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Sitges respira tras el paso del temporal: “Me han llamado desde Francia para saber si seguía vivo”

La calle Bassa Rodona, en realidad una riera encauzada, estaba ya seca este mediodía tras las lluvias de primera hora

Jordi Sabaté

Sitges —
4 de noviembre de 2024 18:21 h

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“El video del chaval con el agua hasta la cintura ha salido en el canal nacional francés, no sé cómo ha llegado, pero todos mis conocidos de Grenoble me han llamado desde Francia esta mañana para saber si seguía vivo”, asegura sorprendido Laurent, dueño de un conocido restaurante francés en una de las pintorescas callejuelas que dan al paseo marítimo de Sitges, en la costa sur de Barcelona.

Imágenes de algunos barrios de esta elegante y turística villa anegados por las aguas aparecieron en la tarde de ayer en múltiples noticieros nacionales –en ocasiones, tal como pudo comprobar este periodista, erróneamente atribuidas a los estragos de la DANA en Valencia– ampliando unos destrozos que no se han salido de lo que habitualmente suele ocurrir cuando llueve torrencialmente en Sitges, algo usual en otoño y primavera.

También corren por las redes algunos vídeos de olas gigantescas golpeando casas en una costa que parece ser mediterránea. No son de Sitges: aquí, a pesar de los 98 litros por metro cuadrado recogidos en 24 horas, el mar se ha mantenido relativamente tranquilo y sin oleaje, dando lugar a pocas afectaciones más que la inundación del parque de catamaranes y patinetes del club náutico, que de todos modos estaba cerrado por las alertas.

La ciudad ha resistido perfectamente los estragos de la perturbación, que ha dejado en una semana de sucesivas DANA's casi 200 litros por metro cuadrado. La orografía la favorece, al menos en la mayoría de barrios donde viven los más de 30.000 habitantes de esta localidad residencial que está dejando de ser un pueblo para convertirse en una ciudad dormitorio de alto standing, con las consecuentes alzas de los precios del alquiler.

Las calles como Espalter, Bassa Rodona o Rafael Llompard son en realidad rieras que canalizan los grandes caudales de lluvia caída hacia el mar. “Desde que se impide que los coches aparquen en ellas, se han minimizado mucho los daños”, subraya Jesús, residente en una casa baja del centro histórico de Sitges. Asegura que, a pesar de las intensas lluvias de la noche y la mañana, su patio interior “ha resistido bien”.

Inundaciones en un cruce de calles en Terramar

Las únicas afectaciones serias, como la espectacular inundación que aparece en las televisiones, y que fue grabada por un meteorólogo aficionado de la comarca del Garraf, sucedieron en el alejado barrio de Terramar, a 3,5 kilómetros de la roca sobre la que se asienta el centro del municipio. Allí, en lo que durante siglos fueron huertas y viñedos en un llano inundable, existe un cruce de varias calles aledaño al Hotel Me Sitges Terramar que se inunda invariablemente con cada perturbación de cierta entidad, debido, según cuentan los vecinos, a la poca pendiente de sus desagües, a pocos metros del mar.

En este caso, dadas las cantidades de agua caída, el cruce llegó a ser una balsa considerable y dio juego para los vídeos. “Ayer me quedé con el coche clavado; me debió de entrar agua en el motor intentando cruzar”, relata Xavier, que explica que tuvo que llamar a la grúa, que tampoco pudo pasar. Hoy, tras las lluvias matutinas, que han sido menores que las de la tarde de ayer domingo, la calle ya está seca y Xavier está retirando su coche.

No ha tenido la misma suerte un Volvo gris aparcado junto a una de las lujosas mansiones del barrio, con precios en algunos casos de cinco millones de euros por los terrenos sin edificar. Le cayó uno de los numerosos pinos que bordean las calles de Terramar y revientan sus aceras con las raíces.

“Han sido varios los que han caído por aquí”, cuenta José, que explica que le han mandado para reparar la electricidad en un garaje que se ha inundado. “El agua ha entrado en varios parkings de la zona”, agrega. Este periodista pudo comprobar ayer cómo los bomberos achicaban agua con bombas en un garaje de dimensiones importantes perteneciente a una comunidad de apartamentos de lujo.

También se inundaron algunas mansiones, como la de Marta, situada en uno de los ángulos de la zona inundada que aparece en los vídeos. “Cada vez que se inunda el cruce nos entra el agua y se mete en el garaje”, explica. También desvela que achicaron el agua con una bomba y que “esta mañana ha venido la alcaldesa [Aurora Carbonell] y nos ha prometido que solucionará el problema”.

La riera desbordada y el golf aislado

Finalmente, Marta desvela que le han dicho algunos vecinos que parte del problema “viene de la riera”. Se refiere a la riera de Sant Pere de Ribes, el pueblo a escasos cinco kilómetros de Sitges hacia el interior que recoge las aguas en su barranco y las envía hacia la costa. Según esta teoría, parte del torrente se desbordaría hacia Terramar.

La riera pasa unos 300 metros más hacia el sur y se accede a ella por un camino interior que lleva, cruzando el lecho, hacia el Club de Golf Terramar y las playas de la antigua discoteca L'Atlántida, hoy en ruinas. Apenas los primeros 100 metros de camino son accesibles, después, tras una ligera cuesta, la senda lleva hacia un importante embalse de agua que transporta el caudal de la riera, que se desliza espectacularmente desbordada con su agua marrón.

Las dos partes del campo de golf, a un lado y otro del camino, así como la entrada al parking del club, están inaccesibles. El Club de Golf Terramar está aislado. Al cabo de unos minutos llega Florance, nacida en Francia pero “residente en Sitges desde hace 23 años”, al punto límite del camino. Ha venido a tomar instantáneas de la riera con su agua de color chocolate. “Es más espectacular que cuando la tormenta del 9 de septiembre”, opina. Pronto llegan otros residentes, con sus bicicletas o haciendo jogging, todos con la intención de tomar sus fotos, seguramente para compartirlas en Instagram o X.

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