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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

'Putas Indignadas' planta la semilla de la primera plataforma de prostitutas del Estado

“Las prostitutas de la calle no encajamos en la marca Barcelona”, dice Paula Ezkerra, una de las portavoces de Prostitutas Indignadas, un colectivo estrechamente vinculado al Raval barcelonés. “No entramos en el imaginario de esta ciudad clasista, que nos hace invisibles por ser mujeres, feministas, activistas y putas”, sigue. Ahora, hartas de que otros hablen por ellas, quieren tomar la palabra y consolidarse como “un agente social con voz propia”, desde donde reivindicar sus derechos como trabajadoras autónomas y libres. Para ello, este colectivo se suma a otras iniciativas feministas y de defensa de los derechos humanos para “parir” -en palabras de las portavoces- la Asamblea de Activistas Pro-derechos Sobre el Trabajo Sexual de Catalunya, que se presentará en sociedad mañana (12h.) en el Raval.

De esta manera ha comenzado una rueda de prensa en el Colegio de Periodistas de Catalunya de alto voltaje crítico en el que el colectivo se ha llenado de dignidad para enmendar un modelo de ciudad “desigual y excluyente”. La portavoz, Ezkerra, ha hecho responsable al alcalde Xavier Trias y a la concejal de Ciutat Vella, Mercè Homs, de la “vulneración de derechos” a los que se ven sometidas las trabajadoras sexuales autónomas -que no trabajan para terceros-. “No sólo nos castigan expulsándolos de nuestro barrio, el Raval, histórico espacio de trabajo de las putas, sino también nos dejan en unas condiciones laborales más precarias de las que ya sufrimos”, ha dicho la portavoz, reproduciendo el contenido de la carta abierta hecha pública esta semana.

Y es que la gota que ha colmado el vaso de su indignación ha sido, precisamente, el cierre de su local, en el número 25 de la calle Robadors. El pasado 19 de marzo las prostitutas se encontraron tapiado el local en el que ejercían su oficio y donde, hasta el momento, las unía una relación de arrendatarias con el propietario. “El Ayuntamiento entró ilegalmente con voluntad de expropiar el piso”, explica Ezkerra, que denuncia “situaciones diarias” de vejaciones, no de los clientes, sino de los cuerpos de seguridad. “Los abusos que hemos visto en los casos del 4-F y el del asesinato de Juan Andrés Benítiez los sufrimos nosotras cada día”, explica antes de concluir: “Se creen que somos la cara más débil, pero ahora nos hemos hecho fuertes”.

Preguntadas por este medio sobre los objetivos a corto plazo, las prostitutas -que cada miércoles hacen una cacerolada reivindicativa a las siete de la tarde en la puerta del edificio- aseguran que trabajan en una hoja de ruta y una agenda de acciones, pero que “lo primero que necesitamos es recuperar la dignidad”. El primer paso para hacerlo será una acción este sábado en la que la asamblea se presentará formalmente al barrio. Laia Serra, abogada del colectivo, ha insistido en la “vulneración sistemática” de derechos que sufren sus compañeras y ha puesto sobre la mesa “la visión paternalista” sobre la prostitución, que evita, según ha explicado, “la gestión de los conflictos desde un prisma de respeto y de igual a igual”.

Según el colectivo, es la primera vez en el Estado que se consigue una expresión de autorreconocimiento de las prostitutas organizadas como actor social. Y han interpelado directamente al alcalde Trias: “Se llena la boca de las palabras convivencia, planes de atención y lucha contra el tráfico, cuando en realidad habla desde el despacho”, ha dicho Ezkerra, que ha añadido: “Mientras tanto, sigue habiendo violencia hacia nosotros y hacia las mujeres víctimas de trata que son multadas y coaccionadas”.

La proximidad de las elecciones también ha planado sobre el Colegio de Periodistas. En varias ocasiones, Ezkerra -que estará en las listas de la CUP- ha agradecido públicamente el apoyo de grupos emergentes que aspiran a irrumpir en el Ayuntamiento, como es el caso de la izquierda independentista y de Barcelona en Comú, la plataforma que lidera Ada Colau. En este sentido, no ha ocultado sus preferencias por la CUP de quien ha asegurado que, desde el primer momento, han recibido todo el apoyo. También ha habido palabras de agradecimiento a la labor de la Síndica de Greuges (la Defensora del Pueblo) de Barcelona, Maria Assumpció Vilà.

¿Qué significa el espacio de la calle Robadors para el colectivo?

¿Qué significa el espacio de la calle Robadors para el colectivo? Desde hace 13 años, esta finca de la calle Robadors ha servido de cobijo para las prostitutas del Raval. No sólo ha sido un espacio donde trabajar en unas mínimas condiciones de higiene y comodidad, sino incluso ha hecho de hogar social para muchas mujeres en situación irregular. Además, con el tiempo ha ido tiñéndose de espíritu combativo, por lo que ha acabado siendo, también, un emblema de la lucha organizada de las prostitutas, estrechamente vinculadas a este barrio popular de Barcelona, el antiguo barrio Chino.

Desde que no cuentan con este espacio -al que llamaban su “palacio”-, el colectivo constata un empeoramiento radical de las condiciones laborales. “Queremos dejar claro que nosotros captamos los clientes en la calle, pero no trabajamos en la calle; pero para que siga siendo así necesitamos un espacio como el que teníamos”. El consistorio, propietario ahora de la finca y de las que hay al lado, había mantenido conversaciones con el colectivo, pero sin llegar a ningún acuerdo ni a ninguna solución alternativa.

Las prostitutas aseguran que ha habido una voluntad deliberada “de atacar su espacio de lucha” y lo fundamentan en que el consistorio sabía que allí se reunían las integrantes del colectivo de Putas Indignadas. “No nos quejamos de que sea propiedad del Ayuntamiento, nos quejamos de la opacidad en la negociación con el propietario”, apunta una de las prostitutas que asegura, además, que se “amenazó” el propietario en multarlo si se oponía a la compra municipal. “Nuestro cuerpo es nuestra empresa y reivindicamos el derecho al trabajo”, explica Ezkerra que valora la acción del gobierno como “un golpe a los movimientos sociales de protesta”.