Es difícil, no hay garantías de éxito, pero hay que intentarlo. Es el resumen de la reunión que han mantenido durante algo más de dos horas el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el de la Generalitat, Pere Aragonès, en Moncloa en la que han decidido que la mesa de diálogo se reactive en la tercera semana se septiembre. Los equipos de ambos gobiernos tendrán deberes hasta entonces: acordar una metodología y un orden del día. No será una tarea fácil a juzgar de los planteamientos de ambas partes, que son diametralmente opuestos.
El jefe del Govern ha asegurado, de hecho, que el encuentro ha servido “para constatar las posiciones lejanas” entre ambos respecto a “como resolver el conflicto”, pese a lo que ha asegurado que los dos presidentes se han reafirmado en la declaración de Pedralbes que puso en marcha el diálogo entre instituciones. Más allá de eso la Generalitat asegura que no renunciará a la independencia mientras Moncloa apuesta por iniciar el diálogo por los posibles puntos de entendimiento para ir ganando tiempo. Ninguna de las partes se pone plazos para que la mesa de diálogo dé sus frutos.
Por ahora ambos presidentes han mantenido un primer encuentro protocolario tras la investidura del candidato de ERC, pero que se produce en un punto de inflexión en las relaciones entre la Generalitat y el Gobierno tras los indultos que conllevaron la salida de prisión de los nueve líderes independentistas encarcelados por el procés. A pesar de ese deshielo que Gobierno y Generalitat están mostrando en los últimos días, Aragonès ha puesto negro sobre blanco lo “complejo” y “difícil” que va a ser encontrar un punto de encuentro entre ambas partes. Así, ha asegurado que el Govern “no renunciará a la independencia” y que el referéndum de autodeterminación es el “camino intermedio” para lograr ese “punto de partida”.
Para los socialistas esa opción es inviable y, de hecho, la portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero, ha rechazado posteriormente que se hayan abordado en profundidad ese tipo de asuntos, a los que se suman la amnistía y ahora también la retirada de la petición de extradición del expresidente Carles Puigdemont y varios exconsellers que permanecen en el extranjero. “No es de extrañar que haya puesto el acento en materias que considera que pueden ser importantes a la hora de trasladar los elementos de discusión. El presidente no ha hablado de ninguna de esas cuestiones”, ha dicho Montero.
La reunión, ha explicado Aragonès “ha servido también para reafirmar la existencia de este conflicto, que debe resolverse a través del diálogo y la negociación, y que finalmente ha de contar con el aval de la ciudadanía de Catalunya”, ha dicho, en referencia a los compromisos alcanzados en Pedralbes en diciembre de 2018. “Son los elementos que constituían el acuerdo básico que motivó la constitución de la mesa de diálogo, de igual a igual, y que activaremos sin más dilación”, ha añadido.
Sánchez, por su parte, quiere que el Govern permanezca en la institucionalidad que ha mostrado en los últimos días y ha reiterado la importancia de que Aragonès participe en la conferencia de presidentes que se celebrará en Salamanca la última semana de julio y en la que se abordarán, entre otras cuestiones, los fondos europeos. El presidente del Gobierno también le ha planteado que se produzca un “diálogo al interior de Catalunya”. Los socialistas llevan meses insistiendo en esa idea que en la anterior legislatura reclamaron como una mesa de partidos en el Parlament.
“La propuesta del Estado es el status quo”
Además de la reunión de la mesa de diálogo, Aragonès ha anunciado que también se reunirá durante el mes de julio la Comisión Bilateral Estado-Generalitat para tratar las cuestiones competenciales y de cumplimiento del Estatuto que son precisamente elementos mollares sobre los que iniciar el trabajo para el Gobierno de Sánchez. “A mí se me ocurren puntos de encuentro, pero probablemente hay que ir trabajando en al agenda del reencuentro y la profundización del autogobierno. Elementos que para el Govern no son suficientes pero que este Gobierno quiere impulsar, ser capaz de concretar, cristalizar, si es que la actitud de las personas que acudan a esa mesa es constructiva”, ha expresado Montero, que ha hablado de infraestructuras como el aeropuerto de El Prat o la interconexión aeroportuaria e incluso de la candidatura de Pirineos-Catalunya para los Juegos Olímpicos de invierno de 2030.
