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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

El saqueador del Palau alega que le robaron bienes de lujo que tenía embargados

Los problemas judiciales no han terminado para los saqueadores del Palau de la Música, Fèlix Millet y Jordi Montull. El expresidente del Palau ha declarado este jueves como imputado ante una jueza de Granollers (Barcelona) que le investiga por la desaparición de varios objetos de lujo que le habían sido embargados para venderse y devolver así el expolio al auditorio.

Millet, de 86 años y que desde 2020 cumple condena de nueve años y ocho meses de cárcel por el saqueo que perpetró al Palau de la Música, ha declarado por videoconferencia desde la prisión de Brians 2. Pese a los problemas que ha tenido para escuchar las preguntas de su abogado –Millet está bastante sordo y solo ha respondido a su letrado–, el exmandamás del Palau ha alegado que no sabía que faltaban bienes embargados, y ha apuntado a que su desaparición puede deberse a un robo que sufrió en su mansión de L'Ametlla del Vallès (Barcelona) en 2018.

Millet y Montull fueron condenados en 2020 tras un largo proceso judicial por expoliar el Palau de la Música, uno de los tótems de la burguesía catalana. Dedicaron 23 millones de euros que eran del Palau a viajes de lujo, obras en sus casas, compras particulares de todo tipo –como tabaco– y Millet hasta pagó con dinero del auditorio toda la boda de una de sus hijas, cobrando la mitad de los fastos a su consuegro. Del conjunto del expolio, 6,6 millones fueron comisiones a Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) que Ferrovial canalizó a través del Palau a cambio de obras públicas.

Pese a que desde 2009, cuando estalló el escándalo, tienen los bienes embargados, la recuperación del saqueo está siendo difícil. Las negociaciones entre los condenados y el Palau para la devolución del expolio fracasaron. Además la Audiencia de Barcelona, encargada de ejecutar la sentencia, descubrió que parte de los bienes de lujo embargados a Millet habían desaparecido.

Ocurrió cuando los jueces autorizaron la entrada de peritos en la mansión de L'Ametlla del Vallès (Barcelona) donde vive Millet para tasar las 44 obras de arte y objetos embargados desde 2009. Se constató que faltaba un piano de cola, un cabezal de cama del siglo XVIII, un jarrón, dos colmillos de marfil labrados y una decena de figuras de animales también de marfil.

Posteriormente, la defensa de Millet informó al juzgado de que había encontrado el piano, el jarrón y el cabezal de cama en la casa de la esposa del expresidente del Palau, fallecida en 2018.El Palau de la Música, representado por los letrados Marc Molins y Laura Parés, quiere que Millet y Montull devuelvan hasta el último céntimo. El valor de los objetos que faltan se sitúa, en función de distintas tasaciones, entre los 1.000 y los 3.000 euros.

Si Millet ha comparecido ante la jueza este jueves, el pasado viernes lo hizo Montull, también por esconder sus bienes para supuestamente no resarcir el expolio. En su declaración, han informado fuentes jurídicas, Montull admitió que no comunicó a la Audiencia de Barcelona que obtenía un alquiler de una propiedad de El Masnou (Barcelona) de la que es titular junto a su esposa, pese a que había asegurado que su único sustento era su pensión de jubilación.

Sin embargo Montull y su mujer, que también declaró como investigada, rechazaron ante el juez que la voluntad fuera esconder bienes, pues alegaron que el alquiler sí fue comunicado al Palau de la Música en el marco de las negociaciones fallidas para resarcir el saqueo. Además argumentaron que la renta obtenida iba dedicada a cubrir impuestos y gastos de mantenimiento, por lo que, según su versión, no obtenían beneficios del alquiler.

Montull permanece en semilibertad, a diferencia de su antiguo jefe, quien sigue en régimen penitenciario ordinario desde junio de 2020. El pasado mes de diciembre el Gobierno denegó el indulto a los dos exmandamases del Palau, en el que fue su último intento para evitar la cárcel. En el juicio, ambos delataron a Convergència, en un acuerdo con la Fiscalía para que les rebajara las penas, y confesaron que la constructora Ferrovial pagaba comisiones de hasta el 4%: el partido se quedaba un 2,5% y el resto se lo repartían Millet al 1% y Montull al 0,5% como intermediarios.