¿Puede ganar ERC las elecciones generales en Catalunya por primera vez desde 1936? El equipo de campaña de los republicanos sabe que no solo depende de ellos, pero cree tener opciones de desbancar al PSC. Para ello necesitan un buen resultado en la frontera independentista que comparte con JxCat, pero también maximizar sus opciones entre los votantes de izquierda soberanista que aún no han decidido su opción este 28A.
ERC ha detectado una bolsa de 100.000 electores repartidos entre una veintena de ciudades metropolitanas que en la últimas elecciones metieron el voto de En Comú Podem pero que, en esta campaña, se lo están pensado. La formación activó hace semanas su maquinaria demoscópica para conocer lo más a fondo posible cómo son estos ciudadanos, hasta el punto de que han podido hacer una radiografía detallada de cómo se distribuye este voto potencial entre diferentes ciudades, sobre todo de la zona metropolitana de Barcelona, aunque también en las capitales de provincia.
La formación de Junqueras es consciente de que su principal batalla no está en la frontera contra los 'comuns' sino en el espacio compartido con JxCat. De hecho, los indecisos que vienen de En Comú Podem se cuantifican en unos 102.000 votos, (94.000 si se cuenta solo el área metropolitana de Barcelona), mientras que los que que vienen del antiguo espacio convergente doblan o incluso triplican esa cifra. “Pero estratégicamente los primeros son muy importantes, porque amplían el perímetro del independentismo”, explican fuentes de la formación.
De hecho, según los datos de los republicanos, solo ERC parece capaz de conseguir que esos votantes introduzcan en estas elecciones una papeleta independentista, ya que sus adversarios de JxCat no han dejado de perder atractivo en estas zonas en las últimas contiendas electorales. En la provincia de Barcelona, Convergència tocó su techo de voto en 2011, cuando obtuvo 710.178 votos, cifra que se desplomó en 2016 hasta los 322.678. ERC cree ahora que puede superar el medio millón de apoyos en la provincia sin demasiados problemas.
Pero, para conseguirlo, necesariamente deberá beber de En Comú Podem. Por eso en la sala de máquinas de la formación manejan un mapa detallado de dónde está exactamente esa bolsa de votos. En números absolutos, obviamente la cifra más alta la registra la ciudad de Barcelona. Siempre según los datos de ERC, en la capital residen hasta 40.000 personas que el 28A dudaran entre ellos y los 'comuns' de Jauem Asens. Es nada menos que un 5% de todos los barceloneses que fueron a votar en 2016.
Más alto aún sería el porcentaje de indecisos entre En Comú y ERC en ciudades como Santa Coloma (6,1%), Sant Boi (6,6%) o Cornellà (6,3%), zonas donde históricamente la formación independentista ha obtenido resultados muy justos, pero que podrían ser claves en estas elecciones para el gran salto que aspiran a dar. De hecho, por ejemplo, si ERC lograra convencer a todos los que dudan en Santa Coloma, podría doblar sus resultados de 2016 en esa ciudad. “Evidentemente no te los vas a llevar a todos, hay que recordar que son votantes de En Comú Podem, por lo tanto si convences a la mitad ya has hecho mucho”, aclaran desde el partido.
La ciudad que aparece como uno de los mejores campos de batalla es El Prat de Llobregat, un feudo histórico de ICV donde, en 2016, uno de cada tres votantes lo hizo por el partido de Ada Colau y Xavier Domènech. Esta es la razón por la que, en las prospecciones de ERC, aparece entre los lugares donde la frontera electoral es mayor. Según los cálculos de la formación, un 7% de los votantes de El Prat está pensándose si les convence más Asens o Junqueras. Es una ciudad pequeña y no son demasiados votos, algo más de 2.000. Pero el resultado allí será escrutado con lupa la noche del 28 de abril para saber si el mensaje de ERC se extiende hacia zonas que antes no llegaba.
Pero, para lo que respecta a la suma de votos que puedan convertirse en escaños, las ciudades más importantes para ERC son de largo Sabadell, Terrassa y Badalona. Solo en estas plazas hay unos 22.000 votos en disputa con los 'comuns' y una cifra similar con JxCat. Cifra importante si se tiene en cuenta que, en 2015, algunos escaños por la provincia de Barcelona se decantaron por poco más de 25.000 votos. Por eso los republicanos han llevado su caravana de campaña a Sabadell, en la primera jornada de la campaña, a Barcelona, el acto central del pasado fin de semana, y acabarán en Badalona, el viernes previo a la jornada de reflexión.
Republicanismo y discurso social
Con una disputa tan abierta por el espacio electoral del soberanismo de izquierdas no puede sorprender que ERC y En Comú Podem se hayan lanzado dardos mutuos durante buena parte de la campaña. Si los republicanos tienen de cara las encuestas, los 'comuns' tienen de su lado el recuerdo de voto en las generales. De hecho, los datos que maneja Esquerra indican con claridad que muchos de los votantes que votaron en 2015 y 16 a Domènech ya les votaron a ellos en las elecciones al Parlament de 2017. Qué hará ahora ese elector es un enigma.
Por eso, durante los últimos días ERC se ha esforzado en presentar su cara más republicana y social, cargando contra el Gobierno del PSOE por asuntos como el rescate de refugiados, las concertinas de la frontera de Ceuta y Melilla o la memoria histórica. A la vez, Gabriel Rufián y Jaume Asens se han llegado a pisar algunas propuestas que, con uno u otro matiz, ambos llevaban en sus programas.
Rufián anunció, por ejemplo, una propuesta de ley para amnistiar a los presos independentistas y cerrar sus causas judiciales, solo un día después de que Jaume Asens abogara por reformar el Código Penal para modificar la redacción de los delitos de sedición o rebelión para lograr los mismos efectos. Lo contrario pasó con la propuesta del referéndum doble sobre la independencia y sobre la monarquía, una idea formulada primero por el de ERC que los 'comuns' también presentaron el 14 de abril, día de la República.