El calvario burocrático habitual por el que pasa un migrante a la hora de hacer diferentes trámites, como por ejemplo la obtención de la tarjeta sanitaria del Servicio Catalán de la Salud, se añade en el caso de los refugiados que llegan a Catalunya a una travesía previa a menudo poco fácil, marcada por la búsqueda forzada de una protección que sus países de origen no les pueden garantizar.
En España las personas solicitantes de asilo tienen derecho a una asistencia sanitaria gratuita de acuerdo con lo estipulado en la Ley 12/2009 reguladora del derecho de asilo y la protección subsidiaria. Con todo, algunas se encuentran con diversas barreras que les impiden ejercer este derecho. “Es cada vez menos frecuente, pero a veces el desconocimiento por parte de los agentes de salud y los administrativos de los centros sanitarios sobre el asilo puede generar dificultades para acceder a la tarjeta sanitaria”, explica a este medio Pascale Coissard, de la Comisión Catalana de Ayuda al Refugiado (CCAR).
Mejorar la formación en materia de asilo
Precisamente hace sólo unas semanas la CCAR, la Plataforma por una Atención Sanitaria Universal en Catalunya (PASUCat), SOS Racismo y la Plataforma STOP Mare Mortum denunciaban el caso de una persona que había acudido al Centro de Atención Primaria de Santa Coloma de Gramanet para tramitar la tarjeta sanitaria mediante la tarjeta de solicitante de asilo. “A pesar de que el derecho a la atención sanitaria de las personas refugiadas comienza en el mismo momento en que la solicitud es admitida a trámite, le informaron que no le podían tramitar la Tarjeta Sanitaria Individual (TSI) si no llevaba un número de asegurado expedido por la Seguridad Social”, explican desde las entidades. El número que le pedían se adjudica después de seis meses de la admisión a trámite de la solicitud de asilo, o antes si se resuelve y se acepta la solicitud. Durante todo este tiempo la persona afectada habría estado desatendida si no hubiera sido por la intervención de las entidades.
“También ha pasado en algún caso que el hospital haya pedido un importe para atender a una persona en esta situación administrativa en Urgencias, cuando toda persona debe tener garantizada la asistencia urgente gratuita”, comenta Coissard. “Aunque son casos puntuales, ha pasado”, añade.
Según ella uno de los aspectos en los que es necesario que la administración trabaje es mejorar la formación de los agentes de salud y otras personas que pueden atender un usuario en esta situación ya que muchos desconocen los protocolos, la normativa, el documento de solicitante de asilo y lo que ello implica. Asimismo también apunta a un refuerzo de la formación de los agentes de las oficinas de atención ciudadana (OAC), ya que en Catalunya el padrón -que se gestiona desde estas oficinas- es condición para la atención sanitaria especializada (no urgente) si se trata de personas en situación irregular. “Si las personas tienen dificultades para empadronarse significa que tendrán dificultades para obtener la tarjeta sanitaria”, dice Coissard.
Reforzar la especialización en salud mental
A menudo las personas refugiadas e inmigrantes pueden estar afectadas por múltiples pérdidas y están en proceso de de duelo por lo que han dejado atrás. “La acogida de personas que han sufrido un trauma complejo, el exilio y la llegada a un país que no les esperaba genera fácilmente una frustración”, explica Bernat Aviñoa, trabajador social y coordinador de Exil, una O.N.G. centrada en la atención terapéutica médico-psico-social a personas traumatizadas por diferentes tipos de violaciones de los Derechos Humanos.
Nuria Serre, médica de la Unidad de Salud Internacional Drassanes-Vall d'Hebron, asegura que puede que en algunos casos la ansiedad o la frustración pueden aparecer más tarde, no en los primeros meses de acogida. A menudo es en una segunda fase, pasados los primeros seis meses de entrar en el programa estatal de acogida, cuando tienen que encontrar un trabajo o un lugar donde vivir, explica, que empiezan a aparecer problemas. Por su parte, Aviñoa apunta que es muy importante encontrar herramientas de integración.
Identificar posibles problemas de salud mental o eventos potencialmente traumáticos (en el país de origen, durante el viaje de tránsito o en el país de acogida) no es tarea fácil. Es por ello que desde el 2015 Catalunya cuenta con un protocolo en atención a la salud mental de las personas refugiadas con el objetivo de dotar a los profesionales de herramientas para ofrecer una atención adecuada y no hacer un abordaje psiquiátrico innecesario ni medicalizar innecesariamente las personas refugiadas.
Entre otras cosas, el protocolo establece que “es muy necesario que los profesionales que realizan las diferentes intervenciones dispongan de una formación adecuada en competencia intercultural y que puedan disponer de la ayuda de mediadores interculturales”. Bernat Aviñoa recuerda que también es importante la formación a los trabajadores sociales y no sólo a los agentes de salud o los psicólogos. Sobre este punto del protocolo Núria Serre va más allá y asegura que sería muy conveniente que se contara con agentes de salud de la propia comunidad y comenta que en muchos centros de atención primaria no hay ninguna figura de este tipo.
Pascale Coissard, de CCAR, asegura que a nivel de salud mental hay pocos recursos especializados. “Cuando nos encontramos con alguna situación grave nos tenemos pocos recursos para derivar a la persona a un hospital psiquiátrico”, explica. Aviñoa recuerda que si bien han aumentado mucho el número de personas refugiadas del aumento de la ayuda ha sido “relativo”. En 2015 en Catalunya había 1.302 solicitantes de asilo, casi el doble que el año anterior cuando eran 786.
Más coordinación entre administración y entidades
La semana pasada tuvo lugar el primer encuentro entre la Cruz Roja, que gestiona el programa estatal de acogida e integración, y responsables territoriales de la Conselleria de Salud. Precisamente en esta reunión una de las conclusiones fue mejorar la coordinación entre la entidad y los servicios territoriales de salud, especialmente cuando las personas se trasladan de municipio.
Además también se ha detectado la necesidad de reforzar los servicios de traducción en los centros sanitarios públicos y explicar a refugiados cómo funciona el circuito de los servicios públicos de salud en Catalunya. En la reunión se acordó que a partir de ahora la reunión se haga dos veces al año.