El coronavirus no es la única novedad del curso universitario que ha arrancado este septiembre. También es este el primero de los tres años que le ha dado el Gobierno a las comunidades autónomas con las matrículas de grado más caras para que bajen precios. Catalunya es esta vez la que ha aplicado una mayor rebaja, del 30%, pero esto no ha evitado que siga siendo, junto a la Comunidad de Madrid, la que tiene las tasas más caras –con diferencia– de toda España.
A partir de los decretos de precios que publica cada comunidad autónoma, el Observatorio del Sistema Universitario (OSU) ha elaborado un informe que supone una radiografía de los precios de grado y máster de toda España. Desde que el Gobierno del PP aplicó el ‘tasazo’ universitario en el curso 2011-2012, Catalunya aparecía de lejos como la comunidad con los precios más caros por carrera (podían llegar a ser el triple que regiones como Andalucía o Galicia).
Ahora, tras aprobar la Generalitat una reducción del 30% de las tasas en sus presupuestos para 2020, los precios catalanes se acercan más a los de la Comunidad de Madrid. Siempre teniendo en cuenta la primera matrícula, el precio del grado en Catalunya va de 1.061 euros a 1.660 –en función de si son más o menos costosos–, mientras que en Madrid oscila entre 1.283 y 1.568 euros. En ambos casos sigue estando lejos de las matrículas más económicas, que son los de Andalucía (un único precio: 757 euros), Galicia (de 591 a 836 euros) o Canarias (de 591 a 836 euros).
En la Comunidad de Madrid, se llega a dar el caso de que sus estudios de grado más baratos, de 1.283 euros al año, cuestan más dinero que los grados más caros de hasta 12 comunidades.
En cuanto a los másters, las diferencias son más abismales si cabe. En el caso de los que no son habilitantes –es decir, los que no son indispensables para acceder a una profesión– la disparidad va desde Andalucía (821 euros) y Galicia (591 a 836 euros) hasta Madrid (2.701), Catalunya (2.767) o Murcia (2.114 a 2.818).
¿Qué comunidades han bajado precios?
Más allá del mapa actual de precios de grado de las comunidades, desde este curso el Ministerio de Universidades, capitaneado por Manuel Castells, aprobó una propuesta con los gobiernos regionales para reducir el precio de las matrículas. Se eliminó la horquilla de precios introducida por el Gobierno del PP en 2011-2012 con el objetivo de reducir las desigualdades entre comunidades y lograr una mayor unificación de los costes de acceso a la universidad.
Con el nuevo tope de precios, un 15% superior como máximo a los que había en el curso 2011-2012, desde Universidades calcularon que un total de diez comunidades deberían rebajar de alguna forma sus precios. Para que tengan tiempo de hacerlo, Castells les ha dado un plazo de tres años, hasta el curso 2022-2023. Por ahora, cinco de ellas han empezado a reducir tasas; las otras cinco, no.
A la sustancial rebaja de Catalunya –que proviene de un acuerdo previo a la propuesta del Gobierno–, se le añaden las comunidades de La Rioja, Aragón, Comunidad Valenciana y Navarra. Según los datos recabados por el OSU, las dos primeras han aplicado ya la disminución de precios que a que les obliga el nuevo sistema con margen hasta 2022. La Rioja ha reducido entre 31 y 50 euros al año en función del grado; Aragón, entre 12 y 125.
Las cinco comunidades restantes que deben bajar precios antes de 2022 y que este curso no han aplicado ninguna reducción son Madrid, País Vasco, Extremadura, Baleares y Castilla y León. Esta última, sin embargo, abarató significativamente las matrículas el curso pasado, hasta un 20%. Entre las que no tienen la obligación de disminuir los importes, solo Cantabria los ha reducido este curso, un 1% (entre 7 y 10 euros por curso).
“La impresión es que los efectos del acuerdo [para reducir los precios de las matrículas] han sido muy modestos”, valora Vera Sacristán, profesora de matemática aplicada en la UPC y directora del OSU. La autora del informe añade además que muchas comunidades ya venían bajando “poco a poco” los precios en los últimos años, con lo que no se ha producido un cambio significativo de tendencia. “Solo en Catalunya, pero no como resultado del acuerdo”, puntualiza Sacristán, que recuerda además que pese a la rebaja, la Generalitat todavía no ha completado la reducción total que le exige el Gobierno, de 843 euros al año de media.
Sacristán lamenta a su vez que el acuerdo solo contemplase la reducción de precios en primera matrícula y no en las sucesivas, cuando a menudo se encarece exponencialmente. Ni tampoco en los másters. Lo único que establece el pacto es que en ningún caso se pueden superar los precios del curso pasado. Por lo tanto, esta decisión ha quedado a criterio de las comunidades, algunas de las cuales sí han decidido aplicar reducciones, como ha sido el caso de Aragón en las segundas matrículas.