Pero es que ese tipo de cuestiones relacionadas con inversiones o competencias, el president de la Generalitat lo circunscribe a la comisión bilateral mientras que considera que la mesa de diálogo debe abordar estrictamente el conflicto político y sus soluciones. Así, ha defendido que el Govern acudirá a ese foro con las dos propuestas que, a su parecer, generan “más consenso en la sociedad catalana”, como son el referéndum de autodeterminación y la amnistía. El Ejecutivo, por su parte, no tiene una propuesta concreta más allá de la agenda del reencuentro en la que recogió las demandas que en los últimos años la Generalitat hizo llegar a Mariano Rajoy, a excepción del referéndum.
Esa es la base sobre la que Moncloa quiere trabajar y la aspiración es recuperar las partes del Estatut que fueron eliminadas por el Tribunal Constitucional. Pero eso es una pantalla pasada para el jefe del Govern, que ha explicado que Sánchez no le ha trasladado propuestas ni respecto a la mejora de la financiación, ni sobre un nuevo referéndum estatutario, ni tampoco sobre la opción de celebrar alguna consulta en el conjunto del Estado: “La propuesta del Estado es el statu quo, pero eso no resuelve el conflicto”, ha indicado. “Que nadie se equivoque, el Govern de Catalunya no renuncia a la independencia, pero tampoco renuncia al diálogo y la negociación”.
El president ha enfriado, además, la posibilidad de que el Govern plantee que Oriol Junqueras esté en la mesa de diálogo, un extremo que Sánchez rechazó este lunes al recordar que se trata de un órgano entre gobiernos. El jefe del ejecutivo ha planteado que tenga “carácter institucional” al mencionar que la anterior delegación la componían consellers y parlamentarios.
Sobre el Tribunal de Cuentas: “No hay en la agenda vocación de reforma”
Aragonès ha reclamado, además, a Sánchez que trabaje en “una solución global a la represión”, y le ha exigido que dé cumplimiento al informe del Consejo de Europa que, además de avalar los indultos a los líderes encarcelados, recomendó que decayeran las causas contra los políticos que aún no han sido juzgados. “El fin del conflicto político ha de pasar obligatoriamente por el fin de la represión, para poder estar en pie de igualdad”, ha afirmado Aragonès, que ha explicado que ha sido “muy claro a la hora de poner sobre la mesa la cuestión del exilio”.
En la comparecencia ante la prensa Aragonès ha insistido también en la necesidad de buscar una solución análoga a los indultos para los líderes independentistas reclamados por la justicia española, en referencia a los eurodiputados de Junts Carles Puigdemont, Toni Comín y Clara Ponsatí, y también de la secretaria general de ERC, Marta Rovira. Estos políticos han cobrado un nuevo protagonismo recientemente, hasta el punto de que serán visitados en los próximos días por os líderes independentistas recién salidos de la prisión. Este miércoles, Oriol Junqueras y los indultados de su partido acudirán a Ginebra (Suiza) para visita a Rovira, mientras que los presos de Junts verán a Puigdemont en Bélgica la próxima semana.
El president ha asegurado que existen “instrumentos” para que se retiren las peticiones de extradición que pesan sobre los “exiliados”, pero el Gobierno ha dado un portazo a esa reivindicación. “No les llamaría exiliados, les llamaría personas fugadas de la justicia. Es voluntad del Gobierno que estas personas respondan ante los tribunales como el resto de personas que han estado juzgadas o vinculadas al procés”, ha sentenciado la portavoz.
Aragonès ha puesto el acento en la causa en el Tribunal de Cuentas que ha reclamado fianzas millonarias a 34 ex altos cargos funcionarios de la Administración catalana y ha pedido a Sánchez que “trabaje en una solución”. “La respuesta, hoy por hoy es no. No hay en la agenda del Gobierno ninguna vocación de reforma”, ha respondido Montero a la pregunta de si el Ejecutivo tiene algún plan respecto al órgano fiscalizador. El Gobierno reconoce la complicada situación respecto al Tribunal de Cuentas pero ve por ahora poco margen de actuación. Mientras la Generalitat pide una solución, el Ejecutivo exige al PP que no bloquee la renovación de ese órgano administrativo cuyo mandato caduca en julio y se requiere la mayoría de tres quintos del Congreso y el Senado para elegir los nuevos consejeros. Montero ha acusado a Pablo Casado de bloquear las instituciones para que funcionen con una mayoría que le beneficia.