El expresidente de la Generalitat de Cataluña Carles Puigdemont seguirá en prisión en Alemania mientras la justicia de este país estudia la orden de detención y entrega cursada por España, según ha informado este lunes la Fiscalía. La decisión se produce después de que Puigdemont haya comparecido durante más de tres horas ante el tribunal de primera instancia de Schleswig-Holstein.
“La decisión de hoy no significa que Puigdemont vaya a ser extraditado, sino que ahora empieza el proceso”, ha explicado el fiscal superior del distrito judicial, Georg Güntge, a los numerosos medios concentrados frente a la cárcel. En un comunicado posterior, el juzgado ha explicado que había aceptado la petición de la Fiscalía general del estado federado de Schleswig-Holstein para que Puigdemont continúe en prisión ante el “riesgo de fuga”.
Según explicó, no se puede dar por hecho que el detenido vaya a permanecer en Alemania si queda en libertad y hay que tener en cuenta que viajaba hacia Bélgica, adonde huyó hace cinco meses y tiene su residencia actualmente, y donde no se puede presumir que el proceso de extradición siguiera el mismo camino, lo que podría ser para él un “incentivo notable” para tratar de llegar a ese país.
Tras la decisión de este juez de primera instancia, llegará el turno para la Fiscalía General. Este organismo, que tiene ya la documentación del caso y que trabaja en coordinación con la Fiscalía General española, analizará si existen los requisitos para una extradición a España. Para ello Alemania debe tener en su Código Penal un delito que se corresponda con el de la acusación contra Puigdemont.
Según la legislación por la que se rigen la OEDE, si el detenido acepta la extradición esta se produce en un plazo de 10 días. Si no, se abre un periodo de 60 días para que las autoridades estudien si los delitos que contiene la orden de detención están contemplados en sus leyes. Dispone de una prórroga de otros 30 días por “razones justificadas”.
Delitos de alta traición
El código penal alemán recoge varios delitos contra su forma de Estado y su constitución. En el capítulo “Alta traición” castiga a quien “con violencia o por medio de amenaza de violencia” perjudicase la existencia de la República Federal Alemana o cambiar su orden constitucional. La pena en estos supuestos va de los 10 años a la “pena privativa de libertad de por vida”.
Otro artículo castiga la Alta traición contra un estado federal, para quien con violencia o su amenaza intente “separar una parte del Estado”. La pena en este caso es menor y va de uno a 10 años de prisión. En caso de que no haya violencia, las penas oscilan entre los seis meses y los cinco años de cárcel.
Las leyes alemanas también recogen la posibilidad de que alguien solo haya preparado esas traiciones a la Federación o contra un estado federal. En el primer caso las penas van de uno a 10 años, y en el segundo de un mes a cinco años de prisión.