadas” para participar en el referéndum no lo hicieran. “El objetivo era dar ejemplaridad para no repetir la comisión del delito”, resumió.
Y es que, según Nieto, “se podría haber empleado la fuerza en mucho mayor grado si se hubiese priorizado el objetivo de cerrar los centros al mantenimiento de la convivencia”. “Pero precisamente de lo que se trataba era que la presencia de la Policía sirviese de actitud ejemplarizante para conseguir que parte de la sociedad reaccionara y no ayudara a cometer una actuación ilícita”, aseveró, para finalmente concluir: “Cuando uno ve a la Policía actuando percibe la realidad con más claridad”.