Los rumores dicen que ha tenido que hacer un curso para aprender a hacer mítines y a hablar delante de los medios de comunicación. Sea cierto o no, el candidato de ERC, Oriol Junqueras, sigue pareciendo más un profesor de historia (de historia independentista) que un candidato político. Tanto es así que en los actos de campaña incluso pregunta a los periodistas, como si fueran sus alumnos, algunas cuestiones sobre historia. “¿Sabíais que más de la mitad de los países de Europa lograron su independencia durante el siglo XX?”. Una de las otras preguntas que suele formular es cuantos países se han independizado de España a lo largo de su historia. En este caso la respuesta no es fácil porque la lista es larguísima: Holanda, Argentina, Chile, Perú, Portugal, Honduras, Venezuela, México, Uruguay…
El profesor independentista es muy afable en las distancias cortas pero un poco pedante ante la multitud. Más que un candidato que pide confianza para lograr el voto, parece el clásico intelectual que aprovecha la mínima oportunidad para demostrar que sabe más que nadie. Pero este punto, aunque sea negativo, lo aleja de la imagen del falso candidato simpático que siempre sonríe y dice lo que todo el mundo quiere oír. Para bien o para mal, Junqueras tiene su propio estilo.
Su objetivo en estas elecciones es lograr que los republicanos se conviertan en el principal partido de izquierdas, por encima del PSC y de ICV-EuiA. Tras una crisis interna, agravada por los años del gobierno tripartito, ERC pasó de 21 diputados en 2006 a sólo 10 en 2010. Ahora las encuestas les dan entre 15 y 20 escaños. Si CiU no logra la mayoría absoluta tendrá que buscar un socio para pactar los presupuestos. Parece increíble pensar que Artur Mas pueda ir en busca de Alicia Sánchez-Camacho, aunque la puerta del pacto de la derecha nunca está cerrada. CiU y PP han sido durante años una pareja que ha pasado por sus crisis pero que siempre ha sabido superarlas. En el caso de que Mas no acuda a Sánchez-Camacho, sólo tendrá la opción de Junqueras. Un Gobierno o un acuerdo entre CiU y ERC sería muy lógico, siempre y cuando Artur Mas vaya en serio en sus compromisos nacionales. Las encuestas parecen reflejar que muchos catalanes han comprado la idea de que en un país independiente se viviría mejor pero que, aún así, no se animan votar a CiU. Muchos catalanes independentistas identifican a los convergentes con la burguesía, con los recortes sociales, con el Cas Palau, con el sí pero no el PP y todo esto les da pereza. Esta es la baza de ERC. Su punto débil, en cambio, es que si pacta con CiU para llegar a la independencia tendrá que afrontar una política de recortes sociales que sus votantes no comparten. “El camino de la independencia y el de la justicia social son inseparables. Si alguien quiere un acuerdo con ERC, ya sabe nuestras condiciones”, dice Junqueras. ¿Pero ERC dejará escapar la oportunidad que se le brinda después de tantos años persiguiendo la independencia?
Entre el tricornio y las cuentas
Los republicanos trabajan con la idea de que el gobierno central complicará al máximo la existencia del futuro Govern de CiU. Y para hacerlo, al Gobierno del PP le basta con dejar de pagarle cuatro facturas a la Generalitat. Antideportivo sí, pero letal. La asfixia económica será mucho más efectiva que mandar a la Guardia Civil, que además también está de recortes. “Si CiU va en serio, tendremos que organizar el referéndum lo antes posible, porqué desde España nos ahogarán y será insostenible”, pronostica un dirigente republicano. “Es evidente que se pueden distribuir los pocos recursos de una manera más justa, pero si España nos ahoga, la situación será tan difícil que ya ni se hablará de los recortes”, continua. Según esta teoría, antes de llegar a la independencia, Catalunya tendrá que afrontar una larga travesía por el desierto. Este político republicano considera que en dos años los catalanes ya tendrían que haber votado para decidir su futuro. “En España dirán que la consulta no es vinculante, pero esto ya se verá”, dice.
El profesor independentista ha repetido en varias ocasiones que el momento actual se contará en los libros de historia. Para tener una primera idea de lo que van a explicar los historiadores hace falta esperarse hasta el 25-N. Si ese día CiU no logra la mayoría absoluta y los republicanos consiguen un buen resultado, será de justicia que ERC aporte su granito de arena a la historia. Pero antes de empezar a escribir nada, se tendrá que formar gobierno y Esquerra tendrá que digerir algunos sacrificios.