Votantes del 1-O mantienen el misterio sobre cómo llegaron y salieron las urnas de los centros

Sigue la ronda de votantes del 1-O ante el Tribunal Supremo. A diferencia de los que les habían precedido, los testigos de este miércoles estuvieron en centros donde no intervino la Policía Nacional ni la Guardia Civil. Todos ellos han relatado un ambiente pacífico, festivo y familiar, lo que permite a las defensas dejar caer sobre el tribunal la tesis de que el orden público el 1-O no lo alteraron los concentrados en los colegios sino los antidisturbios.

Las acusaciones han intentado con sus preguntas poner de manifiesto la pasividad de los Mossos el 1-O y averiguar más detalles de la organización de la votación tras la ambigüedad mostrada por los acusados, que se desentendieron de los pormenores logísticos del referéndum. Fiscalía y Abogacía del Estado han obtenido sucesivos “lo desconozco” por respuesta cuándo han preguntado sobre cómo llegaron y salieron las urnas de los centros o la manera en que se configuraron las mesas electorales y los interventores para supervisar las votaciones.

La tónica general de las declaraciones de los testigos de las defensas que declaran hoy en el juicio del procés es que, o no vieron introducir las urnas en los colegios en los que estuvieron desde la madrugada anterior o bien, como ha asegurado el científico y químico Josep Lluis Torres, no conocían a esas personas. “Llegaron con las urnas y les aplaudimos”, ha dicho este testigo, voluntario en un colegio de Barcelona.

“Las urnas estaban allí y no supimos cómo había sido”, ha dicho otro testigo, que ha añadido: “Estábamos Valentín, Vera, el panadero, que traía bocadillos... y nos organizamos”. “No le puedo decir ni dar fe sobre si lo de las urnas y las mesas estaba organizado o no o si se organizaba a partir de las 8 de la mañana”, ha declarado Josep Marimon, que votó en un colegio de Vilanova del Vallès.

“Cuando entré a votar ya estaban las urnas”, ha recordado Montserrat, otra votante de Barcelona, quien ha definido así el ambiente en el centro: “Estábamos pasando un bien porque era una fiesta de la democracia, pero cuando empezaron a llegar imágenes de las cargas lo que era una jornada de alegría paso a jornada de calma tensa”.

El relato de los testigos también ha sido unánime a cerca del papel de la patrulla de los Mossos d’Esquadra que acudió a su centro de votación, el denominado “binomio”. Todos ellos han coincidido en que los agentes intentaron cerrar el colegio, pero la gente se lo impidió sin violencia alguna. “No es que no se les permitiera entrar, pero éramos muchos y queríamos votar”, ha indicado Maria Guadalupe Prades sobre lo ocurrido en su colegio de Caldes de Montbui (Barcelona).

La abogada Rosa María Seoane se ha mostrado sorprendida por la actitud de los votantes. “¿La gente al aparecer la autoridad no les abrió el paso?”, ha preguntado. “Ellos hablaron con algunas personas pero era evidente que nosotros queríamos votar, y dos personas no podían contra 200…”, ha recordado la votante. Otra votante de Barcelona ha explicado que la patrulla de la policía catalana intentó al amanecer, al mediodía y a la tarde entrar en el centro. “Pero éramos tanta gente en la calle que era muy difíicil que la pareja pudiera acceder al centro”, ha alegado.

Y un tercer votante de Llinars del Vallès (Barcelona) ha indicado que la patrulla de Mossos “estuvo por allí todo el día”, intentó entrar en el centro pero no lo consiguieron “porque todo el día hubo mucha aglomeración de gente en la entrada del centro”. “No es que impidieran físicamente la entrada sino que había mucha aglomeración de gente”, ha apostillado.

Varios de los testigos han mostrado además su desacuerdo con tener que contestar a la formación de extrema derecha Vox, que ejerce la acusación popular. Joan Torres ha expresado que contestaba “por imperativo legal”. “Todo lo que está pasando aquí es por imperativo legal, pero si usted quiere subrayarlo, hace muy bien en subrayarlo”, le ha respondido Marchena. “Respondo por imperativo legal como persona feminista”, ha querido hacer constar Joan Grima.

El presidente del tribunal ha cortado la disertación “con la venia y por cuestiones morales de principios” que había empezado a pronunciar el votante Josep Marimon antes de contestar a Vox. “Usted va a contestar al letrado de la acción popular por el mismo fundamento legal que ha respondido a defensas, Fiscalía y Abogacía del Estado. Y ahora no puede hacer ningún discurso”, ha recordado Marchena.

El barco del 'Piolín', el Puerto y Pérez de los Cobos

El último testigo de la jornada ha sido el director general del puerto de Barcelona, José Alberto Carbonell, quien ha explicado que el coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos tuvo que interceder, vía e-mail, para que los barcos que envió el Ministerio del Interior a Catalunya con policías y guardias civiles, entre ellos el denominado buque del 'Piolín', pudieran atracar en el puerto de Barcelona.

Según la versión de Carbonell, el Gobierno no había aclarado a los responsables de esta instalación que se trataba de buques de Estado –que alojan a miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad– y no de buques hoteles –equivalentes a cruceros. La primera solicitud que recibieron fue del barco 'Rapsody' el 18 de septiembre de 2017, pero fue denegada al día siguiente porque se pedía la entrada para un buque hotel.

No fue hasta que el presidente de Puertos del Estado llamó al presidente del de Barcelona que las autoridades portuarias conocieron que los barcos eran buques de Estado. Luego el puerto de Barcelona solicitó que la petición se hiciese de manera formal, por escrito, y que se especificase el objetivo real del atraque. Quien envió el documento definitivo fue Pérez de los Cobos y ya sí concretó que el 'Rapsody' había sido fletado por el Gobierno de Mariano Rajoy para trasladar a policías y guardias civiles a Catalunya.