Carles Puigdemont ha reclamado este lunes una cuestión de confianza a Pedro Sánchez, después de asegurar que el Gobierno ha incumplido el acuerdo de investidura firmado con Junts. El líder independentista ha comparecido desde Bruselas cuando se cumple algo más de un año de aquel acuerdo, donde ha hecho un balance muy poco optimista. “Los avances son escasos, la descoordinación entre lo que se aborda en Suiza y la práctica del Gobierno es muy preocupante”, ha expuesto Puigdemont, que ha resumido asegurando que la confianza entre el bloque que dio la mayoría “se ha roto”.
Someterse a una cuestión de confianza es una potestad que únicamente compete al presidente del Gobierno y que Junts no tiene forma de forzar. Con todo, Puigdemont ha asegurado que Junts ha registrado una propuesta no de ley (PNL) para reclamar a Sánchez que vuelva a pedir el acuerdo del Congreso con el objetivo de abrir un debate sobre la confianza de los grupos que ya le mostraron apoyo en septiembre de 2023.
Poco después del anuncio del líder de Junts, desde las filas socialistas han descartado que Sánchez tenga intención de someterse a una cuestión de confianza. “Estamos en las negociaciones de Presupuestos y hay que respetar esas negociaciones. Pido a todo el mundo que no se despiste de las políticas que mejoran la vida de la gente”, ha asegurado Enma López, nueva secretaria de Economía del PSOE. También en la Moncloa consideran que la salida de Puigdemont tiene que ver con una “demostración de fuerza” de cara a la recta final de la negociación.
La comparecencia de Puigdemont ha tratado de sonar a últimatum. “Es momento de un punto de inflexión o de dejarlo correr y no perder más el tiempo”, ha resumido el líder independentista, que ha cargado con una dureza pocas veces utilizada contra Sánchez, del que ha dicho que “no es de fiar”.
Tras hacer esta petición de volver a someterse a la confianza del Congreso, Puigdemont ha enfriado la negociación de presupuestos, aunque ha desvinculado ambas cuestiones. Según ha defendido, sus condiciones siguen siendo que el Gobierno soluciones los “incumplimientos” con Catalunya en materia de inversiones. Sin embargo, el líder de Junts ha indicado que, más allá de que estos avances en materia económica no se han producido, la pérdida de confianza hacia Sánchez les impide negociar los presupuestos. “¿Qué sentido tiene negociar con unos incumplidores?”, se ha preguntado.
Puigdemont ha señalado varios aspectos como origen del malestar acumulado en su formación. El primero, la oficialidad del catalán en la Unión Europea, que fue un requisito para el apoyo de Junts a Francina Armengol. “Hay una absoluta falta de implicación del Gobierno”, ha apuntado Puigdemont, que ha asegurado que si Sánchez hubiera negociado sobre el catalán como lo ha hecho para garantizar la vicepresidencia de la comisión para Teresa Ribera, el catalán ya sería oficial en las instituciones comunitarias.
El segundo tema es la ley de amnistía, que por el momento no ha afectado a algunos de los principales líderes independentistas condenados, como el propio Puigdemont, el secretario general de Junts, Jordi Turull, o el candidato a volver a la presidencia de ERC, Oriol Junqueras. “Una amnistía que no es completa no es amnistía”, se ha quejado el expresident. “La judicatura se ha rebelado contra una ley y Sánchez no ha hecho ni una comparecencia pública, como sí ha hecho cuando le ha afectado a su familia”, ha añadido.
A Puigdemont tampoco le gusta la “retórica de la normalidad”, de la que ha acusado al president de la Generalitat, Salvador Illa. A juicio del expresident, el hecho de que el actual jefe del Govern dé muestras de que el conflicto político se ha acabado choca con el hecho de que su partido mantenga una negociación en Suiza para solucionar ese mismo conflicto. “La descoordinación entre lo que se aborda en Suiza y la práctica del Gobierno es muy preocupante”, ha dicho, tras constatar que la negociación en esa mesa y ante un mediador se ha producido “mes a mes”.
Pero eso no es, a su juicio, suficiente para que el mecanismo de resolución del conflicto sea suficiente, pues según ha denunciado, los entendimientos a los que se llega en Suiza son sistemáticamente puestos en la cola de las prioridades de la Moncloa. “Quienes acudimos a esas reuniones por parte de Junts tenemos capacidad de tomar decisiones, quienes lo hace por la parte socialista parece que no”, se ha quejado el independentista.
“Para nosotros el acuerdo de Bruselas [el documento firmado para la investidura de Sánchez] sigue siendo válido”, ha subrayado Puigdemont, que se ha cuidado mucho de no dar por rotos los puentes con el PSOE. De hecho, el presidente de Junts ha asegurado que la pelota está en el tejado de los socialistas, que son quienes deben dar los “pasos adecuados” para recuperar su confianza.